El 5 de enero de 1975, el barco “El Triunfante”, diseñado por el marino noveldense Jorge Juan tras sus labores de espionaje en Inglaterra, atacó con sus poderosos cañones la población catalana de Roses, por entonces en poder de los franceses. Todo andaba bien hasta que, de improvisto, se originó una tormenta que obligó al capitán de este gran navío de más de 50 metros, con 800 marineros y soldados a bordo, a amarrar el barco en la arena. Aquella maniobra salvó la vida de la tripulación, pero el barco murió en su hundimiento
Tras 213 años, “El Triunfante” descanso sobre los fondos arenosos de la bahía de Roses, en el Alt Empordà catalán, y un equipo de expertos del Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC) estudia esta “joya arquitectónica” y, sobre todo, la nueva tecnología que el marino Jorge Juan consiguió implantar en su realización después del servicio de espionaje realizado en tierras inglesas. Una investigación especialmente relevante ya que “El Triunfante” es el único navío, de la veintena diseñados por Jorge Juan, del que se conservan sus restos.
“Jorge Juan montó toda una red de espionaje en una misión encargada por el Marqués de la Ensenada. Y se introdujo en los astilleros ingleses, creando toda una serie de contactos, con los que convenció a trabajadores de Inglaterra que eran católicos para venir a España. Eran tiempos de guerras y enfrentamientos entre católicos y protestantes. Tenía la mano de obra, los planos y el proceso intelectual de los avances ingleses para traerlos a la armada española”, apuntó el investigador petrerense Francisco Javier Nieto, responsable del proyecto en el CASC.
Por entonces, quien dominaba el mar, dominaba el planeta. Y franceses, ingleses y españoles se afanaban por contar con los mejores barcos en la batalla tecnológica del siglo de las luces. De esta forma, el equipo de Francisco Javier Nieto, en una iniciativa sufragada económicamente por la Generalitat de Cataluña, trata de descubrir los secretos de la armada española “importada” de Inglaterra desde el pasado verano en unos trabajos que empezarán a proporcionar las primeras conclusiones en enero del 2009.
“Somos unas 12 personas en estos trabajos. Ahora, estamos haciendo los planos del barco mediante fotografías y dibujos desde el fondo del mar. El navío es muy grande, por lo que no se tiene previsto que se saque a la superficie. Después, con todas las conclusiones, se publicará un libro”, agregó Francisco Javier Nieto.