Desde el Domingo de Ramos con la bendición de las palmas, la procesión emulando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y la celebración de la Santa Misa; hasta el Domingo de Pascua, nuestras calles se llenan de solemnidad, emoción y devoción. Cada procesión, imagen, marcha, nos conecta con nuestra historia, raíces y con los valores que nos definen. La presencia de las imágenes, de gran belleza, portadas en sus tronos, el paso lento de cofradías y hermandades, el silencio reverente, nos invitan a reflexionar sobre el verdadero significado de la Pasión de Jesús y el sacrificio por el que se nos ha redimido: SU MUERTE EN LA CRUZ.
Nuestra Semana Santa con más de 140 años de historia, no solo es una celebración religiosa; es una manifestación de nuestra identidad, de la fe arraigada en nuestra tierra durante siglos, es una oportunidad para fortalecer los lazos de hermandad entre los noveldenses, para reivindicar nuestra cultura, raíces y una tradición que se transmite de generación en generación. Esta celebración tiene el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Autonómico. Un distintivo que pone en valor su riqueza patrimonial, el esfuerzo colectivo que, con su dedicación y pasión, hacen posible que nuestra Semana Santa sea un referente en la región, adquiriendo más visibilidad, además de fortalecer la identidad cultural y turística de la ciudad.
La Junta Mayor de Cofradías y Hermandades desempeña un papel esencial en la organización y conservación de esta tradición. Su labor va más allá de representar, coordinar o gestionar; se encarga de mantener viva la historia, de fomentar la convivencia entre cofrades y de transmitir a las nuevas generaciones el legado de nuestros antepasados. Es mucho el trabajo a realizar para que todos podamos disfrutar y es de justicia agradecer a todas esas personas que de una manera u otra participan, desde sacerdotes, monaguillos, presidentes de cofradías y hermandades, cofrades, pregoneros, músicos, policías, etc.
Siento un profundo orgullo por la Semana Santa de nuestra ciudad. Ha sido un honor haber asistido a actos litúrgicos y procesiones, compartiendo con mis vecinos y amigos momentos muy emotivos. Es imperativo preservar y promover las costumbres que nos definen y nos dan carácter. La Semana Santa de Novelda es un reflejo de este legado, de un pueblo que, a pesar de los tiempos que corren, sigue siendo fiel a su identidad y principios.
Sin embargo, no puedo dejar de señalar una circunstancia que empañó la solemnidad de un momento muy especial: la entrada del Santo Sepulcro a la Parroquia, uno de los momentos más esperados y significativos, llegó sin la música que tradicionalmente acompaña a este acto. No podemos permitir que detalles como este resten solemnidad y emoción a lo que debería ser una manifestación de fe plena. Alguien falta por dar explicaciones.
Fdo.: Marga Serrano Mira