El consejo de los profesionales: Rosa Mary Rizo Martínez. Psicóloga

NOS VAMOS DE VACACIONES, ¡QUÉ ESTRÉS!

Es curioso que, precisamente en la época del año más placentera, irrumpa en nuestro estado de ánimo el estrés o la tensión. Como si nuestro organismo nos pasara factura del acumulado cansancio, desgaste y tensión de todo el año, de manera que, cuando baja el ritmo de su actividad diaria, los saca de golpe. Y es que nuestro organismo necesita adaptarse ante un cambio excesivamente brusco.

Necesitamos las vacaciones. Necesitamos cambiar de rutina, liberarnos de las obligaciones en los horarios y las actividades. Y lo necesitamos para preservar una adecuada salud mental, pero también porque de esta forma mejoramos nuestra propia eficiencia en el trabajo. Merece la pena entender que este período no es una pérdida de tiempo, sino una inversión en nosotros mismos.

Pero no echemos toda la culpa al trabajo. A veces las vacaciones son una fuente de frustración en sí mismas. Durante el año soñamos con estar de vacaciones y esperamos este momento con ilusión, creyendo que bastarán unas semanas para descansar, recuperar el tiempo perdido con la pareja, hacer un viaje inolvidable que nos permita descubrir varias culturas en una semana, leer los libros que habíamos dejado a medias y llevar una intensa vida social. Pero nada más lejos de la realidad. Si durante el año no cuidas tu estado físico, emocional y espiritual, es muy difícil que lleguen las vacaciones y veas cumplidas tus expectativas.

Bastan pequeñas cosas que están al alcance de cualquiera, para disfrutar y salir fortalecidos del veraneo: ejercicio físico, actividades aparcadas, libros que ilusionen, conversaciones con amigos, más horas de sueño y paseos por la naturaleza.

Pero como se trata de ser prácticos, veamos unos simples consejos para pasar las vacaciones sin estrés:

-Procurarse un último día de trabajo tranquilo, sin pretender concluir con todo a marchas forzadas, y entendiendo que en unas semanas volveremos y todo seguirá igual.

-Vivir sanamente, comer y beber de un modo equilibrado, moverse y dormir suficiente, y dedicar algún tiempo a uno mismo.

-Eliminar la idea de que se «tiene» que hacer todo tipo de cosas durante las vacaciones. La clave es reemplazar el «tengo que» por el «me gustaría» para que todo sea menos fatigoso.

-Tratar de preparar bien las vacaciones, tomarse suficientes días y no idealizar las vacaciones con el fin de no sentirnos decepcionados cuando concluyan.

-Finalmente, eliminar los elementos molestos, como por ejemplo los correos electrónicos y llamadas telefónicas profesionales durante las vacaciones.
En definitiva, el secreto reside en saber disfrutar de esos pequeños placeres que hacen la vida agradable.

Rosa Mary Rizo Martínez
Psicóloga
Nº col.: PV-6025

C/ Maestro Segura, nº 1, Novelda Tf. 965 606 044 / 607 683 714

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