Editorial
En el corazón de la Semana Santa noveldense, un conflicto inesperado ha empañado lo que debería ser una manifestación de respeto y unidad. La negativa de la banda de música Unión Musical la Artística de Novelda a interpretar la marcha fúnebre «Descanso Eterno», compuesta por el ilustre compositor y director noveldense Óscar Navarro, antaño, miembro de esa banda de música, no es solo una cuestión musical; es una afrenta a la Hermandad del Santo Sepulcro, al Ayuntamiento y, por extensión, a toda la sociedad de Novelda.
La Semana Santa es un momento de recogimiento y emociones, de comunión entre tradición y fe. La adquisición de «Descanso Eterno» por parte de la Hermandad del Santo Sepulcro, después de años esperando que el compositor dispusiera del tiempo necesario para poder componerla, simboliza el reconocimiento de un patrimonio cultural vivo y de un compositor que ha llevado y lleva el nombre de Novelda más allá de sus fronteras. Es un acto de justicia y de orgullo para la ciudad.
Sin embargo, la negativa de la banda la Artística a interpretar esta pieza ensombrece este gesto. Si el Ayuntamiento mantiene un contrato con las bandas de música de Novelda para que participen en actos oficiales, lo lógico es que estas cumplan con las directrices y deseos del que los contrata y les paga.
La música procesional no es un capricho, es parte esencial de la liturgia de la Semana Santa, y negarse a tocar una marcha específica, cuando ya demostró esta misma banda tocándola el año pasado, que no hay una justificación técnica o artística adecuada, es un desprecio inaceptable.
Si las razones detrás de esta negativa se deben a desavenencias personales o rivalidades con alguien, el daño es aún mayor. No se puede permitir que cuestiones ajenas a la música y a la devoción interfieran en una tradición tan arraigada. La música procesional no es un escenario para desavenencias personales, sino un medio para elevar el espíritu y rendir tributo a la historia y la fe del pueblo.
El Ayuntamiento y la Hermandad del Santo Sepulcro tienen razones legítimas para sentirse agraviados. El respeto institucional y cultural debe prevalecer sobre diferencias individuales o colectivas. Es imperativo que la Unión Musical la Artística reconsidere su postura y rectifique su actitud. Novelda no merece esta división, ni su Semana Santa (declarada de Interés Turístico Autonómico) puede verse empañada por decisiones que solo generan discordia.
Que no se olvide: la música es unión, es identidad, es memoria. Negarse a interpretarla cuando el pueblo lo demanda es darle la espalda a la esencia misma de nuestra sociedad.
Postdata: Por supuesto que quedan fuera de esta polémica los músicos de la Artística, que tantas muestras han dejado de su extraordinaria profesionalidad y calidad, y que nada tienen que ver con estas desafortunadas decisiones de sus dirigentes.