Aunque se trata de un viento más frío que fuerte, éste fue el detonante de parte de la caída del techo metálico de La Glorieta, que afortunadamente no provocó heridos ya que en esos momentos no pasaba ningún transeúnte por la zona. Además, la suerte de que la caída tuviera lugar por la mañana, en horario académico, libró de este percance a los niños que juegan por la tarde o a la salida del colegio en La Glorieta
Por otro lado, la rotura de una cañería, por las obras que están realizando junto al Lidel, llenó toda la calle de agua provocando algunos daños y, sobre todo, molestias para poder cruzar la acera.