Una mirada puede significar tantas cosas, todo depende en realidad de la sensación que deje en tu mente, lo que acaba de entrar por tus ojos, mirar de una forma sosegada y serena, te lleva a ello. Hay tantos sitios a donde hacerlo. Como ver por la calle, escenas de la vida cotidiana, una muy humana, es la de ver a una madre jugar con su hijo. Y el quedarte mirando asombrado y con divertida perplejidad, a un grupo de ancianos reír a carcajadas. O mirar de forma simple e inocente hacia las nubes que se pasean por el aire, intentando descifrar en sus formas las de un animal o rostro humano. También escuchar y observar en el campo, ese peculiar sonido como el de un remolino que producen las alas de los tordos al iniciar su vuelo. Emocionante también es el ver caer la lluvia del otoño, desprendiendo la tierra al mojarse ese aroma entrañable y evocador a naturaleza que despierta, lluvia que produce melancolía con una mezcla de placer interior al verla caer dentro de casa tras una ventana con visillos.
El otro día observé una escena divertida y simpática. Estaba una pareja en un parque, comiéndose una manzana entre los dos. “Vols un mosset?” le decía él, cuando de pronto ella sacó del bolso un bloc y un lápiz, y se puso a dibujar. Yo miraba con curiosidad disimulada, leyendo un periódico, la cara de la chica. Sus ojos inquietos se cerraban y abrían, queriendo atraer hacía ellos lo que quería dibujar, que era el rostro del chico. Al terminar, indecisa, le enseñó lo que había pintado diciéndole: “no te rías al verlo”. La repuesta de él, en una amable broma: “tienes que practicar más, pero al menos las orejas se parecen a las mías”. Se fueron entre risas dándose besos y abrazos.
Encuentros y visiones que nos producen una gran satisfacción y que deberíamos recuperar a menudo, como el volver a estar con personas de las que guardas un grato recuerdo. O en rincones de tu pueblo por los que vuelves a pasar y te rememoran vivencias gratas casi olvidadas. Entrar en ese libro que dejaste a medio leer, encontrado una historia interesante que te lleva a terminarlo.
Francisco Penalva Aracil
Escritor


 
 
 









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