A la edad de 99 años, hoy ha fallecido el investigador Santiago Grisolía. El próximo 6 de enero hubiese cumplido los 100 años. El mundo de la ciencia y la cultura está de luto.

Fundador de los prestigiosos premios Jaime I, Presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC) y Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica en 1990. Presidió el Comité de Coordinación de la UNESCO para el Genoma Humano.

En su trayectoria fue decisiva la colaboración con el doctor y Premio Nobel Severo Ochoa por quien siempre demostró profunda admiración hasta el punto de conseguir que la capital del Turia diera su nombre a una calle, la misma en la que residía el propio Grisolía frente a la Facultad de Medicina de la Universitat de València.

También estuvo investigando en su etapa americana. En la Universidad de Chicago inició el uso de los isótopos marcadores para el estudio de pautas metabólicas, con cuya técnica consiguió demostrar la fijación del dióxido de carbono en tejidos animales. Luego llegó el contrato con la Universidad de Wisconsin, donde contribuyó de manera decisiva al conocimiento del ciclo metabólico de la urea. Y después vino Kansas.

Tan brillante trayectoria, como no podía ser de otra manera, desembocó en una cosecha de premios entre los que brilla el ya apuntado Príncipe de Asturias y los numerosos doctorados Honoris Causa, entre los que se encuentra el de la Universitat Politècnica de València.

D.E.P.