Su nueva novela “La Bestia” ha sido seleccionada como el Premio Planeta 2021
Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez han comentado durante la visita a la bodega Casa Sicilia sus principales expectativas sobre su nueva novela “La Bestia”, un paso hacia delante tras la gran acogida que recibió la trilogía de Elena Blanco (La novia gitana, La Red Púrpura y La nena).
PREGUNTA.- ¿Cómo empezasteis los tres a trabajar juntos?
RESPUESTA.- Nosotros al principio no pensamos en hacer un libro detrás de un seudónimo, pensamos hacer un libro entre los tres y aplicar nuestra forma de trabajar de los guiones a las novelas. Entonces, nos juntamos, ya que somos amigos y hemos trabajado juntos muchas veces y decidimos escribir una novela a seis manos.
Cuando habíamos terminado la novela y cuando nos salió la posibilidad de publicar «La novia gitana» dijimos ‘y qué nombre le ponemos, porque con tres nombres en la portada ya no nos cabe el título’.
Decidimos ponerle un seudónimo y salió el nombre de Carmen y uno de nosotros dijo: ‘oye pues Carmen mola’, y ahí que se quedó.
P.- ¿Qué opinan de la polémica surgida tras mostrarse como los escritores detrás de Carmen Mola al seleccionar a La Bestia como Premio Planeta 2021?
R.– Lo vivimos con un poquito de perplejidad, porque estábamos preparados para asumir el debate de la autoría colectiva, que nos parecía lo más peculiar de nuestro proyecto. El seudónimo a nosotros nos parece totalmente inofensivo e intrascendente, pero las polémicas surgen por algo.
No sé si hablan de la susceptibilidad excesiva de cierto sector del feminismo o qué, no lo sé. Nosotros respetamos la polémica y la asumimos. Nos la hemos tomado con deportividad.
P.- Tras el gran éxito de la saga que empezó La novia gitana y la consecución del Premio Planeta con La Bestia, ¿con qué expectativas afrontan el recibimiento de la novela?
R.- Es siempre complicado. Cuando tienes un éxito uno siempre desea un éxito. Y los éxitos de repente llegan, te pasan por encima, que es un poco lo que nos pasó con la trilogía de Elena Blanco.
Luego inevitablemente, cuando te pones a escribir piensas en toda esa gente que te está leyendo y a la que no quieres defraudar. Lo que pasa es que tampoco te puede convertir en un prisionero de esas expectativas.
Tu escribes algo que crees que está bien, lo disfrutas en el proceso y luego ya que la gente lo juzgue. En el caso de «La Bestia», de momento todo lo que estamos recibiendo es super bueno. Al final todo debe estar escrito desde la honestidad, gustándonos la historia, que nos lo pasemos bien haciéndola y que luego sea la gente quien decida.
P.- Acerca del proceso creativo, siendo La Bestia ya vuestra cuarta novela juntos, ¿cómo os reunís? ¿cuál es vuestra forma de escribir?
R.- Esas reuniones sobre todo son muy divertidas. Somos tres compañeros diciendo ideas, ampliándolas, haciéndolas más complejas y a la vez aparecen nuevas ideas que se van sumando.
De una idea inicial, que podría ser simplemente un apunte de las 10 de la mañana, pasa a ser una trama entera cuando decimos ya de ir a tomar unas bravas y unas cañas.
Que las reuniones sean divertidas es lo más importante porque nosotros antes que escribir para tener éxito escribimos para pasárnoslo bien. Es nuestra profesión y nos lo pasamos muy bien.
El proceso creativo es muy divertido, donde se pueden decir barbaridades, unas que se quedan en el tintero y otras que llegan a la novela. Una vez hecho eso, hacemos una escaleta capítulo a capítulo y nos ponemos a escribir. Ahí reescribimos, nos corregimos, discutimos, etc.
Nos dividimos la novela en bloques, pero después nos los vamos intercambiando de modo que cuando terminamos el proceso hay muchas veces que no sabemos qué ha escrito cada uno.
P.- Respecto a la historia de La Bestia, centrada en una época pasada como es la Madrid del siglo XIX, ¿cómo ha cambiado la forma de escribir y cómo se ha adaptado a dichos tiempos?
R.- Nos hemos documentado mucho, para escribir sobre 1834 hay que leer un montón de documentos. Hemos empezado leyendo a Galdós que habla en alguno de sus episodios nacionales de esa época. Hemos leído artículos de Larra para aprender las costumbres.
También hemos leído diarios de avisos, periódicos de la época de esos meses en los que transcurre la historia para cazar un poco qué se anunciaba en los periódicos y cómo era la vida.
Asimismo, hemos acudido a la cartografía del Madrid de 1834 y además hemos estudiado todo lo que necesita una novela de este tipo. Saber cómo era una inclusa en 1834, saber cómo eran las tertulias literarias…
Todo eso lo vas investigando, vas descubriendo cosas que son muy chulas y las incorporas.
En conclusión, vas haciendo una de las cosas que para mí es el principal atractivo de esta novela, que es el retrato del Madrid de 1834.
Es un retrato que es muy bonito y todos los problemas que aparecen en esa época resulta que tienen cierta aplicación con la época actual, que es lo bonito de las novelas históricas.
Están contando en realidad cosas de la actualidad, pero reflejando cosas del pasado.
P.- Para finalizar, ¿qué quiere ser Carmen Mola tras La Bestia? ¿Cuál es su futuro?
R.- Yo creo que el Premio Nobel, pero estamos todavía dándole vueltas (risas). Nosotros aparte de ser Carmen Mola somos guionistas, y entonces creo que no tenemos una obsesión en particular porque nuestras novelas pasen a convertirse en serie, aunque de verdad pasen a convertirse en serie.
Es algo que va a suceder con La novia gitana y que no se sabe si pasará con La Bestia.
Trabajamos en series y las sacamos por nuestro lado, y cuando trabajamos en una novela de Carmen Mola lo que nos interesa es la propia novela, el acabado final de la historia.
Hacia dónde va Carmen Mola, no lo sé, pero el primer paso es que en otoño sale la cuarta entrega de Elena Blanco, que se llama «Las madres». En eso es lo que estamos trabajando ahora mismo, y ya estamos terminando esa novela.
Después no sabemos qué vamos a hacer. Quizá volvamos al thriller histórico o quizá probemos otro tipo de género.
Con Carmen Mola y «La Bestia» nos hemos auto demostrado que podemos explorar géneros diferentes.
No nos cerramos ninguna puerta, mientras nos apetezca, tengamos una buena historia y nos lo estemos pasando bien nos vamos a lanzar a la piscina con lo que sea.