Sergio Ramírez Mercado habla sobre su última novela “Tongolele no sabía bailar”, en la Casa de la Cultura. La conferencia tuvo lugar el 25 de febrero, a las 19:30 horas y fue presentado por José Luis Pellín, director de Biblioteca municipal.
El escritor es de origen nicaragüense, nacido el 5 de agosto de 1945, en el municipio de Masatepe. Comenzó la carrera de derecho en 1959, en la Universidad Autónoma de León. Durante esta época fundó una revista experimental que nombró Ventana y encabezó el movimiento literario, con el mismo nombre, junto a Fernando Gordillo. En 1964 se saca el grado de doctor en derecho y en ese tiempo es nombrado secretario general del consejo superior universitario centroamericano en dos ocasiones.
Su faceta literaria la comienza con el género del cuento, con un relato titulado, “El estudiante”. En 1970 publica su primera novela llamada “Tiempo de fulgor”. Lo más representativo de su carrera, al margen de su pasión por la literatura, es su entrega política, la cual marca todos los aspectos de su vida y las narraciones de sus historias.
En 1971, encabeza el grupo opositor de los 12, integrado por intelectuales, empresarios y sacerdotes, dirigiendo a civiles en apoyo del Frente Sandinista de Liberación Nacional. A su vez, lucha contra el régimen dictatorial de Anastasio Somoza Debayle.
Del 1985 a 1990, es vicepresidente junto con Daniel Ortega del gobierno de Nicaragua. Tras las elecciones democráticas de 1990, pierde el Frente Sandinista y actúa como jefe de la bancada Sandinista del Congreso Nacional hasta 1995.
Un año después, se retira de la política para dedicarse de lleno a la literatura, sin dejar de lado en sus historias su trayectoria como político, la cual tiene muy presente en sus narraciones. La novela “Adiós muchachos” de 1999 es un claro ejemplo.
Ramírez durante la conferencia afirma: “La política no era una necesidad, sino un aporte que le tenía que hacer a mi país con la esperanza de retomar la escritura”.
En su faceta de editor, funda la editorial universitaria centroamericana Educa en 1978. Y la editorial Nueva Nicaragua en 1981.
Su consagración literaria internacional sucede en 1998 cuando le otorgaron el premio Alfaguara por la obra “Margarita, está linda la mar”. En 1999, trabaja como docente impartiendo clase en diferentes países como Estados Unidos, México, Perú, España y Chile.
En cuanto a prensa, dirige publicaciones como “La carátula”, o “El libro Azul” del centro nicaragüense de escritores. En su faceta periodística trabaja en medios centroamericanos en lugares como Guatemala, Panamá, Salvador, Honduras, Costa Rica, América del Sur, Chile, Argentina, Bolivia y en España, en el periódico generalista El País.
Ramírez es un escritor laureado, que sostiene varios premios como El Danshiel Hammett en 1990, es caballero de las artes y de las letras de Francia en el 1993, medalla de honor presidencial del centenario de Pablo Neruda, premio José Donoso, doctor honoris causa por la Universidad de Chile, premio Cervantes en 2017 y en este año se convirtió en medalla de oro del circo de bellas artes de Madrid.
Hoy en día pesa sobre él una orden de arresto por la que tuvo que exiliarse de su casa, a causa de la persecución política por la dictadura familiar de Daniel Ortega y de Rosa Murillo.
No es la primera vez que le sucede ya que cuando era joven luchó contra la dictadura familiar de Somoza y le sentenciaron del mismo modo, esta vez tiene que exiliarse por la dictadura familiar de Daniel Ortega y de Rosa Murillo.
“Por pensar diferente, por disentir, por hacer valer su derecho a opinar, por creer en la democracia y defenderla”, según palabras del escritor
“Tongolele no sabía bailar” (2021), es el tercero de una trilogía integrada por “El cielo llora por mí” (2009) y “Ya nadie llora por mí” (2017). El libro ha sido prohibido en Nicaragua, a modo de los libros prohibidos por la Iglesia, por lo tanto, actualmente constituye una herejía.
La novela se desarrolla en la Nicaragua contemporánea, en la que su protagonista, es un policía que va envejeciendo junto a su país. Desde su perspectiva muestra una visión nostálgica por la revolución que vivió, lo que supuso para él reconocer cómo su sueño revolucionario fue falsificado y la lucha en la que murió tanta gente ha dado como fruto otra dictadura. A lo largo de los capítulos se muestra la corrupción con muchos de sus personajes todo bajo una narración realista.
“No podía ser un escritor que escribiera a oscuras en la habitación, sino cara a la realidad”, sentencia Sergio Ramírez
El doctor Sergio Ramírez Mercado con sus novelas representa la libertad literaria, la justicia y las libertades sociales, constituyéndose con todo ello un crítico social.