
- A pesar de las lluvias de los últimos meses y de la disminución de árboles perjudicados, la Generalitat continua con las labores de control
- Se han instalado más de 4.000 trampas para el control de la procesionara y se ha aplicado tratamiento fitosanitario en 450 hectáreas
La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio ha intensificado durante el último ejercicio la vigilancia para controlar las plagas forestales en la Comunitat Valenciana coincidiendo con un aumento de ejemplares en los últimos meses favorecidos por los efectos de la sequía del pasado ejercicio y las altas temperaturas que debilitaron las masas forestales.
Las acciones emprendidas por la Conselleria de Medio Ambiente han permitido eliminar 11.000 árboles durante los últimos 18 meses, mediante técnicas de descorche, troceado y triturado. También destacan técnicas como el tratamiento fitosanitario en 450 hectáreas (un 239 % más que en la anualidad anterior) y la instalación de más de 4.000 trampas para el control de la procesionaria. La vigilancia en la detección de organismos nocivos también se ha reforzado, destacando casos de Xylella fastidiosa con más de 2.700 muestras recogidas.
Pese a que en los últimos nueve meses se ha registrado una notable disminución del 53 % en el número de árboles perjudicados por insectos perforadores, la presencia de plagas, especialmente de insectos como ‘Tomicus destruens’ y ‘Orthotomicus erosus’, sigue presente en algunos espacios y se les atribuye el 5 % del total de árboles muertos contabilizados. Las comarcas más impactadas fueron La Serranía, El Camp de Morvedre y L’Horta Nord.
De los 480 diagnósticos realizados, 62 son considerados graves, lo que resalta la necesidad de atención a estos problemas. En cuanto a la procesionaria del pino, el índice de infestación se sitúa en un 0,54 %.
Por ello, además de las medidas puestas en marcha, desde la Conselleria se insta a la colaboración efectiva entre administraciones, expertos en sanidad forestal y ciudadanía para minimizar el impacto de estas amenazas ambientales. El compromiso con la preservación de los ecosistemas forestales es clave para garantizar su resiliencia ante los efectos del cambio climático y otros desafíos emergentes.