La conferencia relata la historia del único carguero que pudo transportar a los alicantinos al exilio
José Agustín Gilabert, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Miguel Hernández, ha recordado los valores y la historia de aquellas personas que lograron huir del país ante el avance del franquismo gracias al carguero Stanbrook, el único navío que pudo abandonar el puerto de Alicante.
En el evento, que forma parte de las I Jornadas “Fets i Memòria» organizadas por la concejalía de Cultura, también ha participado Iñaki Pérez Rico, director general de Calidad Democrática, Responsabilidad Ciudadana y Fomento de Autogobierno de la Conselleria de Participación, Transparencia y Calidad Democrática.
Rico ha destacado que las comarcas alicantinas tuvieron una importancia manifiesta en la historia durante el final de la Guerra Civil, y por tanto asegura que “es algo que tenemos que recordar”, para así, a través de esa memoria colectiva, “construir un futuro mejor”.
Por su parte Gilabert ha relatado en la conferencia la descripción de aquellas personas que al final de la guerra estuvieron en el puerto de alicante esperando a los barcos para ir al exilio.
Los republicanos solo tuvieron la oportunidad de salir por medio de un único carguero que pudo pasar el bloqueo franquista en el puerto de Alicante, consiguiendo embarcar a más de 2.300 personas.
“Entre 15.000 y 20.000 personas que esperaban en el puerto se tuvieron que quedar en el puerto”, señalaba.
Estuvieron hasta el último momento intentando salir del país. Tan solo unos pocos miles lo consiguieron.
Respecto a los demás, Gilabert ha detallado durante su exposición que una gran cantidad de ellos acabaron en cárceles, en campos de concentración e incluso algunos fueron fusilados por los militares franquistas.
Los participantes en el acto no solo han pretendido explicar la historia de aquel carguero, sino que también han resaltado las tareas que se están haciendo en memoria democrática por parte de la Conselleria, para recordar los valores de aquellos exiliados que “intentaban que este país fuera más justo y democrático”, garantizaba el director general de Calidad Democrática.