En un escenario repleto de sátira, ironía y verdades incómodas envueltas en carcajadas, la tradicional embajada humorística de Novelda volvió a convertirse en el altavoz popular donde lo que no se dice en los plenos… se canta, se ríe o se dramatiza entre moros y cristianos. Una crónica social, política y local disfrazada de humor que dejó pocas cabezas sin tocar.
Declamadas por Jaime Miralles y Antonio Rodríguez iñesta «El Fini», como embajadores humorísticos desde el 2023, la embajada, como cada año, no tuvo padre ni dueño. Y esta edición, menos que nunca. Con la lluvia haciendose presente con algunas gotas de agua, desde el principio, quedó claro que el guion no iba a dejar títere con cabeza. Se mezclaron críticas al ayuntamiento, menciones punzantes a dirigentes nacionales, sátira hacia las obras eternas, la reforma del mercado de abastos, o el conflicto del pipicán.
Entre el público: risas, sorpresa y aplausos. Algunos se removieron en sus asientos, otros se reían con la boca tapada. “Esto está basado en hechos reales, aunque parezca ficción”, advirtieron los embajadores al inicio. Y razón no les faltaba.
Pero la fiesta también tuvo sus elogios. A asociaciones como Capaz, al pregón de Ramiro, al Orfeón y a todos los cargos que “se portaron como toca”. Aplausos para quienes trabajan en la sombra y merecen el reconocimiento, aunque también hubo chascarrillos para “los que se ponen en carroza enseñando la barriga”.
Embajada sí, pero con nombre y apellidos. José Eugenio fue nombrado, aunque «está escondido», dijeron en tono burlón. Y entre bromas sobre la falta de nuevas comparsas cristianas y la sobreabundancia de moras, se soltó una propuesta: «Si esto sigue así, de moros y cristianos pasaremos a negreros y esclavos». Humor negro, como la tinta que todo lo escribe.
Conclusión: todos reciben. Nadie se libra. Ni políticos, ni músicos, ni reinas, ni bandas, ni vecinos. Pero todo se sirve con una sonrisa, una palmada en la espalda…
¿Moraleja? Si quieren ayuda, que la pidan. Y si se enfadan, que se aguanten: la embajada no tiene dueño, y mucho menos, censura. Así culminaban la embajada humorística de este año.
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