Art. de opinión de Vicente Díez

El Giro de Italia, "la corsa rosa"

Al añorar las entrevistas a los deportistas noveldenses, lo compenso en mi retiro murciano contando leyendas del ciclismo profesional. Ya escribí en su día varios artículos sobre la historia del Tour de Francia. Para más adelante, dejaré la de la Vuelta Ciclista a España. Hoy me decido por la ronda italiana, próxima a arrancar en estas fechas de Mayo. La carrera tiene ciertas similitudes con otra contemporánea, el Tour de Francia; anécdotas que relato en este escrito.

El origen previo a su nacimiento (1909) parece calcado al del Tour, cambiando los nombres de sus fundadores. En Italia había entonces y siguen hoy, dos periódicos rivales, Il Corriere della Sera y La Gazzeta dello Sport. Il Corriere ya organizaba algunas carreras de un día, que adquirieron prestigio como Clásicas; el Giro de Lombardía desde 1905 y la Milán – San Remo desde 1907. El signore Costamagna, director de la Gazzeta, dio luz verde al descabellado proyecto de recorrer toda Italia en bicicleta, sugerido por uno de sus periodistas, Tullio Morgagni y acompañado por otro entusiasta del pedal, Alfonso Cougnet; decidieron adelantarse al rival en este megaproyecto.

Total, que con nocturnidad dieron la salida a las tres de la madrugada a los 127 ciclistas que se apuntaron a "aquello". Se cortó la cinta de salida en la Piazza Loreto en Milán y hasta Bolonia en la etapa inicial. Copiando al Tour, (¿quién copió a quién?), se disputaba una etapa cada dos o tres días, pues había jornadas intermedias de descanso, para que los ciclistas pudieran poner a punto sus bicicletas, engrasarlas, repararlas… entonces, el sufrido corredor debía ser un "manitas" de la mecánica, la alimentación, el lavado y zurcido de su vestimenta e incluso de la enfermería, para ocuparse de sí mismo, pues no había nadie que prestase estas necesidades como en la actualidad. Aquello era "matador"  y acabaron 49 corredores, un 38% de los que comenzaron. La clasificación general era por puntos; o sea, al llegar el vencedor de la jornada se le aplicaban cero puntos y al resto de corredores, un punto por cada cinco minutos de retraso y el primer vencedor en el palmarés, Luigi Ganna, sólo acumuló 27 puntos en los días previos; en total, ocho etapas y 2.444 kms. dan un promedio de 305,5 kms/etapa y los caminos o carreteras de entonces,.. imagínense.

En ediciones posteriores se aumentó a doce etapas El año 1911 Roma fue la ciudad de inicio y final del Giro. El año siguiente vio la novedad de disputarse por equipos; se sumaban los puntos de los tres primeros integrantes de la squadra o equipo en la meta de cada etapa. Esta modalidad no convenció y en 1914 se pasó al sistema de suma de tiempos, como se hace actualmente en cualquier prueba por etapas; en el Tour se rectificó esto en 1912. El primer doble vencedor fue Carlo Galetti (1910 y 11) quien en 1912, participó integrado en la squadra Atala, vencedora por equipos. De haber sido por clasificación individual, Galetti habría sido triple vencedor pues individualmente aportó menos puntos que los demás, pero… se quedó con dos para él y uno para su squadra.

La I Guerra Mundial obligó a parar toda actividad deportiva desde 1915 hasta 1918 y al igual que el Tour, en 1919 regresaron ambas rondas a la palestra.

En el país de la bota apareció entonces un fenómeno de la época, Constante Girardengo con doble triunfo (1919 y 23). Otro ciclista destacado de entonces fue Giovanni Brunero, primer triple vencedor (1921, 22 y 26). Y la anécdota insólita fue que en 1924 permitieron participar a una mujer, Alfonsina Strada, quien no lo hizo del todo mal en las primeras siete etapas pero en la octava llegó con el control cerrado; llovieron las críticas telegráficas y telefónicas, por lo que permitieron a la signorina reincorporarse al pelotón, pero sin tomarle tiempos en la clasificación general hasta la conclusión en Milán y la ovación que recibió Alfonsina superó a la del vincitore final, Giuseppe Enrici. Las féminas hubieron de esperar hasta 1988 para disputar el Giro femenino.

Ni qué decir tiene aquello de que los ciclistas debían llevar consigo o en la mochila del manillar todo cuanto necesitasen o pudieran desear, como es agua, alimento, tubulares, herramientas…y una buena dosis de paciencia cuando se quedaba alguno descolgado y ante un cruce sin señalización, optara por preguntar si debía “girare a la destra o la sinistra" a alguien que hubiese por allí.

La década de los años 20 vio aparecer al hasta entonces mejor ciclista de todos los conocidos, Alfredo Binda, primer quíntuple vencedor (1925, 27, 28, 29 y 33) y acabó segundo en 1926; a lo que sumó tres maillots "arco iris" de Campeón Mundial de Fondo en Ruta, siendo el primer profesional en vestir esta emblemática vestimenta (1927, en Nurburgring, Alemania); era conocido por "il primo Campionissimo" e igualmente añadió algunas Clásicas a su palmarés, además de ser un todo terreno, con 40 victorias de etapa  en sus diversas participaciones. En este apartado, varias décadas después, fue superado con 41 victorias de etapa por el eficaz sprinter Mario Cipollini, alias "l´Amoroso" , pues tenía fama de ser un donjuan entre las azafatas besuconas. En el año 1930, con cuatro Giros en su haber y los tres últimos consecutivos, la organización propuso a Binda y éste aceptó, quedarse en casa previo pago de una cantidad en metálico idéntica a la del vencedor final, pues en caso de participar, estaba ya desvelada la incertidumbre por saber el vencedor y toda prueba aumenta su interés si la lucha por ser vencedor final se conserva hasta la última pedalada. Su único punto flaco fue que salió poco de Italia para competir; lo opuesto a otro compatriota, Ottavio Bottecchia, primer italiano vencedor en el Tour de Francia (1924 y 25) quien vivió casi siempre en la Galia y apenas pasó a correr a Italia. Aquel año 1930 el vencedor fue Luigi Marchisio.

Otro personaje ligado al ciclismo mundial fue el italiano Tullio Campagnolo, un modesto corredor en los años 20, de los que apenas aparecía delante, pero que era un artista con letras mayúsculas para la mecánica y la matricería. Hizo artesanalmente un sistema de cierre para los ejes de las ruedas, mucho más rápido que las palomillas, las cuales continuaron aún bastantes años en las fotos de varios profesionales. De inmediato se hizo un hueco entre los artesanos del ciclismo y en 1933 abrió su primer taller, pues en casa ya no tenía espacio para operar. Pasó después al cambio de piñón y de plato, así como posteriormente a casi todos los componentes de la bicicleta, excepto el cuadro, los tubulares y el sillín. La fábrica Campagnolo en Vicenza adquirió prestigio internacional y con el tiempo, fue copatrocinadora de diversos equipos profesionales. En la escalera de la iglesia donde celebraron su óbito, el propio Eddy Merckx hizo de portavoz de todos los usuarios de esta emblemática firma. Por su parte, Merckx comenzaba a tener sus propias ideas como fabricante de bicicletas y si tenía algun día con tiempo libre, acudía a la fábrica de otro italiano, fabricante de cuadros, Ernesto Colnago, quien al ver el interés de Merckx le propuso que se asociasen, añadiendo la fama de Eddy a la publicidad que ello reportaría, pero el belga afirmaba que sólo le interesaba mirar la fabricación. Años después, ya retirado, Merckx instaló su propia fábrica de bicicletas en Bélgica, ensamblando piezas de diversas marcas y con cuadros fabricados por otros artesanos a los que se añadía la etiqueta del as belga. Oí decir que en las bicis Merckx se pagaba la marca, porque en la relación calidad/precio estaban algo caras.

En España tenemos un caso similar; hay un excorredor albaceteño, conocido por Pepe  “el Gato”, que en su época de amateur fue uno de los vencedores de la carrera que celebramos en Novelda el 22 de Julo. Llegó a profesional, aunque de los  modestos y duró poco en la élite. En su casa cercana a Almansa comenzó a confeccionar con su esposa, cascos para ciclistas con el nombre y la silueta de un gato, “Wildcat”, o “gato salvaje” traducido del inglés. Ha tenido tal éxito que hubo de instalarse en una nave industrial y hoy se ven sus cascos en cualquier tienda especializada, así como entre muchos de los profesionales del pelotón internacional. 

Se hacía necesario que los tifossi reconocieran al líder del pelotón y el nuevo direttore Cougnet imitó la teoría del Tour, creando la "maglia rosa", en homenaje al color de las hojas del diario organizador y el primero en vestirla por ser el vencedor de la primera etapa, Milán – Mantova, fue otro ciclista extraordinario, Learco Guerra, aunque el vencedor final de aquella edición (1931) fue Francesco Camusso. Por su parte, L. Guerra consiguió inscribir su apellido en el palmarés en 1934. Otra similitud con la "Grande Boucle" francesa fue que en el año 1933 se disputó el premio de la Montaña, con Binda estrenando ese palmarés. Hasta entonces, se concedían primas en metálico a los primeros en pasar por las cimas de los puertos alpinos de montaña, pero la puntuación y por tanto la clasificación de escaladores, comenzó en aquella edición.

Binda se apagaba a mitad de la década de los años 30 y de inmediato apareció en el firmamento ciclista transalpino una nueva figura, Gino Bartali, alias "el Monje Volador", quien también fue triple vencedor (1936, 37 y 46). Se convirtió en el héroe nacional, pues también venció en Francia dos veces (1938 y 48). El dictador Benito Mussolini le pidió a Bartali que venciese en aquel Tour de 1938; o sea, que se convirtió en el primer transalpino en conseguir ambas carreras nacionales. Al lograrlo, parece ser que la tensión prebélica y política que se respiraba en Italia bajó algo su temperatura, aunque sólo sirvió para retrasar que Italia entrase en la II Guerra Mundial. En el Giro tuvo como rival inicial a un doble vencedor, Valetti (1938 y 39). Otro detalle de Bartali es constatar que tanto en Giro como en Tour consiguió triunfar con diez años de margen, debido a la contienda europea, que paró toda práctica deportiva o similar y sin duda, a su clase “eterna”.

El climax deportivo o lucha fratricida subió a lo más alto en 1940No obstante lo anterior, el climax deportivo o lucha fratricida subió a lo más alto en 1940, con el debut en el Giro de uno de los gregarios de Bartali, Fausto Coppi, un joven "de otra galaxia", inscrito en la squadra Legnano para ayudar a Gino a vencer pero… Coppi se alzó con el primero de sus cinco Giros (1940, 47, 49, 52 y 53). Era notorio que Fausto debía independizarse con un equipo de corredores a su servicio y se integró posteriormente en la squadra Bianchi. De inmediato, se hizo el corte de este guión pues Italia entró aquel año en la contienda. Como tantos otros jóvenes, ambos fueron movilizados y lograron salir vivos de aquella masacre, reintegrándose al Giro en su reanudación (1946). No obstante, disfrutando de un permiso, en 1942 Coppi consiguió superar el Record Mundial de la Hora en Pista en el velódromo Vigorelli de Milán.

Ya se dijo que Bartali fue el vencedor de aquella edición del regreso a los pedales (1946), pero Coppi era imparable; aunque acabó segundo en dos ediciones (1946 y 55). Asimismo, fue el primero en conseguir el "doblete" Giro – Tour en un mismo año y por partida doble (1949 y 52). En cuanto al "doblete", lo consiguieron  posteriormente el francés Jacques Anquetil "monsieur Chrono" (1964); el belga Eddy Merckx "el Caníbal" (1970, 72 y 74); el francés Bernard Hinault "el Tejón" (1982 y 85); el irlandés Stephen Roche (1987); nuestro Miguel Indurain “el Extraterrestre" (1992 y 93) y Marco Pantani "el Pirata" (1998). Hubo otros campeones ciclistas con ambas carreras en su palmarés, pero en años distintos, sin "doblete" y fueron Hugo Koblet; Charly Gaul; Gastone Nencini; Felice Gimondi; Laurent Fignon y el actual Vincenzo Nibali.

Volviendo a la rivalidad interna italiana, este país tuvo casi siempre la coincidencia o la suerte de disponer simultáneamente de dos campeones que se repartían el corazón de los tifossi, pues a la pareja Bartali – Coppi le antecedió la de Girardengo – Brunero (años 10) y Binda – Guerra (años 20 y parte de los 30). Por si faltaba algo para Bartali y Coppi, fue la aparición como de un trío, de otro ciclista destacado entonces, mediados de los 40 hasta mediados de los 50; Fiorenzo Magni alias "il Terzo Uomo" o "el Tercer Hombre", también triple vencedor del Giro (1948, 51 y 55), además de algunas Clásicas consecutivas que le valieron el título de “León de Flandes”. Y vieron aparecer a su próxima pareja, Nencini y Baldini (segunda mitad de los 50). Después, Gimondi – Motta (años 60); Mosser – Saronni (años 80); Bugno – Chiapucci (años 90)…

Hasta 1950 no se dio el primer triunfo de un extranjero en el GiroHasta 1950 no se dio el primer triunfo de un extranjero en el Giro, el suizo Hugo Koblet "el Bello Hugo", quien consiguió al año siguiente el Tour francés. Precisamente, el país helvético también tuvo a su pareja rival y triunfadora, con Ferdinand Kubler “el Hombre Caballo”, vencedor del Tour (1950). Suiza hubo de esperar hasta la década de los 90 para contar con otra pareja de ases, Tony Rominger y Alex Zulle. Otro suizo de nacimiento con raíces italianas fue Carlo Clerici, vencedor del Giro 1954. Un doble vencedor fue el luxemburgués Charly Gaul “el Ángel de las Nieves” (1956 y 59). Aquel año 1956 quedó para la historia como el Giro de la nieve y sucedió algo que determinó a los dirigentes mundiales del ciclismo a introducir a toda prisa una variante en el reglamente y sucedió así: faltaban pocos días para finalizar aquel Giro y la noche anterior nevó mucho; Gaul fue el vencedor de aquella espantosa etapa que no se anuló y a pesar de llegar con cara de esquimal congelado, sólo habían arribado otros ocho ciclistas a la meta cuando se cerró el control. ¿Se imaginan un Giro con nueve corredores? Total, que la organización decidió reenganchar al resto de los que llegaron a la meta y con una especie de clasificación general aparte para los repescados, Algo similar acaeció en el Tour de 1971 cuando Luis Ocaña dejó fuera de control a la mitad del pelotón y aunque consiguió ser líder, pocos días después sufrió un accidente que le obligó a abandonar, pasando el maillot dorado y el triunfo final a su eterno rival, Merckx.

Volviendo a los vencedores foráneos en Italia, vino otro doble vencedor, el francés Jacques Anquetil “monsieur Chrono” (1960 y 64); el casi invencible belga Eddy Merckx quien también llegó a cinco victorias (1968, 70, 72, 73 y 74); dos nuevos belgas, Michel Pollentier (1977) y Johan de Muynck (1978); el galo Bernard Hinault “el Tejón” (1980, 82 y 85); su alumno y posterior rival, Laurent Fignon (1989), a quien en 1984 la organización del Giro le escamoteó el triunfo final, al cambiar el día previo a la última etapa el trazado de ésta, pasando de ser en línea a contra reloj individual, lo que benefició descaradamente a un italiano, Francesco Mosser, sensacional contrarrelojista pues fue recordman mundial de la Hora; si bien, Mosser era un negado ante la alta montaña y sólo así consiguieron guardar el triunfo en casa, que no el escándalo por la evidente trampa. Mosser nunca quiso hablar de "su mejor triunfo". En el palmarés de la "corsa rosa" figuran también el irlandés Stephen Roche (1987): el yanqui Andrew Hampsten (1988); el navarro Miguel Indurain (1992 y 93); el ruso Evgueni Berzin (1994); el suizo Tony Rominger (1995); otro ruso, Pavel Tonkov (1996) y ¿cómo no?, nuestro líder actual, Alberto Contador (2008 y 15), a quien el triunfo de la edición de 2011 la UCI se lo anuló posterior e injustamente debido a su no demostrada culpabilidad en un raro asunto de consumo de carne con mínimas muestras de productos dopantes; si bien esta sería otra larga y discutida historia que en su día redacté; ¿recuerdan el artículo "La gallina de Valverde y el eructo de Contador?". Otros vencedores extranjeros fueron el ruso Denis Menchov (2009); el canadiense Ryder Hesjedal (2012) y el enésimo es el colombiano Nairo Quintana (2014). Sinceramente, un palmarés cuajado de vencedores extranjeros aumenta mucho el prestigio de cualquier prueba, pues demuestra su internacionalización.

A pesar de esta larga lista de vencedores foráneos, hasta 1950 apenas hubo algún extranjero en el podio, que no vencedor, como fueron los casos del tercer puesto para el  belga Marcel Buysse (1919) y el francés Jean Alavoine (1920), logrando subir hasta el segundo cajón del podio el belga J. Demuysere (1932). Antes de Hugo Koblet, hubo una leyenda no demostrada, en la que se decía que los italianos practicaban un férreo marcaje hacia cualquier extranjero que destacase en su Giro y que, tras dejarle fuera de peligro, comenzaba la lucha fratricida entre ellos por el triunfo final, Desde 1950, el podio ha estado ocupado por casi tantos extranjeros como transalpinos.

Y en cuanto a españoles que lograron un puesto destacado en el podio final, hubo estos: Antonio Suárez, 3º en 1961. Doble representación hispana en 1972 escoltando e Merckx, como fueron los españoles José Manuel Fuente "el Tarangu" y Paco Galdos, quien mejoró un puesto, acabando 2º en 1975. El fallecido Alberto Fernández acabó 3º en 1984 e incluso Miguel Indurain finalizó 3º en 1994, tras Berzin y Pantani. Por su parte, Abraham Olano fue 3º en 1996 y 2º en 2001, junto a otro hispano, Unai Osa, tercero en aquella edición. Más entrado el siglo XXI, tenemos en el podio a José Enrique Gutiérrez, 2º en 2006; a Carlos Sastre, 3º en 2009; a David Arroyo 2º en 2010; y a los actuales Joaquín "Purito" Rodríguez, 2º en 2012 y a Mikel Landa, 3º el pasado año (2015) por no dejar tirado a su jefe de flas, el italiano Fabio Aru.

En el año 2009 celebraron el Centenario, “Centoanni” y aunque los ciclistas italianos pusieron todo su interés, sólo Franco Pellizotti subió al segundo cajón del podio, pues aquella edición fue para el ruso Denis Menchov y el tercer puesto, para el hispano Carlos Sastre. Según mis cálculos, la edición nº 100 corresponderá al año 2017 y ¿quién sabe?, quizá para entonces tengamos un vencedor español, Mikel Landa, quien apunta muy buenas maneras y es el candidato a coger el testigo de los Contador y Valverde. 

En cuanto a datos llamativos, añadir que el vencedor más joven en el Giro fue Fausto Coppi (1940) antes de cumplir los 21 años y el de más edad para Fiorenzo Magni (1955) a los 35 “tacos”. La diferencia más corta entre primer y segundo clasificado fue para Magni quien en 1955 aventajó a Coppi en tan sólo 12 segundos. La enésima similitud entre las historias del Giro y del Tour es que en ambas no ha habido vencedores de cuatro ediciones. Los hay de una; de dos; de tres… y de cinco veces. En total y hasta el año 2015 se han celebrado 98 ediciones del Giro, con 30 de ellas para extranjeros y de éstas, cuatro para los españoles Indurain y Contador.               

Concluyo detallando que quizá el Giro de Italia tuvo más visión de futuro que el todopoderoso Tour, pues la "corsa rosa" se disputó siempre con corredores encuadrados  en equipos o squadras comerciales desde 1912, aunque desde 1909 a 1911 participó algún ciclista a título individual. Por su parte, el Tour comenzó con equipos comerciales y ciclistas “isolés” o individuales, pero entre 1930 y 1968 se celebraron en Francia 27 ediciones con selecciones nacionales o regionales, lo que le daba a la vista del público quizá más prestigio por parecer el Tour como la prueba máxima, una especie de Olimpiada maratoniana del ciclismo, pero este deporte se sostiene gracias a firmas comerciales y entidades que invierten su dinero a cambio de una publicidad y si en la mejor carrera no les dejaban exhibirla pues… mal asunto; hasta que se volvió a los equipos comerciales en el Tour en 1962, aunque las ediciones 1967 y 68 volvieron las selecciones nacionales y regionales; un grave error propagandístico ya corregido desde 1969. Por su parte, la Vuelta a España copió ambos sistemas; si bien, las selecciones duraron poco en nuestro país.

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8 COMENTARIOS

  1. ¡¡UNA MAGISTRAL LECCION DE HISTORIA CICLISTA DEL Sr VICENTE!!
    Seguro que los que somos aficionados al depore del PEDAL, disfrutamos leyendo estos tipos de relatos, los cuales nos enriquecen deportivamente conociendo datos muy interesantes. En mi caso particular le añado los muchos y buenos RECUERDOS que tengo al leer los nombres de famosos CAMPEONES de tiempos pasados en los que fueron mis favoritos ,cuando un servidor practicaba siendo Juvenil el Ciclismo. ¡¡GRACIAS Y FELICITACIONES¡¡ por su excelente trabajo.

  2. Ché que bo. Leer estos artículos sobre grandes figuras que incluso han muerto ya algunos de ellos, es cosa sólo de Vicente. No sé de donde saca esa memoria, pero vale mucho.

  3. Esto es la historia de la carrera italiana, resumida y amena de leer. Felicidades.

  4. Bonita historia. Solo para aficionados al ciclismo de los de antes que nos gustaba leer lo que decían las revistas del ciclismo .

  5. Como siempre, gracias por vuestra opiniones. Me tomo un descanso ahora, hasta la Vuelta a España.

  6. Estupenda lección de sabiduría,para los que piensan que lo tiene todo apuntado no es así,esas historias me las ha contado idénticamente cabalgando los dos en la bici.
    U saludo.

  7. Chapo por una lectura muy amena de leer con datos muy interesantes sobre historia y ciclismo

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