DARWIN Y LA SANTIDAD
La caridad es una refutación de la ley de selección de las especies. Un fallo por misericordia. ¿El amor contra la ciencia? ¿Acaso la ciencia no es amor, amor por la verdad?
Para don Carlos Darwin la evolución de las especies opera de una manera drásticamente utilitaria. Pragmática hasta la crueldad. Siempre en busca de los mejores genes. Caiga quien caiga. El más fuerte acaba con el más débil. Lo hace desaparecer en virtud de un mecanismo llamado naturaleza, destinado a prosperar y sucederse. Seleccionando siempre la mejor semilla. Los buenos edificios exigen los mejores cimientos. Sin contemplaciones sobrenaturales. Lo más sobrenatural de la naturaleza es su riguroso cumplimiento. Y aquí empieza Cristo a sufrir, que se dice. La vida de la religión, la gran superioridad espiritual, contra la biología elementalmente predatoria.
Desde Cristo, el más apto se ocupa de los más incapaces. Cristo nace pobre, a propósito. Ama a los desvalidos y los enfermos. Los cura, a veces, apelando al milagro. El milagro no cotiza en los libros de don Carlos. La evolución darwiniana no tendía a la santidad. O se santificaba por la continuidad garantizada…Que tampoco es mala cosa sagrada…El altruismo no se puede ejercer desde las exigencias de la propia dotación genética. El que se da no se conserva…
El sentido de una naturaleza sobrenatural, la más exigente de las naturalezas, no mueve a la competición por la energía. Según tal sentido, la conservación de la especie se sublima amando más al que más sufre. A aquel de quien menos podemos esperar. El dolor forma parte del plan de Dios. Y nada humano, por deteriorado que parezca, es residual. Ni debe perderse. Las bienaventuranzas formarían parte de un libro escrito antipódicamente concebido a “La evolucion de las especies”.
Cristo ama al pobre, al desvalido, al que sufre persecución, al misericordioso, al menos dotado para luchar por una existencia digna. A aquel cuyos genes no dañarían jamás a la naturaleza, para garantizarse una continuidad en mejores condiciones energéticas. Muy al contrario, moriría por el prójimo, llegando con alegría hasta el martirio. Los genes del mártir no pueden cotizar en la Bolsa del éxito biológico.
Para Darwin es legítimo matar para sobrevivir y trasladar a tu descendencia una genética superior, mejor dotada. Para Dios, el Ser Supremo por excelencia, el más Poderoso, por definición, es legítimo morir como un indeseable, rodeado de ladrones, del modo mas humillante y atroz que se daba en la época, cuando el reinado de Tiberio. No solo legítimo sino indispensable, para la redención del hombre. Nace pobre, vive pobre y muere pobre y vilipendiado, porque esos son los mecanismos de su libro de la Evolución humana, llamado Biblia y contenido en la parte de los Evangelios.
Cristo no desacredita a Darwin. Lo completa y complementa. Introduce en el asunto la vida espiritual. Construye un camino para la salvación. El espacio de Darwin es la tierra. La dimensión de Dios está en el Cielo. No solo es cuestión de cromosomas. Interviene lo esencial del como somos. Y somos, o debemos ser, como Él, criaturas para el amor. El amor crea; el amor redime; el amor conforta, que es un modo de dar fuerza. El amor te hace inmortal, algo que no estaba previsto por el señor Darwin, que, cuando llevaba a los santos oficios el domingo, a la familia, se quedaba fuera de la Iglesia, cuando, sin saberlo, creía en Dios mas que nadie, buscándole las fórmulas por caminos evolucionistas no revelados. Caminos trazados, también, por Dios.
Darwin, hasta donde sé, explicó la evolucón de la especie humana.Es duro descender del mono, pero así es.O eso dicen los científicos, que yo no lo sé.
Él no entra en disquisiciones morales. Entra en su verdad, que es la de muchos.
Y, por supuesto,no entra, ni cuestiona a Cristo. Ni siquiera en el bien o en el mal.Y si es legítimo matar, es para sobrevivir, como hacen los animales. El hombre, descendiente del mono, era, eso, un animal. No le pidamos moralidad.Su moralidad consistía en sobrevivir. Y garcias a su «amoralidad» estamos aquí todos. Tu y yo, mal que nos pese.
No tiene nada que ver con Cristo, pero nada. Cristo sí ama al pobre, al desvalido, al necesitado, pero el mono, o su descendiente no. Pese a Cristo y a la religión.
Un jesuita, Tailard de Chardin, o algo así, defendió esta teoría. Lo recuerdo perfectamente. Y, además de jesuita, era un buen católico, que no comparaba al mono o a sus descendientes con nosotros. Creemos en Dios, en Cristo, pero ellos no podían. No había nacido o inventado por los hombres. No lo sé, ni asevero nada.
En fin Luis, no soy ningún experto en estos temas, pero me gusta entrar en tus inteligentes comentarios. Un cordial saludo.
Como verás, no es que madrugue, que no me gusta, es que me acuesto tarde, que sí me gusta.
Es ley de vida, para que exista el bien tiene que existir el mal. Y conviven juntos toda la eternidad. Tambien la Iglesia, para sobrevivir y ser más fuerte, mató en las guerras de religión. ¿que nos quieren vender ahora? Las enseñanzas de Cristo son otra cosa …
Efectivamente señor Galbis, Cristo no desacredita a Darwin, la Biblia no es un libro de ciencia sino de fe.Por otra parte hace ya tiempo que la Iglesia católica aceptó la teoría de la evolución como hipotésis científica y en su teología tiene presente el hecho evolutivo de la vida y la materia.Lo que la iglesia cuestiona son las teorías filosóficas que apoyando el evolucionismo puedan llegar a a negar la existencia de Dios.
Darwin no cuestionaba a Cristo, de hecho se calificaba como agnóstico en su autobiografía.
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El problema , creo, no es que no hayamos sabido leerte. Expresarte lo has hecho muy bien,como siempre.
Quizá el problema sea que no hemos sabido expresarnos nosotros.
La evolución de la especie, se hace exactamente con eso, con la selección. Sólo pasan los fuertes. Y así era, pero el hombre, necesitado de creer en algo superior, creó a Dios si es que éste no ha existido siempre, que no lo sé.
Cristo, creo, no tiene nada que ver con esto. Sin duda existió y varió todos nuestros valores.Los del Cristianismo, pero en el fondo sólo varió las formas. El fondo, sigue siendo el mismo. Lo tyenemos en Irak, en Afganistán y, ahora, en Libia. Sólo siguen los fuertes.
La condición humana, sea de la religión que sea, sigue siendo la misma. Todas tienen a su Cristo que murió por nosotros, pero todas siguen matando y exterminando, para sobnrevivir sólo el fuerte.
Luis, no sé si he sabido leerte. Si no es así, no doy más de´mí. He hecho lo que he podido.
El texto me ha resultado algo complejo, Luis, situándose entre dos marcos bastante distintos, que no parecen hablar lenguajes próximos, y cuyo intento de filiación (o de emparejamiento) se me presenta cargado de una dificultad grande.
Tras leer tu comentario, comprendo la idea que te movió a escribirlo, y le encuentro mucha lógica a tu aclaración desde un punto de vista comparativo (incluso simbólico), explicando sobradamente tu pretensión de «reflexión lectora» en el escrito; pero también debo decirte que yo he tenido una percepción de «arranque» muy similar a la de los comentaristas anteriores, así, a primer golpe de lectura. En cualquier caso es una virtud importante el que un texto pueda provocar variadas interpretaciones y sugestiones en el lector.
Un abrazo, Luis.
Decididamente,Wifredo, Josema y Observatore, hoy, o me he expresado muy mal o me habeis leido peor.
Solo he pretendido, sin cuesstionar nada, sin dogmatizar en absoluto, reflexionar sobre lo curioso de que en el mundo creado por Dios se evolucione sobre la supresión por parte del fuerte, del debil y en el que nos quiso traer su Hijo, también Dios, se evolucione muriendo el mas fuerte, por todos los débiles, para salvarlos. Paradojas sugerentisimas de nuestro Dios, que es un puro misterio. No se puede estar de acuerdo con mi texto ni contra él. Porque no afirma ni niega nada. Simplemente, se sorprende ante estas magnitudes aparentemente contradictorias. La tierra se gana, a lo bruto y el Cielo, buscando el martirio. Y siempre con sangre. He querido solo, ayudar a pensar. A hacerse preguntas. Y lo he hecho lo mejor que he podido.
Saber escribir no basta. Hay que aspirar también a saber ser leido.
Un abrazo a todos, por su interés. Eso ya es una rentabilidad…
Por favor, Luis, no te sientas fracasado en este artículo. Tu siempre te explicas maravillosamente. Puede que no te entendamos.pero, repito, la culpa no es tuya. No te sientas culpable, por favor.
Yo creo que la confusión viene dada por la propia confusión que es el confundir a Dios con una religión determinada.
Las religiones, según mi forma de interpretarlas, son la forma de bajar a Dios a la tierra, a lo palpable.
Yo tengo el vicio del buen lector y me traslado a la interpretación del autor de forma instantánea. Según la idea de Dios del señor Galbis la teoría de Darwin tiene fundamento divino porque todo lo tiene.
Dios , para el señor Galbis y para tantos otros millones de creyentes, es algo superior a las teorías científicas y humanas, aunque no ajeno a ellas.
Una reflexión como esta no es dogma de fe, y como reflexión ha de ser leída con atención y, a su vez, debe provocar reflexiones, cosa que casi siempre consigue el señor Galbis.
Yo temo mas por quien no reflexiona, por quien no sugiere. En EEUU esta expandiéndose el creacionismo, la negación de Darwin interponiéndolo a Dios cuando a mi me parece que es solo una falta de paciencia.
Las religiones han demostrado ser mas que capaces de asumir los descubrimientos científicos como han hecho a lo largo de la historia.
No es mas catarsis la evolución humana para el dogma que cuando alguien sugirió que el sol no giraba alrededor de la tierra, y también en aquel entonces hubieron impacientes. Doctores tuvo la iglesia para complementar el giro copernicano con Dios.Como los tendrá para Darwin.
No he debido andar muy fino en esta ocasión. Disculpadme. Es muy dificil estar siempre sublime… Para un escritor, que no le entiendan bien representa un cierto fracaso. Somos hombres…
Vuestro
Luis
Querido Luis: A esto me refería con no bajar al ruedo. Si hubieras dejado nuestros comentarios como estaban, equivocados o no, el comentario desafortunadísimo, que te ha molestado con fundamento, de «no tiene abuela»,no se hubiera producido.
El seudónimo da mucha ventaja, pero no caigas en la trampa. Ya somos mayorcitos y sabemos como se juega a esto.
Tu, si me lo permites, nos deleitas con tus escritos y punto.
Perdona, Luis, mi intromisión, pero sospecho que sufres y no quisiera perderte como articulista.
Un fuerte abrazo.
Sublime y modesto, vaya tela.
A «No tiene abuela»:
Y usted no tiene idea. Se trata de una frase hecha, de uso muy común y está dicha de modo irónico. Me censuro en lugar vez de ensalzarme. Lo ha entendio usted al revés. Puede aplicarse, pues, la misma expresión que me censura.
Y de modesto, nada. No soy modesto. ¿Por qué iba a serlo?
Gracias Wifredo. No puedo evitarlo, porque, probablemente, como dice este señor cuyas abuelas no deben estar muy contentas, viendo como se avergüenza de los apellidos que contribuyeron a legarle, no soy modesto. Me molesta que no me entiendan y ma agrada enseñar al que no sabe. Por lo demás, te interesas tanto por mí, (algo que no te agradeceré nunca bastante), que algún malvado puede pensar que no necesito abuela porque tu ejerces de ella. Piensa que no nos juzgan ángeles, precisamente…
Gracias, de nuevo. Y te prometo bajar menos al ruedo. Lo mio debe ser escribir. Mi escrito debe ser mi comamntario…
Un abrazo grande.
Luis