Rosa Mary Rizo, psicóloga: "Ya en Navidad he creído conveniente acordarnos de las personas que sufren en estas fechas por la pérdida de un ser querido. Esta pérdida puede haberse producido por un fallecimiento o por una ruptura sentimental".
Cuando pensamos en la Navidad, lo habitual es que afloren en nosotros recuerdos de nuestra infancia, cuando vivíamos despreocupados y felices por la ilusión y alegría que se respira en estas fechas. Pero al crecer aprendemos que la desilusión también existe en estos días.
Las personas que están en duelo viven estas festividades con fuertes sentimientos de contradicción y de incomprensión por su pérdida. Tras perder a un ser querido, cualquier celebración se convierte en un recordatorio de su ausencia, por lo que el desafío emocional que vivimos durante la Navidad es muy grande. La mayoría de las personas que nos rodean quieren celebrar y estar felices, lo cual hace más difícil expresar el sentimiento de dolor que sentimos.
“No diré no llores, porque no todas las lágrimas son malas”
J.R.R. Tolkien
La reciente pérdida va a modificar nuestras ganas de vivir la fiesta, por lo que en estos momentos resulta importante construir una Navidad diferente a las anteriores, incorporando maneras nuevas de celebrar estos días cargados de dolor y tristeza. Pensemos que no existe una forma correcta o incorrecta de vivir la Navidad, sobre todo tras sufrir una pérdida emocional, y las siguientes consideraciones pueden resultar de utilidad:
- Planifica la celebración. Comenta con tu familia y amigos cómo te gustaría que transcurrieran estos días, sobre todo las fechas señaladas. Incluso puedes acordar con ellos una manera de satisfacer tus necesidades emocionales, permitiéndote un tiempo para desahogarte o llorar con ellos o a solas, si fuera necesario.
- Expresa tus emociones con naturalidad. Es muy saludable que las dejes fluir y también que las comuniques a tus seres queridos. Ellos quieren ayudarte en tu dolor y aliviar tus emociones con ellos os resultará de utilidad a ambos. Pero no te instales en la tristeza, déjala salir con serenidad y trata también de buscar aquello que te emocione de forma positiva.
- Simboliza al ser querido fallecido. Puedes utilizar una foto o encender una vela en su memoria, cualquier acto que para ti conmemore su recuerdo y te ayude a darte cuenta de que no se ha ido del todo, porque de alguna forma una parte de él o de ella sigue contigo. Podemos pensar que su presencia simbólica puede provocarnos malestar, pero la sensación de su total ausencia causará un malestar mayor.
- Libérate del estrés que te supongan los preparativos y las celebraciones antes y durante las fiestas. No serás el único que sufra la excitación, pero en tu caso no será positiva. Busca actividades que te evadan de tus pensamientos negativos, sal a caminar, lee un libro, practica ejercicio físico, realiza alguna manualidad, lo que sea que te conduzca a distraerte. Tomarte un respiro también será necesario estos días.
- Comparte con los demás. Puedes acompañar a un amigo enfermo, o colaborar con alguna asociación de caridad, o bien compartir tu tiempo con personas necesitadas de afecto y de cariño. Estas acciones te reportarán emociones positivas como ninguna otra cosa, y te ayudarán a sentirte cerca de otras personas en estos dolorosos momentos.
Si durante estos días te descubres a ti mismo feliz, disfruta de ese momento sin sentirte culpable. Dejar el dolor a un lado, dirigir tu atención a otras esferas de la realidad que te rodea, no es malo y no expresa que quieras menos a la persona ausente o no le añores. En ningún caso estarás traicionando a esta persona ni su memoria, sólo significará que te estás adaptando de forma adecuada a su ausencia.
Pero si el dolor es demasiado limitante, lo recomendable es hacer terapia, proceso que nos ayudará a conocernos a nosotros mismos, conocer nuestras creencias limitantes y aprender estrategias saludables para estar en paz.
Rosa Mary Rizo Martínez
Gabinete Psicológico
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