La Estación vivió la noche del viernes 23 de mayo uno de sus momentos más esperados y conmovedores de las Fiestas con la coronación de las Reinas 2025 y la proclamación del Pregón.
El evento, presentado con gran cercanía y calidez por Eva Quiles, reunió a autoridades locales, vecinos, familiares y representantes de todos los barrios con sus reinas y presidentes.
El acto comenzó con un saludo a los presentes por parte de la presentadora, quien destacó “la ilusión, el mimo y el cariño” con los que el barrio prepara cada año este acontecimiento. Eva Quiles no escatimó en palabras de afecto hacia La Estación, ensalzando su historia, sus fiestas y la unión de su gente: “Cada vez hay más personas que, con orgullo, dicen ‘yo vivo en el Barrio de la Estación’ ”.
Como cada año, la música tuvo un papel destacado. La banda Bataclán abrió la noche con la interpretación del pasodoble “¡Viva la Estación!”, compuesto en 2007 por José Antonio Pérez Botella, una pieza ya imprescindible en esta celebración desde su estreno.




La noche estuvo marcada por momentos especialmente emotivos, como el homenaje a las reinas salientes de 2024, quienes, envueltas en emoción y palabras sinceras, se despidieron de un año inolvidable. Los discursos de la reina infantil y mayor fueron verdaderas declaraciones de amor al barrio, a sus familias y al valor de la experiencia compartida.
“Hoy termina para mí una etapa que ha marcado mi vida para siempre”, expresó la Reina Infantil 2024, Carla Becerra, quien tuvo unas palabras especialmente emotivas para su hermana, con la que compartió unos meses de reinado, pues fue la Reina del Barrio 2024, y también hacia su compañera de reinado Irune, destacando el lazo que las unió durante estos meses. La Reina Mayor, Irune Martínez, por su parte, hizo gala de simpatía y sinceridad en un discurso donde no faltaron anécdotas divertidas, agradecimientos a familiares y menciones a los inolvidables momentos compartidos con sus compañeras.


Uno de los instantes más especiales fue la sorpresa preparada para la nueva Reina Infantil, Aitana, cuando su prima, la deportista de élite Irene Navarro Segura, subió al escenario para dedicarle un baile. Irene, campeona nacional e internacional en danza coreográfica, fue recibida con un fuerte aplauso por parte del público, emocionado ante su impecable actuación.
Y de la misma manera, Marta, hermana de la Reina Mayor, preparó un cuidadoso baile en la modalidad de contemporáneo, siendo también una gran bailarina con un alto nivel y trayectora profesional.
También Estela, hermana de Irune, Reina Mayor 2024 quiso dedicarle una palabras ante todos los asistentes.






Tras los discursos y actuaciones, llegó el momento culminante: la imposición de bandas y coronas a las nuevas reinas de 2025. Lucas Navarro Penalva y Diego Martínez Iñesta, primos de las reinas entrantes, fueron los encargados de portar los símbolos del nuevo reinado, marcando así el inicio de una nueva etapa festiva.






Con las palabras del presidente del barrio, Antonio Gómez Requena, continuó el acto con un mensaje de gratitud y reconocimiento a todos los que hacen posible esta celebración año tras año.
Su discurso, sencillo y sentido, arrancó con un agradecimiento al emotivo regalo recibido por parte de las reinas salientes y con un guiño a su propia apariencia, despertando sonrisas entre los asistentes. Orgulloso de representar a una comunidad tan unida, se dirigió con afecto a las reinas, deseándoles mejor suerte este año con la elección del abanico, aludiendo con humor a las dificultades del año anterior. Con un tono reivindicativo pero cordial, agradeció también la colaboración de vecinos y empresas, recordando lo difícil que resulta hoy día mantener viva la tradición en un contexto económico cada vez más exigente.

El momento más esperado llegó con la presentación del pregonero. Eva Quiles presentó a José Luis Beneyto Castelló, hijo del barrio, alma viva de La Estación. Sus 76 años de vida, de los cuales 62 los ha dedicado con pasión a la comisión de fiestas, lo convierten en una figura irrepetible. Su historia es la del propio barrio: hijo de un ferroviario que llegó desde Agost, criado entre los raíles, los hornos, las piedras y el juego compartido en las calles.
Con una memoria prodigiosa y un corazón lleno de gratitud, José Luis nos llevó de la mano a través de los recuerdos que moldearon su vida. Desde su infancia en las escuelas separadas por sexo, donde profesores como don Manuel y don Rafael les enseñaban entre libros únicos y hojas de eucalipto, hasta sus días de monaguillo, sus primeras travesuras y los inicios como joven festero recorriendo casa por casa con los cartones de dos pesetas.
Su relato fue también un homenaje a los vecinos y vecinas que marcaron su camino. Evocó con cariño a las mujeres del barrio, como Tonica Crespo o Carmen, que cuidaban a los niños como si fueran suyos, y a su padre, que ahorraba durante todo el año para que las fiestas fueran aún más especiales para sus hijos y nietos. Recordó también a su madre, Josefina, que decoraba con orgullo las calles durante las procesiones, y cuya entrevista televisiva a los 100 años todavía resuena en la memoria colectiva.






Con ternura habló de sus días en el horno, del grupo «Los Corsarios», de las guitarras efímeras, los bailes en la Renfe y los partidos entre solteros y casados. Pero también destacó momentos cruciales como su mandato como presidente de fiestas, cuando se iniciaron tradiciones como la Serenata de San Pascual y se reconoció por fin el papel esencial de las mujeres en la organización de las fiestas.
«Ser estacionero es un orgullo y ser pregonero un privilegio», afirmó, con voz emocionada. Y en sus palabras se sintió la historia viva de un barrio, tejida con esfuerzo, comunidad y cariño. Conmovido, hizo un llamamiento a las autoridades para que no se olviden del barrio La Estación, una pieza fundamental de la ciudad de Novelda.
Sus últimos agradecimientos fueron para su familia, su mujer María, sus hijos, nietos, hermanos y amigos del alma con quienes comparte su día a día. En ellos encuentra la fuerza para seguir adelante, organizando actos, manteniendo vivas las tradiciones y cuidando de su gente.
Tras los aplausos, Antonio Gómez volvió al escenario para entregarle un detalle con el símbolo del barrio, recordándole lo especial del momento. «Ser pregonero no es cosa de cualquiera», dijo, visiblemente orgulloso.

La noche concluyó con unas palabras del alcalde, Fran Martínez, que, recuperándose de una operación, quiso estar presente y saltarse el protocolo para felicitar personalmente a José Luis y a todos los protagonistas de la noche, en esta ocasión desde bajo del escenario. Reconoció la grandeza de las reinas salientes, Irune y Carla, y animó a las nuevas, Ángela y Aitana, a vivir esta experiencia con toda la ilusión. Agradeció también el esfuerzo de Poveda por su labor en la dirección de la revista de este año y destacó la implicación incansable del pregonero en la vida del barrio.