El próximo sábado, el escenario del Centro Cívico de Novelda se convertirá a las 20:00h en testigo de una de las cumbres del teatro universal: ¿Quién teme a Virginia Woolf?, la obra de Edward Albee que desde su estreno en 1962 sigue sacudiendo conciencias y emocionando a espectadores en todo el mundo.
La compañía Arizona ha elegido este texto por ser “la pieza que aborda con mayor crudeza y precisión los oscuros abismos a los que puede asomarse una relación de pareja”. A pesar de las décadas transcurridas desde su estreno, la obra mantiene intacta su vigencia. “Las relaciones humanas no han evolucionado tanto desde entonces, los conflictos siguen siendo los mismos, y el público tiene la oportunidad de verse reflejado en alguna de las circunstancias de las dos parejas protagonistas, la madura y la joven”, destacan los actores.
Encarnar a unos personajes tan complejos ha supuesto “una gran exigencia tanto mental como física, además del esfuerzo de aprender un texto prolijo y visceral, con altibajos de tensión y calma, una auténtica montaña rusa de emociones”. El proceso de preparación, tanto individual como grupal, ha requerido una gran entrega y una exploración profunda de las relaciones humanas, llevadas al límite en esta trama.
Durante los ensayos, confiesan, ha habido momentos de verdadera dureza emocional: “Especialmente en las escenas en las que el drama se aproxima a la violencia física y verbal, donde afloran la humillación, el dolor, la amargura y el fracaso personal”.
La versión de la compañía Arizona aporta un aire contemporáneo a este clásico. “Hemos tratado de acercarnos a la obra dándole un toque de modernidad, con una puesta en escena minimalista y estilizada, y una energía más propia del teatro de vanguardia que se representa hoy en día en nuestro país”.
El reto escénico ha sido mantener la tensión y atrapar al espectador en una historia que transcurre en un único espacio y en el transcurso de una noche. Para ello, los intérpretes han trabajado con intensidad: “Era imprescindible abrirse prácticamente en canal y actuar con el ritmo al máximo de revoluciones, pero también saber dar respiros que permitan la reflexión”.
¿Quién teme a Virginia Woolf? coloca un espejo frente al espectador para que se confronte con las luces y sombras de las relaciones humanas. La compañía espera que el público salga del teatro “con un nudo en la garganta y en el corazón, y con mensajes subterráneos que los animen a pensar, reflexionar y debatir sobre sus propias vidas”.
La obra ofrece tanto la crudeza del conflicto como la identificación con dinámicas de pareja y de poder, en una puesta en escena donde los personajes quedan desnudados ante la mirada del público.
“Extenuante”, así resumen los actores la experiencia de llevar este montaje al escenario, al que consideran un reto actoral extraordinario y una oportunidad única de interpretar una de las obras más importantes de la historia del teatro.










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