Entrevista Efrén Poveda García, filósofo y escritor

Reproducimos la entrevista íntegra a este joven filósofo noveldense. En la última edición impresa de Novelda Digital publicamos un extracto de esta larga entrevista en la que conocimos un poco más de las inquietudes de nuestro paisano. A continuación va el texto íntegro.

Este joven noveldense es actualmente becario de Investigación en el Departamento de Metafísica y Teoría del Conocimiento de la Universitat de València y tiene a sus espaldas una larga trayectoria de publicaciones de tema filosófico. En estos momentos está terminando su tesis doctoral y ha recibido tres importantes galardones: el Premio Extraordinario de Máster de la Universitat de València, el Premio Extraordinario de Licenciatura de la Universitat de València y el Primer Premio Nacional a la Excelencia en el Rendimiento Académico Universitario, que recogió de manos del Ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Además, en 2008 consiguió el Premi Ciutat de Novelda de narrativa curta en valencià. Forma parte del consejo editor y de la redacción de la revista de filosofía Ápeiron y ha trabajado como docente en la licenciatura de Humanidades. Un currículum asombroso a su corta edad que merece que conozcamos un poco más del protagonista.

Pregunta.- Ser filósofo es algo muy complicado, ¿desde pequeño lo tenías claro o has decidido serlo con el paso de los años?
Respuesta.-
Ser filósofo no es tan complicado como puede parecer si te apasionan el saber y el pensamiento crítico. Otra cosa es que te des cuenta alguna vez de que existe una disciplina que puede acercarte aunque sea de manera mínima a la satisfacción de tus inquietudes.
A mí nunca se me había pasado por la cabeza estudiar filosofía hasta que llegué al instituto. De pequeño solía decir que quería ser escritor. Más adelante me sentí muy atraído por la psicología, la física y la biología. Ahora me doy cuenta de que si me interesaban estas ramas del saber es porque van al fundamento, a las bases, ya sean éstas del comportamiento, de la realidad física o de la vida.
Sin embargo, considero que una formación en una de esas ramas no me hubiera proporcionado lo que me ha dado la filosofía: una visión certera de los problemas que se presentan justamente cuando se pretende ir a ese fundamento y una caja de herramientas de valor incalculable a la hora de entender eso que se les escapa por definición al resto de opciones investigadoras: sus presupuestos tácitos y sus propias dinámicas de funcionamiento.
Es por esto que tengo que estar eternamente agradecido a Fina, profesora de filosofía en el I.E.S. La mola, quien me descubrió el ámbito donde te puedes acercar a cualquier tema con el espíritu de quien persigue la verdadera comprensión y no simplemente la capacidad de reproducir lo que otros han hecho. La decisión no fue fácil, porque la mayor parte de mi entorno me insistía para que estudiara medicina (algo de provecho, claro) o simplemente daba por hecho que lo iba a hacer, pero Fina ya había sembrado en mí una inquietud por la filosofía que me hubiera torturado de no haberle prestado la atención que requería.

P.- Háblame de tu vida en Novelda: dónde estudiabas, a qué te dedicabas, tus hobbies, etc.
R.-
Últimamente, y cada vez más, cuando pienso en Novelda pienso en mi infancia. Y si algo me viene a la mente con claridad es el carácter casi fascista, adoctrinador y proclive a los favoritismos de la educación que recibí en mis primeros años de escolarización. La cosa no cambió hasta que llegué a tercero de ESO. Pero tampoco puedo negar que dicho carácter no continuase de fondo, como una especie de ruido percibido subliminalmente, con la introducción en el centro de profesorado joven destinado a impartir las clases de secundaria. Que no se me entienda mal, en el Oratorio Festivo hay profesores muy buenos, pero los hay que dejan bastante que desear tanto en relación al contenido y forma de sus clases como en lo que atañe a su trato con los alumnos. No creo, además, que éste sea un problema característico únicamente de mi colegio. Sin embargo, considero que es importante darse cuenta, para no olvidarlo, de cómo era la educación en muchos colegios a principios de los noventa, y también de que, en cierto sentido y en grados variables, muchas de sus características siguen funcionando en nuestros días.
Otro recuerdo muy vívido procedente de mi infancia en Novelda y que me ha perseguido durante mucho tiempo es el de la crueldad infantil. Es terrible la magnitud del daño que todos, en los primeros años de nuestra vida, podemos hacer a nuestros compañeros de escuela. Yo mismo participé en algunas ocasiones de esa crueldad, aún cuando la posición que usualmente ocupaba era la del peor parado.
Pero no todos mis recuerdos son negativos. De mi vida en Novelda también retengo buenos momentos compartidos con algunas personas que a día de hoy siguen siendo grandes amigos míos. Y quizás el más intenso de todos los recuerdos que tengo es el del amor incondicional que he recibido de mi madre, quien siempre ha estado ahí para darme cariño cuando los demás no lo hacían.

P.- ¿Cuál es la función de la filosofía en la sociedad actual?
R.-
Puedo pensar en dos respuestas posibles para esta pregunta. La primera de ellas sería ‘ninguna’. Y ello es así porque en nuestra sociedad los espacios para el verdadero pensamiento crítico brillan por su ausencia. Éste es un problema que encontramos incluso en las aulas de la Facultad de Filosofía. Hoy en día la filosofía ha pasado a ser un ejercicio de erudición acerca de lo que dijeron señores que llevan mucho tiempo bajo tierra, en lugar de mantener lo que caracterizó a esos señores: su actitud crítica y responsable con respecto a los problemas de su tiempo.
La segunda respuesta es que una filosofía en mayúsculas y con todas las letras debería cumplir justamente la función que cumplieron esos grandes a los que se suele estudiar obviando cuáles eran sus intenciones y qué relación tenían éstas con su contexto. Y esa función es pensar sobre los problemas en los que estamos inmersos, que no son pocos.
Hay, hoy en día, gente que intenta devolver a la filosofía a ese punto. Se están llevando a cabo estudios interesantísimos en teoría política, estética, etc., pero son una minoría. Yo estoy intentando seguir esa línea. Es por eso que estoy trabajando en antropología filosófica y, más concretamente, en el estudio de las dinámicas según las cuales una minoría se constituye como tal y cómo éstas guardan relación con la no realización efectiva de los derechos civiles.
Otro tema que creo que urge tratar, y parte de esa tarea es para la filosofía, es el de las nuevas maneras de autoentendimiento de los ciudadanos, es decir, de los nuevos sistemas de configuración de nuestra identidad. Y, más concretamente, sobre la identidad de género y sexual. La teoría queer está abriendo un sendero para el cuestionamiento de muchas de nuestras presuposiciones básicas en relación a lo sexual y a lo social en general. Intenta poner en entredicho el carácter necesario del binarismo sexual en el que vivimos, dándonos a conocer cómo las categorías de hombre y mujer y también las de homosexual y heterosexual son una construcción cultural (como casi todo en nuestras vidas, lo cual no les quita valor) que en algunos casos funciona de manera opresiva; demandando, además, unas miras más amplias que den cabida no sólo a esos cuya aceptación ya se ha convertido en un valor mainstream, sino también a los que no les es fácil acomodarse dentro de una categorización que les ahoga, como transgénero, transexuales y hermafroditas.
Sé que planteamientos como éste pueden chirriarle a más de uno (no quiero ni imaginarme a alguno de mis profesores de primaria), y ello es así porque hemos dado con la que debería plantearse como la tarea básica de la filosofía: romper nuestros esquemas, cuestionar eso que parecía incuestionable, hacer que nos replanteemos todo desde una nueva perspectiva. En otras palabras, evitar que nos mantengamos en la ignorancia.

P.- ¿Dedicas muchas horas al estudio?
R.-
Mentiría si dijera que no he dedicado y dedico horas al estudio. Pero creo que podría dedicar muchas más, pues dedico mucho tiempo a mi vida social y a muchas otras actividades.
Está claro que he pasado mucho tiempo dedicado a mis estudios, pero es que para mí el tiempo dedicado a la lectura de textos filosóficos y a la escritura de los mismos es tiempo disfrutado. Mi profesión no es una carga ni un fastidio, es lo que quiero hacer y una de las cosas que hacen que mi vida valga la pena. Además, al estudiante de filosofía suele ocurrirle que, una vez ha sido absorbido por ella, cualquier actividad extra-académica será afrontada desde la perspectiva que ha adquirido en sus estudios y le servirá para complementarlos. Esto no es en sí algo bueno, pues a veces echas de menos el poder librarte de esa actitud reflexiva y escrutiñadora que consume tanta energía. Sin embargo, el balance final, en mi caso, es positivo, y no cambiaría ese gasto por nada.

P.- En un mundo gobernado por la economía y la política, ¿tiene cabida la filosofía?
R.-
Creo que a esta pregunta ya he respondido en parte. En nuestra sociedad el ejercicio filosófico es difícil. La misma configuración oficial de las asignaturas de Filosofía y Educación para la ciudadanía en los institutos parece más destinada a evitarlo que a impulsarlo. Se impone el aprendizaje memorístico de contenidos separados de su razón de ser, y eso es algo radicalmente antifilosófico, que además fomenta la visión por parte del alumnado de la filosofía como un tostón sobre unos tíos que se inventaban ‘ralladas’.
Esto no es casual si tenemos en cuenta, como tú bien dices, que nuestro mundo está gobernado por la economía y la política, es decir, por el interés. Vivimos en una sociedad donde se nos pide que rindamos sin cuestionar las órdenes que recibimos ni los efectos a largo plazo de nuestro trabajo. Así, los flujos de poder entre las élites pueden seguir su curso con las mínimas interferencias. Pero te has dejado algo en la pregunta: la eficaz herramienta de desvío de la atención que son los medios de comunicación y, sobre todo, la televisión. Si estos fomentan algo, no es precisamente el pensar sobre los problemas de nuestra sociedad. A mi modo de ver, la censura existe bajo nombres como el de ‘Sálvame’. El resultado es un conjunto de ciudadanos pasivos, quejicas pero no críticos para los que el pensar filosófico está fuera de lugar.
Sin embargo, no creo que la filosofía haya tenido realmente cabida en muchas ocasiones a lo largo de la historia. Imagino tres épocas históricas en las que sí la tuvo y fue vista incluso como una necesidad: la Grecia clásica, donde el surgimiento de la democracia participativa requería de habilidades de razonamiento y de instrumentos que condujeran a los discursos más allá de la mera opinión; la Ilustración, sobre todo en los momentos previos a la Revolución Francesa, donde hacía falta la proyección de un nuevo sistema y se estaban configurando los saberes tal y como los conocemos ahora; y el auge del comunismo en el XIX, donde se pretendía, de nuevo, una remodelación de la vida social, política y económica. Quizás haya alguno más, pero incluso en estos momentos el pensamiento filosófico solía ser visto como algo molesto por buena parte de las sociedades en cuestión. El resto de nuestra historia ha venido marcado por la dificultad de llevar a cabo la tarea filosófica. Esta tarea, si está bien hecha, puede llegar a ser bastante molesta, y eso es algo que el dogmatismo y la dejadez imperantes toleran poco.

P.- En tu trabajo como profesor, ¿cómo aceptan tus alumnos tu juventud?
R.-
Es curioso porque he dado clases para la licenciatura de Humanidades en aulas donde yo era el más joven entre un total de 50 personas. En general todo el mundo me respeta, aunque también se permiten licencias que con profesores más ‘veteranos’ no se permitirían, como comentarme en medio de clase que les gusta tal prenda de ropa que llevo puesta o preguntarme qué pienso sobre algún tema político candente. Esto quizás también se debe al hecho de que intento que mis clases no sean la típica clase magistral y me esfuerzo por crear un clima donde todo el mundo se sienta a gusto, se pueda expresar y también, por supuesto, se divierta.
En una ocasión sí que tuve un problema con una alumna que, encontrándose cursando su segunda carrera y siendo madre de hijos de mi edad, no aceptó muy bien el hecho de que le dijera que debía mejorar su ortografía y sus aptitudes expositivas. Pero eso es algo a lo que cualquier profesor se enfrenta y también hay que entender que no todo el mundo lleva bien eso de reconocer sus errores (yo el primero).

P.- ¿Se puede vivir de la filosofía?
R.-
Difícilmente. Si consigues becas de investigación sí, pero desgraciadamente no es nada fácil, y menos en los tiempos que corren. El PP valenciano, por ejemplo, se llena la boca diciendo que ha creado una nueva beca I+D+I, cuando lo que en realidad han hecho es sustituir la antigua beca de doctorado por ésta, reduciendo además el número de becas concedidas. Esto es más grave si cabe para los licenciados en filosofía y también para aquéllos que provienen de las humanidades en general y de las ciencias base porque las becas I+D+I sólo se conceden a proyectos muy técnicos y aplicados.
En general se puede vivir de la enseñanza de la filosofía, pero para ello hay que opositar. Yo, personalmente, me pregunto muchas veces de qué viviré mientras estudio si algún día me tengo que preparar una oposición. Aquí hay otro hueco que las instituciones del Estado deberían llenar pero que permanece totalmente silenciado.

P.- ¿Sobre qué temática te encuentras más a gusto escribiendo?
R.-
En realidad me gusta escribir sobre cualquier cosa siempre que piense que vale la pena. Pero, por supuesto, si en algún terreno me encuentro cómodo en estos momentos es en el de la antropología del significado y en su relación con el derecho y la política (uno de los puntos centrales de mi tesis). También tengo cierta soltura al escribir sobre cine (otra de mis grandes pasiones) y su relación con la filosofía, tema que también he trabajado.
Para ser sincero, me gusta mucho escribir para criticar. Pero no para criticar en el sentido negativo de la palabra, ése según el cual llamamos a algunos ‘criticones’, sino en su sentido originario, el de ‘crítica’, es decir, el de evaluar alguna cuestión y sacar a la luz sus distintos aspectos positivos y negativos, de manera que nuestra comprensión de la misma sea más completa.

P.- ¿En qué trabajas actualmente?
R.-
Pues estoy escribiendo mi tesis, soy parte del consejo editor y de la redacción de la revista de filosofía Ápeiron y a parte estoy empezando a introducirme en el mundo de la escritura de guión. Las clases en la universidad acabaron para mí en enero y no las retomaré hasta el curso que viene.

P.- ¿Qué proyectos tienes a corto plazo?
R.-
Me pongo nervioso sólo de pensarlo, pero tengo que avanzar en la tesis. Además, pienso seguir presentando ponencias en congresos y publicando artículos.
Por otro lado, la revista que co-dirijo está alcanzando una calidad más que aceptable y pretendo darle más difusión.
También pienso seguir con mis incursiones en el mundo de la creación cinematográfica y, por último, planificar mis estancias en el extranjero para el próximo año. De momento tengo en mente Edimburgo y California, pero todavía no está claro.
¡Ah! Y aprender todo lo que pueda, por descontado.

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8 COMENTARIOS

  1. Es un orgullo para todos los noveldenses, tener un chico( perdona la expresión, pero eres insultantemente joven) con tan alto nivel.
    Francamente, no me imaginaba que en Novelda tuviéramos semejantes eminencias,
    Mi más sicera enhorabuena, y que cunda el ejemplo.
    Y a ver si un día nos conocemos.
    Un cordial saludo.

  2. Ha sido un privilegio y un gran placer tenerle como alumno, por ser una persona ejemplar en todos los aspectos, características que han hecho de él el alumno que todos los profesores quisieran haber tenido en su trayectoria profesional. Personalmente he tenido la fortuna de conocerle y de inculcarle el amor por la filosofía, algo tan dificil de conseguir en los tiempos que corren, donde el único objetivo de la enseñanza parece el de formar»expertos» en algo, individuos que dominen las tecnologías, pero que no «piensen», si entendemos por pensar, desarrollar la capacidad crítica, el pensamiento crítico.
    ¿Malos tiempos para la filosofía? Siempre han sido malos tiempos para la filosofía, pues nunca ha sido bien recibido que alguien se atreviera a cuestionar las ideas dominantes o establecidas, las ideas aceptadas y asimiladas por muy falsas que fueran, que alguien se atreviera a desmitificar los mitos que surgen en todas las épocas, que alguien pudiera desmontar las excusas para no pensar o descubrir las irracionalidades y contradicciones sobre las que se sostiene falsamente la sociedad, en definitiva «cuestionar lo incuestionable» como dice Efrén.
    Difícil tarea la del filósofo, hay demasiados intereses en contra. Uno debe ser como Don Quijote para luchar contra molinos de viento y tener el valor de un «insensato» para meterse en estos menesteres.
    Cuando Efrén me dijo que quería dedicarse a «esto» pensé que iba a necesitar mucha fuerza y coraje para salir adelante en esta sociedad. Mi consejo fue que intentara ser el mejor hiciera lo que hiciera, y él como buen alumno me hizo caso, a la vista está con su currículum y su trayectoria académico- profesional. En cierta medida me siento responsable, no de sus éxitos que son únicamente fruto de su trabajo y dedicación, sino de haberle inculcado esta » peligrosa» pasión por la filosofía.
    Alumnos como Efrén demuestran la calidad de la enseñanza pública, calidad que está siendo «boicoteada» por la actual Consellería, que exige que los profesores realicemos nuestra ardua labor con cada vez menos recursos económicos y profesionales.
    ¿Cómo pueden pedir a los profesores que elaboren un «plan de mejora», como se nos ha exigido ahora, si ellos eliminan plazas de profesores y masifican la aulas( 40 alumnos por aula)? Demostrado está que aquellos paises que tiene la mejor calidad en educación, como Finlandia, son los que tiene la ratio más baja de alumnos por aula.
    Aunque esta sea la tendencia actual en política educativa, todavía es más alarmante el hecho de que se haya «degradado» al I.E.S. La Mola( y a todos los institutos que tienen unidades de PCPI o programas) y haya pasado de ser de» Categoria A» a» Categoria B». ¿Cuál es la razón? única y exclusivamente el hecho de que tiene asignados (por orden de la Consellería) alumnos del Municipio, con características «especiales»: personales, familiares o sociales , y estos alumnos son considerados por la misma consellería, alumnos de » 2ª categoría» por lo cual el I.E.S. La Mola también lo es. Si no, ¿cómo se explica que el pasar a la categoría B implique menos dotación económica anual para el centro que los acoge?
    Si es cierto que se deben optimizar los recursos económicos, no creo que sea a costa de la enseñanza pública. Seguro que hay otras formas de economizar que no atenten la calidad de la enseñanza en general, y no «ataquen» a la» pública» en particular.
    Gracias a alumnos como Efrén los profesores tenemos un incentivo que nos ayuda en nuestra lucha diaria , alumnos que dignifican la degradada labor del docente.

  3. Para noveldero: un poco de respeto. Para el comentario que realizas más vale no escribir nada. Un amigo de Efrén Poveda García.

  4. Estoy de acuerdo contigo en que es una constante histórica la imposición de una minoría opresora sobre una mayoría que, hasta ahora, no ha estado en condiciones de defenderse. Hoy, en mi opinión, el dominio se ejerce vía consumo pues, contrariamente a las previsiones marxistas, la clase obrera no desea emanciparse sino consumir, y ello conlleva una servidumbre que, por lo visto, estamos dispuestos a asumir. Es por ello que el consumo es, desde mi punto de vista, una de los grandes motores sociales de nuestro tiempo y, con ello, una vía de cambio: nuetro poder no está en nuestro voto sino en nuestra forma de comprar. La filosofía debe ayudarnos a tomar conciencia de ello. Por lo demás, te felicito por haberte atrevido a vivir tu pasión por la filosofía, y por estar dispuesto a pagar el precio que ello conlleva en términos de precariedad e incertidumbre laboral.

  5. A FINA: Mi más sincera enhorabuena por su magisterio tan bien demostrado con Efrén Poveda.
    No me extraña que esté Ud. orgullosa. No es frecuente encontrar valores como este chico y con las ideas tan claras. Y Ud. algo ha tenido que ver.
    Hago como mías sus palabras sobre la enseñanza pública y detesto el boicot que está sufriendo. No puedo entrar tan profundamente en el tema como Ud.,pues no soy del gremio, pero tengo amigos licenciados que, siempre, se quejan de lo mismo.
    Reciba, de nuevo, mi felicitación y un cordial saludo.

  6. Nota mental por si hay una próxima vez: revisar antes de enviar. El primer párrafo de la cuarta pregunta es espantoso (dedico, dedicar, dedicado…).

    Fina, me parece terrible lo que cuentas de los institutos, pero la verdad es que no me sorprende. En periodos de crisis la sociedad estrecha el espectro de esos que son considerados ciudadanos de primera. No me extraña que últimamente se estén llevando a cabo tantas medidas políticas que se presentan como persiguiendo la mejora social pero que dejan fuera de la ‘sociedad’ o degradan en su rango a un buen número de personas. Esto debería hacernos darnos cuenta de lo precarias que son esas ganancias históricas a las que hemos calificado como ‘morales’. Los obreros, los inmigrantes, los discapacitados, los mayores y un largo etcétera dependen más de la coyuntura económica que de nuestras ‘convicciones’ acerca de la dignidad de las personas. Por eso no debemos olvidar que la realización efectiva de los derechos (y digo ‘realización efectiva’ porque podemos encontrar un sinfín de derechos concedidos y jamás realizados en las distintas cartas, declaraciones y constituciones) ha de ser conseguida mediante la lucha. Las mujeres, los ciegos, los homosexuales y demás han llevado a cabo labores extraordinarias, pero no podernos relajarnos pensando complacientemente que todas esas tareas están terminadas. No es que todavía quede mucho por hacer, sino más bien que siempre hay mucho por lo que trabajar y muchas causas que sacar adelante.

    La enseñanza pública universitaria tampoco está para echar cohetes. Hay grupos que llevan años avisando de que esto no se sostiene y que hacen falta mejoras. Pero cuando vienen los cambios resulta que tampoco hay dinero y que la educación se precariza todavía más, tanto en lo relativo a su calidad como en lo relativo a las posibilidades de acceso de aquellos que tienen menos recursos. Un postgrado, sin el cual a partir de ahora va a ser difícil que nuestros estudios sirvan de algo, es bastante más caro que un curso de grado. Además, existen los postgrados investigadores y los postgrados profesionalizantes. Teniendo en cuenta lo difícil que es hoy en día en nuestro país lograr un puesto como investigador, sólo se arriesgarán a intentarlo aquéllos que tengan holgura económica y que se puedan permitir pasar años de su vida trabajando en algo que no les va a dar de comer en el futuro. Resultado: la investigación para las élites económicas, lo cual va muy en la línea de la diferenciación de los institutos en categorías A y B.

    ¿Que si hay otras formas de economizar? Por supuesto, pero de eso no se habla. En nuestra comunidad, por ejemplo, se invierten montones de capital público en fórmulas uno, copas de América, Terras Míticas, prolongaciones de avenidas hasta el mar, hoteles de lujo, Ciudades de las artes, etc., y resulta que las ganancias que ese capital genera no vuelven al terreno público… Pero independientemente de que vuelvan o no, que eso queda para los juzgados, hay muchos problemas que requieren atención y trabajo en los que todo ese dinero estaría mejor invertido.

    En cuanto al consumo, del que habla Concha, estoy totalmente de acuerdo. Si algo rige y ocupa todos los aspectos de nuestra vida son las finanzas y el mercado. Y si hay que cambiar esto lo tenemos que hacer desde dentro porque ya no existe un afuera. Afortunadamente existen movimientos a favor del consumo responsable, compañías de comercio justo y, sobre todo, la posibilidad de cada individuo de indagar a dónde va a parar su dinero. No olvidemos que con lo que pagamos por nuestros libros de texto un grupo financiero puede estar construyendo armamentos. Cualquier movimiento que hagamos, por mínimo que sea, es importante, tanto para bien como para mal.

    Bueno, no me enrollo más. Gracias a todos los que estáis mostrando vuestra simpatía por esta entrevista!!!!!!

  7. Los alumnos de Humanidades de la U. València te echamos de menos. Vuelve!!!!

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