Art. de opinión de Ricardo Moreno (UPyD Novelda) – Edición Impresa

POLÍTICOS y CHAMPIÑONES

Hoy les voy a hablar de hechos, de cosas palpables y evidentes, de cosas materiales; sin fábulas, sin historias. Les voy a resumir treinta años de gobierno municipal en Novelda. Y nada mejor para eso que darse un paseíto turístico por Novelda e ir a visitar tres lugares pintorescos: El Velodromo, el Centro de salud y aguas y lo último, el Instituto Tecnológico del Mármol.

Tres magnificas muestras que resumen treinta años de la historia de Novelda. Treinta años de gobiernos de toda índole y condición, PP, PSOE, BLOC, Verds y EU. Treinta años y tres monumentos a nuestra incompetencia, desidia, derroche y fantochismo. Toneladas de hormigón  y amasijos de hierros, millones de euros literalmente tirados por el retrete; más toneladas de asfalto, cemento, piscinas sin uso, kilómetros de cableado de cobre, pistas de tenis y de baloncesto abandonadas; cientos y cientos de miles y miles de euros de nuestros impuestos echados a la basura.

Pero no, no está todo perdido. Ha quedado algo. Han quedado tres engendros inútiles y absurdos, tres magníficos monumentos. Los mejores exponentes de lo que somos, que hemos sido y el futuro que nos espera. Políticos cortoplacistas, políticas de escaparate y lerdismo inaugural. Y lo que está por venir, ruina, vacas flacas y mucha escasez.

Porque, o se hace algo, o seguiremos por la senda de la cuesta abajo, directos a estamparnos contra el muro de la bancarrota. Este pueblo sigue acumulando deuda y más deuda (lo mismo que el gobierno nacional y autonómico) sin pensar en mañana. Aquí debemos ya casi 40 millones de euros. Algunos políticos que gobiernan viven al día, pensando solo en quedar bien, sin el más mínimo interés por el qué pasará o cómo solucionar nada, que no sea salir con ventaja en las próximas elecciones. No les preocupa, ni les ha preocupado nunca, nada que esté más allá de diez años vista. Usan el dinero público como quien tira y paga con cartera ajena. Y tampoco les importa pedir créditos… siempre a pagar en la próxima legislatura.

Nos han endeudado y llevado a un callejón sin salida, cobrando en el camino jugosos sueldos y prebendas. Los que fueron honrados, en el gobierno, dimitieron. Algunos que cobraban y decían servir al pueblo, pero se quedaron sin sueldo, también dimitieron hace mucho. Otros, llevan décadas viviendo de la cosa pública, pegados al Ayuntamiento como lapas; sin escrúpulos, sin conciencia, sin miramientos «¿Me imputan?»… No dimito «¿No presento presupuestos?»… Escurro el bulto «¿No hay dinero?»… Pues pido un crédito… Hábiles en la retórica y debate, son inútiles para todo lo demás.

Y así llegamos a aquello de «La culpa de todo es de los políticos» y esto otro que se ha puesto tan de moda ahora de «La casta». Como suele ser habitual, aquí todos se quejan y nadie hace nada, nada que no sean quimeras y esperar que otro solucione nuestros problemas. Nadie se implica. Nos enredamos en quijotadas y fantasías; revoluciones asamblearias, república, autodeterminación, naciones históricas, ideas más trasnochadas que un yogur caducado, y así un largo etcétera.

Pero los políticos no nacen como si fuesen champiñones. Son un reflejo de esta sociedad, un reflejo de nuestros vicios y virtudes. Son como nosotros, surgieron de nuestro alrededor y comparten en el fondo la forma que tenemos de ver la vida; que en este caso sería: «Que me quiten lo bailao», el «¿Qué hay de lo mío?», «Una de gambas…», «Cada uno que se saque las castañas del fuego», «Cada palo que aguante su vela» y «A vivir que son dos días»… Así nos va.