La marcha-protesta partió de la empresa noveldense hasta llegar a las oficinas centrales de Levantina en el barrio de La Estación. A la manifestación se unieron más de 200 trabajadores aunque, según las fuentes consultadas por este medio, faltaron empleados que se han visto fuertemente amenazados con recortes salariales y vacaciones de verano por parte de la conocida empresa marmolera noveldense. Los trabajadores reclamaron la vuelta al diálogo, que no se juegue con el pan de sus hijos y el final de los traslados a la factoría de La Algueña. La pancarta “Sí al mantenimiento de los 1.500 puestos de trabajo en Levantina. ¡No más despidos encubiertos!” contó con el representante sindical de UGT en Novelda, Pascual Gonsálvez, y de CC OO, Miguel Ángel Martínez. El alcalde de Novelda, Mariano Beltrá, también estuvo presente y apoyó a los trabajadores junto a los concejales del equipo de Gobierno Víctor Cremades, Reme Boyer, José Manuel Martínez, Salvador Martínez, Benigno Martínez, Francisco Cantó. El edil popular Valentín Martínez tampoco faltó a la marcha-protestaAl ritmo del “Chiqui-Chiqui”, más de 200 trabajadores de Bermármol salieron a la calle para hacerse oír y, sobre todo, protestar por el maltrato al que se están viendo sometidos por la “política de imposición” de Levantina, por la que “están jugando con el pan de nuestros hijos”, ya que la conocida marmolera noveldense está llevando a cabo continuos traslados de personal a sus factorías de La Algueña. “Hoy son 21, para mañana pueden ser más”, se comentaba entre los afectados.
La marcha partió de Bermármol, entre humos, petardos y goma carcomida por el fuego en la carretera, dirección a La Estación, donde se encuentran las oficinas centrales de Levantina. Allí preguntaron por el presidente, Taboada, así por la dirección, recibiendo solo el silencio como contestación. Porque, por allí, a parte de algún guardia jurado, solo se pudo ver a una veintena de guardia civiles y media docena de coches-patrulla.
La protesta, ante la incertidumbre, nerviosismo y la intranquilidad de los trabajadores, originó algunos destrozos sobre la valla de protección, además de un lanzamiento constante de banderas, corcho, petardo y alguna que otra piedra sin mayores incidentes.
Finalmente, se procedió a la lectura del manifiesto: “Con este manifiesto pretendemos ser escuchados por la dirección de Levantina, queremos que desde nuestra humilde condición de trabajadores se den cuenta de que no somos números ni máquinas de trabajo,
que somos personas y tenemos nuestros derechos y que los vamos a hacer de la forma que sea necesaria”
Sabemos que en este momento hay cierta crisis en la construcción y en el sector y las consencuencias que todo ello acarrea, pero no por eso tienen que excusarse con este problema para hacer lo que les venga en gana.
Que se planteen de nuevo la forma de hacer las cosas, porque los trabajadores del sector somos buenos profesionales de nuestro oficio y podemos entender ciertas cosas pero desde el diálogo y la comunicación
PERO NUNCA DESDE LA IMPOSICIÓNDesde el Comité de Empresa de Bermármol y trabajadores exigimos a la Dirección de Levantina el compromiso tanto verbal como por escrito que nos comunicó en su día de reubicarnos a todos los trabajadores de Bermármol y que
no haya más despidos encubiertos”.
CHIQUI CHIQUIAlgunos trabajadores prepararon una curiosa canción que dice así:
“La canción del Chiqui, Chiqui en Bermármol se baila así: 1. A Levante
2. A La Algueña
3. A Levantina
4. Al INEM
Chiqui, Chiqui, Chiqui, Chiqui…
LO DICE TABOADA QUE NOS COMPRÓ
LO DICE EL DEL SOMBRERO QUE LO TRAMITÓ
LO DICE JOSÉ FÉLIX QUE NOS VENDIÓ
Y CON LOS TERRENOS SE QUEDÓBaila el Chiqui, Chiqui, Chiqui, Chiqui»…
