(XXII)- Electrodomésticos, «made in Alicante».
La capacidad industrial de un territorio siempre nos puede sorprender por su virtud en la dificultad de lo fabricado, la dimensión, volumen o variedad que puede alcanzar, así como la propia rapidez en modificar su producción en función de la demanda o necesidades del mercado, como la situación actual que estamos viviendo.
Es bien conocida la tradición de la ciudad de Alicante ligada a la industria del metal incluso en el pasado contaba con varias fundiciones, emulando a la ciudad de Alcoy. No hablaremos hoy de las producciones de maquinaria de las fundiciones, más bien de los pequeños electrodomésticos, para uso en el hogar que desde la década de 1940 produjeron.
Así pues encontramos como fabricantes de cafeteras cromadas o niqueladas para hostelería de la marca Lucentum, a José Lafuente Asensio, que también fabricó duchas eléctricas. En la capital, la compañía VSC, Vañó, Sánchez y Cremades produjeron entre otros, flexos o molinillos, además de maquinaria pesada. La CIO, Cooperativa Industrial Obrera, creó la marca CALORFLEX, que produjo para menaje casero, cazos eléctricos.
En Novelda, se concentraron otras industrias desde finales de la década de 1950, que produjeron lavadoras, cocinas a gas butano, bañeras, cacerolas, ollas a presión y hasta televisores. La marca familiar GRAN, desarrolló una importante industria que paseó su apellido por un país en pleno crecimiento. La otra insignia, fue ELDHOG, que se especializó en lavadoras, ollas de alta presión o cafeteras.
Y la localidad de Aspe, complementó con su industria de elevadores-reductores y estabilizadores de tensión la oferta. Hay que tener en cuenta que durante muchas décadas convivieron las tensiones de 125 V y 220 V, por lo que los nuevos electrodomésticos en las casas con viejas instalaciones eléctricas precisaban de un aparato estabilizador, que regulara, elevara o disminuyera en su caso la energía recibida. De tal modo que si además ocurría un subida de energía, era el aparato estabilizador quien la sufría y no el electrodoméstico. Hubo en esta población una quincena de marcas y fabricantes, todos ellos muy ligados a la familia Cervera, que inauguró este negocio con la marca DCA, siglas que respondían a su propietario, Domingo Cervera Alonso.
Hoy no podríamos vivir sin los electrodomésticos que nos rodean. Pero sin olvidar que hay que hacer un uso responsable, un reciclaje sostenible y compatible con el planeta.
David Beltrá & Verónica Quiles