Confieso que he pecado
-¿Y lo vas a contar?
– Si, ¿porqué no iba a hacerlo?
-¡Ah! No lo se, yo soy tu muñequito, el que se pone en tu hombro y te susurra el bien y el mal, a mi no me vienen después con las cuentas.
-¿El angelito blanco o el diablillo rojo?
– Lo mismo da, unas veces uno y otras otro, el tiempo cambia las cosas, y lo que hoy es bueno mañana puede ser malo, y viceversa.
– Bueno, pues no molestes mucho que quiero escribir esto.
– Vale, me callo.
-Eso.
Pues bien señores, confieso que he pecado. De gula para ser exactos y concretos.
Hoy hacia un día de chunchullos, y había una fiesta de ídem ¿Qué iba a hacer mi vicioso ser? Asistir.
Mucha gente, muchos chunchullos y mucha hambre a partir de las 12, como siempre. He intentado convencer al concejal del evento para que declarase ganador el mío, pero no ha podido ser. ¿Como lo haría el bigotes?
– Pues con dinero.
– ¿No te ibas a callar?
– Uy, sí, perdona.
El caso es que llevaba diez kilitos, (de peso), perdidos en las últimas semanas y esto ha llevado al traste la evolución del sacrificio. Hoy me toca pesarme y creo que me lo voy a saltar, total nadie se va a enterar si no lo digo.
-Yo sí.
– Pero tú no cuentas.
– No, el que lo cuentas eres tú. ¿Te has fijado en los chunchullos electoral, de las arcas municipales y de las primeras piedras?
-Sí, que buenos son los “jodíos” del Fletán.
-Creo que esos están peor que tu.
– Es bastante probable.
Allí estaba “la crem de la crem” de la sociedad política noveldera, he saludado a D, Rafael, y a Víctor el “Timpli”, con el que alguna vez tomé cervezas, a Sergio, a Mariano, a Juan Carlos, mi admirado sabio. A Doña Milagrosa y D. Valentín no, porque cuando pasaba por nuestro chanchullo ha coincidido que estaba probándolo D. Mariano. Parece que no ha querido tener una fotografía los dos juntitos y se ha saltado mi chanchullo y el de al lado. No pasa nada, cien gramos de masa corporal más que me han tocado. También estaban muchos amigos anónimos para los demás, pero mucho mas amigos que los de antes para mi, lo que me ha hinchado de gozo y satisfacción como diría su majestad, que no la mía.
– ¿Ves? Otra vez hinchándote y cuenta las cervecitas, que eso no lo mencionas.
– ¿Te quieres esperar?
Y las cervecitas. Cuatro cervecitas como cuatro soles. Una al llegar para preparar el evento, otra cuando hemos terminado la faena y dos durante la pitanza. ¡Menos mal que conducía mi mujer¡ Porque esa es otra. De allí corriendo a la indefectible paella materno-dominical en la huerta, esta vez con coca cola, pero ¡refotre!, mejor hoy no me peso, seguro.
La comida me ha engordado desde luego, pero no más de lo que me ha engordado la gente que me ha felicitado por las publicaciones en Novelda Digital.
– Ya tonto, al que no le ha gustado se lo ha callado.
– ¿Otra vez?, ¡Cállate! Mira, voy a pesarme, que para eso es domingo y siento el peso de la culpa.
-Espero que sea el de la culpa, porque como sea el otro…
* Para los foráneos:
Chunchullo: plato frío típico de Novelda, no solo manejos indecentes, que siempre vais a lo mismo.
amigo Olivares no se martirice demasiado ,todos fuimos pecadores ese día en la Glorieta, si peca uisted de gula no se preocupe le damos la absolución de forma instantánea,siempre será merjor esto que la extrema unción que me propiciaba el Padre Pellín hace poco en estos foros. No se lamente, lo suyo es pura venialidad dominguera, otros pecan con otros chunchullos y están esperando la absolución de las urnas a ver si así expiran en Novelda sus pecadillos políticos. Un saludo.
Muy simpatico el relato.
Sigue asi y a ver si nos deleitas con uno de tus escritos cada semana.
Besitos
Genio Y figura si Señor
Juan Gabriel me ha gustado mucho tu artículo y pienso que tú no necesitas ni quieres salir en las fotos. Tú, no necesitabas la aprobación de los políticos locales, sencilllamente, ibas a tomar un canchullo, que ya no sé cómo se escribe en la lengua valenciana.
Ché, Juan, yo no pude ir a la fiesta del chanchullo, pero me gustan, demasiado, tanto que a mí no me hubiera provocado ningún remordimiento de esos que cuentas, y más si estoy tan bien rodeado como lo estabas tú; aunque podrías haberte hecho aún más famoso, digo yo, esforzándote, por ejemplo, en conseguir que toda la plana de la política hubiera, el mismo tiempo, saboreado tu chanchullo. Qué buena foto hubieras tenido para el «vacile».
Distendida y simpática reseña de un acto benéfico que, según parece, fue un éxito. Y tanto que me alegro.
Un abrazo, Juan. Y gracias por regalarnos una sonrisa en este domingo.
Una duda: es chunchullo.,chanchulllo o como dice Jordán Xanchullo. Me innteresa saber qué denominación aprueba la Academia..
A mi ya sabes, Juan, lo que me pareció el festín. Una frivolidad desalmada, absolutamente insolidaria con una realidad social de 3.500 familias sin empleo. Y una ocasión para que los politicos de todo signo, con la sensibilidad en el estómago, se hicieran la foto. Se puede y debe hacer beneficencia, con más discreción y respeto al que sufre. Novelda no está de juerga…