Según una antiquísima tradición, la Iglesia no celebra ningún sacramento ni en Viernes Santo ni en el Sábado Santo, excepto el de la Penitencia y Unción de enfermos.
El altar de la Iglesia de San Pedro se encontraba desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles.
Después del mediodía, a las cinco de la tarde tuvo lugar en Novelda la celebración de la Pasión del Señor, que consta de tres partes: liturgia de la palabra, adoración de la Cruz y sagrada comunión.
El sacerdote Eduardo Lorenzo y el diácono Carlos Gandía, revestidos de color rojo como para la misa, se dirigieron al altar, y, hecha la debida reverencia, se postraron rostro en tierra, y todos oraron en silencio durante un espacio de tiempo.
Todos los asistentes a los oficios se postraron de rodillas.
La primera parte fue la lectura de la historia de la Pasión del Señor, al finalizar el vicario Carlos Gandía procedió a la lectura de una breve homilía.
Continuó la segunda parte con la adoración de la santa Cruz. Los sacerdotes, acompañados por dos monaguillos con velas encendidas, se dirigieron a la entrada de la iglesia, donde se encontraba la cruz cubierta con un velo, para llevarla hasta el altar. El sacerdote, hizo varias paradas donde fue poco a poco descubriendo la parte superior de la Cruz, y fue al llegar al altar cuando la descubrió totalmente. A continuación, los fieles se acercaron procesionalmente para adorar la cruz mediante un signo de veneración.
La tercera parte fue la celebración con la sagrada comunión. Sobre el altar, desnudo, se extendió el mantel y sobre el mismo se colocó el corporal y el misal. Mientras tanto el sacerdote Eduardo Lorenzo, trasladó el Santísimo Sacramento desde la capilla de la Aurora al altar, acompañado por los dos monaguillos con velas, mientras todos permanecieron de pie y en silencio.
En este día la sagrada comunión se distribuye a los fieles únicamente dentro de la celebración de la Pasión del Señor.
Acabada la distribución de la comunión, se volvió a dejar el Santísmo Sacramento en la capilla de la Aurora.
La celebración finaliza con la bendición del sacerdote a los fieles. Se desnuda el altar, pero dejando sobre él la cruz.
Los que han participado en esta solemne acción litúrgica vespertina no celebran la hora de Vísperas.
Tras esta celebración tuvo logar, a las 20.00h la procesión del Santo Entierro, con la participación de todas las Cofradías y Hermandades de nuestra ciudad.