Carta abierta de Luis Vicente Vera Rizo
Un año más, y ya van 21 seguidos, un grupo de antiguos alumnos del colegio Oratorio Festivo nos hemos reunido para seguir celebrando nuestra vieja amistad.
Fue en el año 1988 cuando surgió la idea de volver a reunirnos, junto con nuestros profesores D. Luis Aurelio Martínez Albeza y D. Ricardo Gómez Soria y poder rememorar viejas batallitas.
Si complicada fue la idea inicial de contactar con todos aquellos excompañeros del colegio, más mérito ha tenido aún, el seguir manteniendo la ilusión de reencontrarnos y revivir año tras año este evento.
Todos somos nacidos en el año 1965 y nuestra EGB la hicimos entre los años 1971-1979. Somos niños de la generación “Cuéntame” y aquellos años han dejado un recuerdo imborrable en nuestra memoria.
La educación que nosotros recibimos en aquella época era claramente diferente de la que hoy reciben nuestros hijos. Antaño había un respeto al profesor que hoy ha desaparecido y las normas educativas eran mucho más rígidas y severas. Se hacía mucho hincapié en la Gramática, la Aritmética y las Ciencias Naturales y Sociales. Comenzó a implantarse el inglés en los colegios y las clases rozaban una ratio de 35 ó más niños por aula, cosa que hoy, a causa del descenso de la natalidad no sería posible (ni tampoco aconsejable).
Nosotros éramos niños que nos pasábamos el día en la calle (el tráfico no era ni la sombra de lo que es ahora). Jugábamos en los columpios, hacíamos partidas de canicas y merendábamos pan con chocolate. Los domingos nos comprábamos unas “chuches”, íbamos del Casino a La Glorieta y, si se terciaba, al cine en el Principal, el Club Dehón, el Jorge Juan o el Barceló. ¡Ah! Y la televisión en blanco y negro.
En el colegio no existían las actividades extraescolares que hoy se ofrecen. Una pelota era suficiente para pasar la tarde y los campos de fútbol, auténticos pedregales.
El gimnasio del colegio nosotros no lo conocimos como tal sino como una inmensa zona donde acampaban arrumbados decenas de pupitres, algunos de los cuales servían como mesas para hacer manualidades. El patio, de puro asfalto, se inundaba con las primeras lluvias y era imposible practicar ningún deporte si antes no habías barrido el agua hacia la solitaria alcantarilla de la esquina. Caerte en él jugando al fútbol era quedar marcado de por vida.
El baloncesto empezó a practicarse en el colegio con nuestra generación y muchos fuimos la cantera del hoy ya desaparecido “Cucuch”, un equipo butanero (por nuestra equipación naranja) capaz de plantar cara y vencer en nuestra categoría al todopoderoso “Jorge Juan”
También se practicaba el frontón en sus paredes y las pelotas caían en el patio contiguo, cuando no se quedaban colgadas en el tejado y te quedabas impertérrito mirando hacia arriba esperando la bola que jamás volvía a caer.
Tampoco era moda hacer las orlas que hoy se ven ni viajar a grandes destinos cuando acababas la etapa escolar. Hoy me produce sana envidia ver como se pueden ir a Madrid, Barcelona, Paris, Disneylandia, Italia y…¡¡Como no, hasta en crucero marítimo!!
Nosotros fuimos en autobús al lago Anna en Valencia. Fuimos y volvimos en el mismo día y siempre lo contamos como anécdota, pero aquellos…eran otros tiempos.
En fin, los recuerdos son bonitos: van y vienen. Las historias se repiten pero uno no se cansa de oírlas, al fin y al cabo forman parte de tu vida, de tu infancia. La amistad es un valor que hay que cultivar día a día. La amistad hay que vivirla y hay que valorarla. Cada uno tenemos nuestro carácter y nuestra escala de valores. Cada uno es diferente pero hay un fino hilo indeleble, invisible diría yo, que nos mantiene unidos en la diversidad y aunque hemos conocido nuevos amigos en el Instituto, en la Universidad y hasta en el trabajo los amigos del “cole” son los amigos del “cole” y poder decir orgulloso que todavía, a pesar de los años transcurridos, nos reunimos ¡¡¡Tiene su mérito!!!
En esta ocasión hemos reunido a 17 comensales en un conocido restaurante de nuestra localidad. A los ya mencionados Luis Aurelio y Ricardo podemos citar a Tomás, Dani, Del Baño, Fermín, Sebastián, Vera, Carlos, Félix, Torres, Alcaraz, Lucas, Aguado, Álvarez, Pina y Belda
Desde aquí mandamos un saludo a todos los compañeros que no han podido estar en esta ocasión y les emplazamos a seguir reuniéndonos año tras año hasta que el cuerpo aguante.
Un saludo a todos y ya sabéis donde y como localizarnos.
Hasta el año que viene.
Luis Vicente Vera Rizo
Olé por los chicos del Oratorio, este año no he podido acompañarlos muy a mi pesar, por motivos laborales. Pero es un orgullo para mí pertenecer a esa «camada» que demuestra que ciertos valores pueden perdurar con el paso de los años, por encima de los cambios a los que nos obliga la evolución personal, y con independencia de la idiosincrasia de cada individuo. Un fuerte abrazo a todos y nos seguiremos viendo y apreciando, seguro.
saludos a todos . yo tampoco he podido asistir este año ,( obligaciones de papa) , pero siempre guardo un grato recuerdo de las varias comidas a las que he asistido.
Animo a TODOS los que seguis organizando estos reencuentros , a que año tras año nos juntemos y nos contemos las batallitas de cada uno.
saludos de un amigo.
OLE, OLE Y OLE! Ya lo he leído! (más vale tarde que nunca…)
Qué arte tienes Luisito! A ver si te animas y nos escribes algo a los compis del curro.
Un saludo.