T I E M P O S
¿Envejecerá el ángel de la guarda, al mismo tiempo que el hombre continente, soporte o portador? Parecería lo justo y apropiado, para una mejor armonización del binomio personal representado por la institución. Sin embargo, nosotros somos mortales y los ángeles, eternos. Nuestro reloj biológico no tiene por qué determinar lo ritmos del suyo, teológico. Puede que vivamos, con ellos, tiempos distintos. Uno dentro de otro. El suyo, interior, infinito, enclaustrado ocasionalmente en el nuestro, envolvente, casi provisional.
De ser así, el pobre ángel sufrirá mucho al ir advirtiendo la pérdida progresiva de facultades de su efímero anfitrión. Y tendrá que extremar, entrañablemente, sus cuidados, a medida que el hombre va entrando en mayores grados de invalidez. Emplear mas sus alas, cuando el hombre resulta mas alicaído. Ser tanto mas ángel cuanto mas desangelado va encontrándose aquel. Es lo propio de la custodia de su oficio. Aumentar, en relación con las necesidades del custodiado. Parece lo congruente ontológicamente. Más ángel cuanto menos hombre…
Me gustaría comentarlo con el mío, pero no hay modo. La discreción del ángel propio, es propia de un ángel. No se cortan el pelo de una pluma, así como así. Si fuera de otra manera, abusaríamos de su compañía hasta hacerles la nuestra insufrible. Ya nos soportan bastante, sin hacerlo explícitamente, teniendo que sufrir nuestras torpezas, cuando no son capaces de desviarnos de ellas. Porque el libre albedrío es mucho libre albedrío. Y ellos han de respetarlo…y, tantas veces, sufrirlo.
Ser ángel no debe ser nada fácil. Digo ángel custodio. Ángel de un hombre. Viviendo con él y para él, desde su incómodo interior. O en su torno. En su derredor, que, yo, a veces, no lo tengo tan claro. Pienso, a menudo, que mejor nos envuelven que nosotros a ellos. Seres entrañables pero no, necesariamente, mezclados con nuestras entrañas. Como si fueran unos espíritus viscerales.
Parece mas airoso, cuidarnos desde un fuera y alrededor. Como metiéndonos entre el paréntesis protector de sus alas. Mas airoso, mas ventilado, compañía envolvente como un abrazo teológico. Aunque imaginarlo íntimo, interiorizado, cerca del corazón, oyéndolo latir, tampoco parece muy descaminado.
Volviendo al inicio, no debe ser grato para el ángel propio asistir a la degradación progresiva del orden físico e intelectual del amigo guardado. Y no digamos, decirle adiós, si muere. Yo, ángel, en ese momento, me sentiría fracasado y cesante. El cuerpo a la tierra. El alma al Cielo y yo, (ángel), a volver a empezar. Como si no tuviera, también, un corazón espiritual y sensible, capaz de encariñarme con mi anfitrión, sujeto y objeto, durante muchos años, de mi tarea custodiadora. Los hombres no deberían ser tan fugaces. Eso desentona grandemente con la naturaleza, eterna, de unos seres dignos de una mas larga tarea compañera, amiga, familiar, amistosa.
El hombre envejece y el ángel, no. Se da una desrelación sucesivamente doliente. Cuando mas justificada y correspondiente parecería la relación. Cerca del traumático adiós que la rompe.
Compadezco a mi ángel de la guarda, que me nota cada vez mas torpe. Y sufre por ello. Puede custodiarme, pero asistiendo a mis reducciones que siente como suyas. Si pudiera verlo un momento, y darle las gracias, por lo menos, a la hora de la despedida. Tocar su ala con mi mano… Probablemente, nunca, nadie, me ha querido tanto. Aparte de la madre, claro, esa suprema y angelical criatura en que fui, cuando aún no era…
Tan solo desearle lo mejor en este 2012,mucha salud para todos.
“Más ángel cuanto menos hombre”, efectivamente, algunos “teóricos” y sabelotodo, especular que cuando más hombre menos ángel eres, o mejor dicho, si eres hombre 100%, no eres ángel ni en un 0,1%, por que pensar o creer en los ángeles, es de niños (Benditos niños), que no declaran las guerras, que no tienen la maldad de los hombres, que como dijo Jesús, “Quien no sea como un niño, no entrará en el reino de los cielos”.
Cuando nos hacemos mayores y nuestras fuerzas y determinaciones empiezan a fallar, como nuestro ángel siempre está pletórico de facultades, porque nunca se hace mayor como nosotros, éste impone más sus criterios, porque ya no somos tan “hombres” y nuestras decisiones son menos decisorias y más aceptadoras de influencias externas, en este caso celestiales, y eso nos pone muy por debajo de nuestro ángel, y este al contrario que nosotros que vamos a menos, ellos se crecen, y por eso vamos a una cierta edad, por mejores caminos de paz y concordia que cuando éramos “muy hombres”.
Los ángeles o almas desencarnadas con una dimensión cercana a la luz del Creador, existen, yo he presenciado en alguna ocasión, de familiares que se han ido a otros espacios infinitos, estando yo presente, la bella visión de esa otra dimensión, que los “muy hombres” no vemos, y ellos describen a la perfección, todos coinciden en las mismas visiones, (Espacios de luz cegadora y personas de blanco, unas conocidas y otras no, ofreciendo extendiendo sus manos en medio de una sensación de Paz y armonía), quiero esto decir, que no estamos solos, que la energía, o el alma, o el espíritu sigue su “Hoja de ruta” como miembros pertenecientes a la Creación después de dejar esta existencia, y que alguien de todos esos es nuestro ángel, que por decisión del Creador es nuestro acompañante, nuestro guía o nuestro Cirineo, como queramos decirle.
Todo ello siempre contando que nuestro libre albedrío, que nos da la facultad de escuchar o no, a nuestro ángel, que si estamos atentos a sus consejos siempre nos dice, en algunas ocasiones complejas, cuando llegamos a alguna bifurcación de nuestro camino en la vida, por cual de ellos debemos optar, y tenemos en ese momento las dos opciones abiertas, la mente nos dice uno de ellos, y el corazón en discrepancia con ella nos aconseja el otro, hagamos caso de los dictados de nuestro corazón en esos momentos indecisos y no nos equivocaremos, porque ahí, en ese momento y lugar está nuestro ángel en simbiosis con nuestro corazón. Puede ser que ese camino sea algo más pesado que el otro, pero al final es el verdadero y el que nos va a evitar sinsabores futuros.
Un abrazo Luis, y feliz año 2012 a todos.
Muchas felicidades, Luis. Escribes con frecuencia de Angeología.
Pienso que los Ángeles no pueden penetrar en nuestra conciencia si no les invocamos.
A los chicos del Colegio les aconsejo que pongan un nombre a su Ángel para que se puedan comunicar con más facilidad con él.
Finalmente, los Ágeles se encargan de llevar al Paraiíso a las almas que mueren en la gracia y amistad con Jesús.
Señores, maduren ya, ¿que creen que pensarán los mortales, estos que son buena gente y no necesitan de ángeles que los vigilen, de unos señores con pelo en todas sus partes, hablando de ángeles?
Feliz 2012, me gusta el tema de los angeles, yo a mi edad creo en ellos, pero en mi forma de ver las cosas, creo que los angeles habitan entre nosotros en carne y hueso y hasta tienen nombres, solamente teneis que mirar a vuestro alrededor y vereis como encontrareis a personas que se parecen mucho a ellos , de igual modo también existen demonios «identificables a todas luces».
Gracias Luis, por darnos lo mejor de tí en tus escritos, voy viendo como hasta los demonios ya te leen y te admiran.
Original reflexión para empezar el año. Me gustaría saber hasta qué punto son igual de eficaces los custodios. En la escuela dónde los preparan debe haber sus más y sus menos. Supongo que los mejores irán con los humanos más temerarios. Me intriga el criterio de selección y adjudicación. Es probable que necesitemos una disciplina que nos facilite escucharles. Quizás ahí resida la diferencia y no en ellos. Si tuviéramos en cuenta sus buenos consejos nos iría mejor. Tampoco hay que olvidar que también hay un ángel rebelde que nos ronda. Y luego el divino libre albedrío; privilegio humano que quizás envidien los ángeles, humildes, fieles servidores y mensajeros de comunicados invisibles, cuyo receptor es sin duda el corazón: territorio en el que la mente se siente indefensa e insignificante y los ángeles campan a sus anchas.
Feliz 2012
Yo creo, Sr. Galbis, que lo hacen desde fuera.
Si lo hicieran desde dentro, opino que sería el Angel – tal como lo tengo concebido-, el autor y receptor de los hechos y, doy por supuesto que, nuestros hechos serían de Angel y no de persona.
Si lo hicieran desde dentro, los hechos de personas poco evolucionadas hacia el bien, serían de ángel malo y eso, no creo que sea así. El Angel, siempre es bueno. Lo contrario, no es ser Angel.
Estoy plenamente de acuerdo con Ud. en que deben sufrir mucho; más, cuando saben lo bueno que es ser buenos y lo que nos perdemos por no serlo.
Pero bueno, supongo que estarán acostumbrados a ello y lo harán con gusto.
También creo que si logramos alcanzar algún día, estar con él, y se lo agradecemos, seguro que nos respondería ¡¡no hay de que!!; al contrario, gracias a tí, por haberme facilitado la labor de protegerte como se me encomendó.
Dos ¡Ojala!:
Que los chicos que el Sr. Muñoz Pellín menciona, acojan el consejo y arraigue en ellos la semilla.
Y que como el Sr. Muñoz, haya muchos maestros que den el mismo consejo e implanten la semilla.
Desde aquí, feliz año a todos.
Pintor nacido en mi tierra
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos.
Aunque la virgen sea blanca,
píntame angelitos negros,
que también se van al cielo
todos los negritos buenos.
Pintor, si pintas con amor
por qué desprecias tu color
si sabes que en cielo
también los quiere Dios.
Pintor de santos de alcoba,
si tienes alma en el cuerpo,
por qué al pintar en tus cuadros
te olvidaste de los negros
Siempre que pintas iglesias,
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordastes
de pintar un angel negro.
Siempre que pintas iglesias,
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.
¡Qué bonito! A mi me encanta esta canción, me encanta.
¡¡.Y, a mi me encanta más.!!
Un saludo, Olivares.