Augusto Beltrá ha recibido emocionado una placa conmemorativa y ha puesto en valor la colaboración de su esposa Mari Sol Tauste y de su hija Ana Beltrá en la labor desarrollada en esta inolvidable librería
El pasado 28 de abril la Sociedad Cultural Casino de Novelda clausuró los actos dedicados a la conmemoración del Día del Libro con un homenaje a Augusto Beltrá y a la Librería La Farándula.
El acto, presentado por Penélope Santana, tuvo lugar en el salón de los Tapices, tras concluir la Feria del Libro que durante toda la jornada se desarrolló en los salones anejos ante la imposibilidad de celebrarla en los jardines, como estaba previsto, por la pertinaz lluvia que cayó sobre Novelda ese día. Un recital poético en el que intervinieron los autores que participaron en la feria ofreciendo sus obras, preludió el homenaje a la Librería La Farándula y a Augusto Beltrá.
La presidenta del Casino comenzó su intervención diciendo que “en la trayectoria de la librería La Farándula, Augusto Beltrá, también escribió un relato de pasión por los libros, un compromiso con el conocimiento y una dedicación incansable hacia la libertad que emanaba de las páginas impresas”.
Utilizando citas de grandes obras literarias como el “Diario de Ana Frank” o “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón, Victoria Céspedes añadió que “en la librería La Farándula, cada libro era un tesoro, cada página era una invitación a explorar nuevos horizontes y descubrir nuevas verdades. Su compromiso con la difusión del conocimiento y la promoción de la cultura era evidente en cada estantería y en cada recomendación que ofrecía Augusto, con tanta pasión como sabiduría”.
La presidenta del Casino concluyó su parlamento destacando la incansable labor del homenajeado en la promoción del conocimiento y la difusión de la letras y reconociendo su invaluable contribución en defensa de la cultura y de los libros.
Un sorprendido Augusto Beltrá, que no tenía conocimiento de la distinción que se le iba a entregar, recibió emocionado la placa conmemorativa de manos de la presidenta del Casino.
Beltrá agradeció el honor con el que se distinguía a la librería diciendo que “en sus treinta y cinco años de existencia, la librería había sido reconocida con varios premios y distinciones nacionales, pero que este reconocimiento emocionaba y llegaba al corazón porque quien lo entregaba era una entidad del pueblo y que ello le conmovía al igual que lo habían hecho las múltiples muestras de cariño que recibieron cuando anunciaron el cierre de la librería y que seguían recibiendo a diario”.
Tuvo elogiosas palabras para su mujer Mari Sol Tauste, manifestando que fue ella quien se dejó convencer en 1988 para iniciar este proyecto cultural, que con sus luces y sus sombras, tantas satisfacciones les había dado, alabando su gestión el frente de la librería hasta que comenzó su labor educativa.
También agradeció la ayuda y colaboración de su hija Ana, que una vez acabados sus estudios universitarios se entregó con pasión al negocio familiar, calificándola como una librera de nacimiento, recordando que creció entre los estantes de la librería de la calle Castelar.
Ambas fueron premiadas por el público presente con un prolongado aplauso. El homenajeado no quiso finalizar su intervención sin reconocer también la labor desarrollada por las empleadas y empleados que trabajaron en la librería a lo largo de sus treinta y cinco años de existencia.
