AMOR Y MACHISMO
Hay una pregunta que muchos se hacen, y es la siguiente: ¿Porque se convive con una mujer?. Creo que es por amor en la mayoría de los casos. Lo que ocurre es que ese sentimiento tan importante en la vida y en la convivencia en común, va cambiando hacia otras formas de afecto aunque en el fondo es lo mismo, incluso hay ocasiones en que cada vez quieres mas a tu pareja con la que convives, de hay esa frase que dice: “El roce hace el cariño”, pero no solo el roce, sino la armonía, la sinceridad, el respeto mutuo, y tantas pequeñas pero importantes cosas, como el deseo de estar con ella, sentir y querer su compañía, sus caricias, e incluso recibir criticas, que te ayudan a reflexionar. Pero a veces se esta con una persona por algo tan normal como la costumbre. O el temor a estar solos.
Un error es el intentar cambiar a tu pareja, que vuelva a ser la que fue antes. La relación entre un hombre y una mujer, debe de adaptarse, comprender e ir en paralelo, a las circunstancias que cambian con los años en una larga relación; como pueden ser: Problemas con los hijos, económicos, de salud; relaciones familiares o acontecimientos positivos. Esto en realidad debería ser la norma, se evitarían tantos divorcios que no nos engañemos siempre es un fracaso difícil de olvidar, y muy negativo para los hijos.
Respecto a la dramática situación de maltrato y crimen contra las mujeres, posiblemente gran parte de culpa de ello la tenga la educación machista que se le ha dado al hombre, y que de cierta forma aun se le esta dando. Se ve en detalles aparentemente sin importancia, como el que observe en un partido de baloncesto, entre niños muy jóvenes. Los equipos eran mixtos chicos y chicas; desde el principio del partido me di cuenta que los chicos se pasaban el balón entre ellos, no cediéndolo a las chicas que se sentían desplazadas; cuando termino el partido me quede con las ganas de decirle al entrenador un chaval joven, que las chicas también jugaban, tomar conciencia por parte del entrenador de este hecho, y habérselo dicho a los chicos, hubiese sido una gran oportunidad por parte de el, para empezar a educar en la igualdad.
El machismo a veces practicado de forma involuntaria; pero vivido y observando como algo natural -no siempre pero a menudo- en la relación de tu padre con tu madre; viene también pues, de esa educación peligrosa falsa e injusta, de que ella es inferior, y que lo sea, se considere como algo propio de esa relación. Ella la mujer; es la que debe de hacer las tareas del hogar, cuidar casi en exclusiva de los hijos, y lo que es peor amoldarse a los gustos costumbres, e incluso deseos, del hombre. Hay esta esa terrible frase que dice. “La mujer con la pata quebrada y en casa”, que por desgracia sigue estando muy presente. Pero los tiempos que vivimos en los que las mujeres se han incorporado al mundo laboral de forma cada vez más creciente, conllevan la necesidad –y si es por amor mejor- de replantearse el hombre que las tareas de la vida en común también son cosa de el. La mujer en ocasiones hay que decirlo, tiene parte de culpa por su forma de actuar demasiado sumisa, obediente, y casi siempre dispuesta de hacer caso de todo lo que le diga u ordene su marido.
Pero muchas veces el miedo, esa siniestra y depresiva sensación le impide a la mujer que lo padece, tomar iniciativas y la incapacitan para salir de una situación en la que se siente atrapada. Es el miedo el que paraliza a muchas a la hora de tomar la decisión de separarse de su maltratador, algunas de ellas intentan disimularlo alegando que aun lo quieren; o que aguantan por los hijos, o por la dependencia económica de él, simplemente excusas ante su falta de valor y decisión. Y lo más terrible es, que pocos le ayudan, incluso los hijos en ocasiones no hacen nada para que su padre deje de maltratar a su madre. Sino como se explica que mujeres con hijos ya mayores hayan estado siendo maltratadas más de de 30 años por su marido.
Quiero terminar el articulo diciendo que los hombres tenemos que participar de una forma mas activa contra el maltrato, y tomar parte de manera contundente y decisiva en la defensa de la mujer maltratada y hacerlo además por sus hijos.
La educación ha de partir de casa, cambiar el concepto de que la mujer ha de hacer los deberes domésticos, las personas más machistas suelen ser las mujeres que aceptan esa educación y diferencian a sus hijos por cuestión de sexo, antiguamente era así pero en la actualidad sigue pasando, es un rol adquirido de tiempos ancestrales.
Las leyes tampoco es que apoyen mucho, bien es cierto que han avanzado, pero poco, dadas las altas cifras de mujeres asesinadas por violencia de género ofrecen una visión negativa en cuanto a que no se protege a la víctima, mientras sea esta la que ha de vivir con miedo y escondida algo falla.
Ley de igualdad, o eso de bería ser y no lo es, otra opción a medias de igualar a la mujer con el hombre, los salarios siguen sin igualarlos, ni tienen las mismas oportunidades en las empresas a la hora de ascender a un puesto, aunque muchos empresarios salgan diciendo que han desarrollado planes para la igualdad a la hora de la verdad se comprueba que sí, que han hecho la pantomima cara a la galería pero que en la actualidad siguen en sus puestos los mismos de siempre, osea, los hombres.
Y ya por no tocar el siniestro tema en cuanto a las religiones, donde se habla de un amor puro, sin límites, pero que el papel de la mujer es nulo, relegado siempre, otra vez, a estar por detrás del hombre, y lo peor, es que siguen siendo subvencionadas por un gobierno que a su vez propone la ley de igualdad, incongruente.
Todo un lujo ser mujer, todo ventajas.
Un muy buen articulo amigo Paco, pero creo que lo deberiamos aplicar tanto al genero masculino como al femenino, porque de todo hay en la viña del señor.
Me ha gustado el artículo, Francisco, sobre todo la primera parte en la que hablas de las diferentes formas de entregar amor. La siguiente, la del machismo, la he leído con más reparos, me ha provocado más dudas, posiblemente por las grandes dificultades que hallamos para recortar esa lacra.
Una abrazo.
El otro dia le comentaba a mi hija de 7 años que no tenia que tener prisa por casarse, que primero debería tener un trabajo… Vaya, pensé, lo mismo que nos decian a nosotros (los chicos) nuestros padres, mi hija crecerá con esa frase, algo sí se avanza.