La juventud y el mundo global
“Un mundo global”. “Responsabilidad compartida”. “Todos somos uno”… Todo eso está y suena muy bien. Aquello que implique hermanamiento entre los pueblos, el que nos corresponsabilicemos de todo lo que acontece y nos acontece, el estar más cerca los unos de los otros…; esas cosas constituyen una estupenda noticia, pero ¿podemos o debemos eximirnos bajo esas premisas de la propia responsabilidad que nos atañe como seres individuales en el devenir de toda la comunidad y en lo que en ella sucede?
No, en absoluto. El ser individual comporta una serie de valores, sentidos, sentimientos y, cómo no, la esencia de algo tan grande y hermoso que es, en sí misma, una de las mayores obras de la naturaleza, divina o no, según las creencias de cada uno de nosotros, lo cual es el libre albedrío. La más pura eseidad del ser humano. Sin duda alguna, nuestro mayor patrimonio singular.
A lo largo de nuestra historia, y en la civilización actual, nos robaron, y lo siguen haciendo, esa singularidad. Quieren que seamos como una ristra de seres clonados, todos ellos iguales: manejados, cercenados y hasta manipulados, tratando con ello, incapacitarnos para aportar nuestra propia impronta al todo de una existencia compartida.
A través de los nuevos medios y redes sociales se está viviendo en un mundo paralelo, eso a lo que llamamos mundo virtual, alejado de la realidad colectiva en la que convivimos. Nos creemos el que, dando y aportando opiniones en ellas, podemos hacer los cambios que la humanidad requiere. Pero todo eso es falso. Hasta hoy, los hilos que mueven a la sociedad siguen siendo los mismos: la política, las religiones, los mercados y todas esas instituciones ancestrales que, muchas de ellas, ni siquiera disimulan su anquilosamiento e inmovilismo.
La juventud ha de ser consciente de que la civilización cambia realmente cuando, desde los resortes del verdadero poder, se realizan esfuerzos por implementar nuevas ideas, plasmándose en realidades palpables. Y es en ellos donde se ha de estar y participar.
No vale el culpabilizar a todos aquellos que forman parte de esos centros de poder. Se ha de ser capaces de infiltrarse en los mismos y forzar a que esas nuevas ideas y bríos que la juventud puede y debe aportar formen parte en el día a día que hemos de compartir mayores y no tanto y, por qué no, sufrir o disfrutar.
Cuando las masas se conforman con ser meras espectadoras de los acontecimientos que a todos interesan es cuando la clase “dirigente” se arroga la potestad de decidir por sí misma, endiosándose; y así, perciben al pueblo como simple rebaño de ovejas a las que hay que cuidar con un aire paternalista y, cómo no, vigilar muy de cerca para que no se vayan a escapar del redil protector que ellos han diseñado para todos nosotros.
Nos encontramos en un estado de derecho, cosa que les parece a muchos que ha estado instaurado toda la vida en nuestro país, España. No son conscientes de las muchas penalidades y lo caro que pagaron algunos para por fin, llegar a él. Pero si se renuncia a la participación, a esa responsabilidad personal que, aunada a un colectivo, se hace fuerte y trasciende del propio ego al hecho general, finalmente estaremos demostrando a esos pocos “salva patrias” de que, sin ellos, los demás no somos nadie.
Quiero felicitar al Sr. Escandell Aracil por su excelente artículo. No emplea el lenguaje de los políticos “simpliciter”, más bien parece una lección de filosofía política, de la buena. Emplea términos que son de fiar: Habla de la esencia por la que cada uno participamos del ser, aquello por lo que uno es este y no otro. Habla de naturaleza que no es otra cosa que la misma esencia, en cuanto principio de operaciones: tal cual sea tu esencia, así obrarás. Por eso, los derechos humanos nos corresponden por esencia, son anteriores a las declaraciones de derechos; no necesito un referéndum a favor de mi vida, ésta me corresponde a mi por naturaleza, por mi esencia. El ser adviene a mi esencia porque yo he sido creado a imagen y semejanza del Creador (esta es mi convicción).
Yo no soy muy consciente de las penalidades pasadas para llegar a la formulación de España como Estado de Derecho (he vivido muchos años lejos de nuestra Patria). Sí me doy cuenta de que para mantenerlo como tal, hay que trabajar, hacer trabajar a los políticos y que éstos nos rindan cuenta de su gestión pública. Uno de los principios del Derecho es el de Seguridad Jurídica (que no se refiere a la policía ni a los bomberos) por el que se garantiza que todos –juristas, políticos o no- hablamos de lo mismo cuando empleamos un concepto jurídico-filosófico. De lo contrario se podría llegar al nefasto “uso alternativo del Derecho” (nacional-socialismo nazi, marxismo-leninismo). A la vista de la aprobación del aborto libre en España (sí, yo estoy obsesionado con la vida) y de la próxima eutanasia, ¿podemos decir que tenemos en nuestro Ordenamiento jurídico un único concepto de PERSONA, igual para todos? ¿Acabaremos en un uso alternativo del Derecho al distinguir al bebé en el seno materno, al discapacitado, al que tiene síndrome de Down, al afectado de Alzheimer? ¿Son personas siempre y para todos?
En otras palabras (puesto que sería una insolencia por mi parte, osar igualar, la expresión poética con la que consigues enarbolar un tema tan álgido), pretendes con tu artículo, alentar a la juventud a que se moje y de la cara, dejando de lado la inútil y repetitiva queja, y utilicen la fuerza de su rebeldía inconformista, propia de su naturaleza, para buscar la participación en temas sociales de forma activa, sea cual sea el rumbo de sus ideologías o sus sueños.
¡Qué difícil se lo pone “la clase dirigente”, a nuestros jóvenes y no tan jóvenes…!, aun así, les exigimos que hagan de tripas corazón y continúen vaciando la alforja de sueños rotos.
Si algo caracteriza a los jóvenes, es la pasión que trasladan a todo lo que hacen, la facilidad de adaptación a los cambios, es el ánimo de lucha, la ilusión por alcanzar metas, pero sobre todo la avidez por ser escuchados, valorados y reconocidos.
Aunque nos pese reconocerlo, buscamos la forma de lapidar tal arrojo de energía, con discursos “legítimos”, que terminan por exterminar cualquier ambición independiente o colectiva.
¿Cuántos jóvenes sobradamente preparados para plantarle cara a la civilización actual, esperan en vano una oportunidad? Y no solo se limitan a esperar, luchan con denuedo, para abrirse camino en un mercado colapsado por un modelo de ordenación agarrotado. Los dinosaurios anquilosados que mueven nuestra sociedad, impiden el avance. Estamos claramente estancados y andamos hacia atrás como los cangrejos.
Los jóvenes son nuestro futuro, pero no podemos mover sus hilos, como si de marionetas se tratarán, anulado sus aptitudes. Necesitan apoyo empezando por su pueblo, ampliándolo a la provincia, la comunitat Valenciana y su país, en definitiva.
Resulta muy decepcionante, ver como cada día, jóvenes preparados, con mucho que ofrecer, tengan que buscarse la vida, en otros países, en busca de una oferta laboral, o recurriendo a otras universidades extranjeras para conseguir formación.
Los jóvenes imitan un modelo a seguir, desde niños, y el ejemplo que les estamos dando deja mucho que desear; políticos corruptos, religiones opresivas, guerras de intereses… codicia, individualismo… ¿realmente sabemos cómo trasmitir los valores que ni siquiera nosotros poseemos?
Hace un tiempo leí un artículo de prensa, en el que indicaba la escasez de jóvenes menores de 30 años inscritos en listas electorales y apuntaba:
¿De quién es la responsabilidad?, ¿De los ciudadanos, de los políticos tradicionales, del sistema democrático?
¿Qué soluciones podemos plantear?
Mis felicitaciones, Juan Carlos, por lo interesante de tu artículo. Estoy segura de que despertará muchas conciencias, y no solo en los jóvenes.
Felicidades J.Carlos, un articulo con mucho fondo, con molla como se dice.
lo politicos, la mayoria, solo piensan en el voto el ciudadano, despues ya pasan de él totalmente, hasta las proximas elecciones, y la culpa es nuestra por dejarnos llevar como corderitos, hay que plantarse y exigir a los dirigentes otra forma de actuar, si no vamos directo al abismo.
Señor Beresaluce, como de profundo, ¿como sus textos aburridos, insípidos, repetitivos, carentes de calor humano, con mensajes tremendamente discriminatorios como el que tuvo a bien mostrarnos en su artículo adopción gay? no creo que sea el más indicado para decirle a nadie lo que ha de escribir, y mucho menos pretender restarle valor por los «atentados a la sintáxis», fíjese que aún con eso tiene más comentarios que los suyos, y encima positivos, podría haber sido amable e ignorar el artículo, así como la gente ignora los suyos.
Y señor Pellín, parece mentira que no sepa de las penalidades que sufrieron la gente para llegar a un estado de derecho, siendo un señor que lee y mucho como así va aseverando por aqui, es capaz de escribir innumerables citas de libros que da por verdades sin haberlas presenciado, que cosas…
Disculpa Juan Carlos, que en la despedida de mi comentario te llame Deltell en lugar de Escandell. Todos erramos…
Luis
Por fortuna, todavía quedan personas que piensan desde una óptica crítica, constructiva y consecuente. Enhorabuena, Juan Carlos Escandell, por esta opinión sensata. No le conozco personalmente, pero es grato saber que existen hombres como usted, que aún tienen una esperanza sincera en el futuro a partir del consenso, el esfuerzo común y las ganas de trabajar. Enhorabuena.
De acuerdo contigo, Juan Carlos.
Creo que el artículo debiera de servir de empujón para que la participación en la vida polícita y social de los pueblos no ocurriera sólo desde casa o en los bares; aunque, si lo pensamos, también hay que «tenerlos» (si se me permite la expresión) para meterse en ese «fregao».
Un abrazo.
Que más decir que no hayan dicho ya.
Leer este tipo de artículos da una pequeña esperanza a la gente que se siente abrumada por las normas ya establecidas, un respiro, no todos son capaces de demostrar con hechos, ni siquiera con unas simples líneas escritas, que se puede respetar la individualidad del ser humano, sin adoctrinamientos, sin imposiciones, el respeto no solo hay que exigirlo, hay de demostrarlo.
La juventud de hoy en día ya no es tan conformista como la de antes, no se deja tan facilmente manipular, ni se creen las historias, segun algunos, reales, más propias de libros de ciencia ficción para tenerlos amansados y no permitirles ni pensar por ellos mismos.
Como dice Claudio, hay que «tenerlos» para meterse en esos fregaos, pero tambien hay que pensar Claudio, que de no hacerlo, siempre seguiremos siendo un sumiso rebaño en manos de los de siempre.
Felicidades Juan Carlos por el artículo.
Creo que unos y otros nos eatan tomando, el pelo, y segun ellos (los polticos actuales, locales) se creen que nos creemos esta pantomina, de las dedicaciones y no saben que los ciudadanos de base, no son tan incultos como ellos creen, . Hoy. salvo raras excepciones, una mayoria, han dejado de creer, en esos postulados de derecha o izquierda de indole(lamentablemente), y toda la culpa es de esta nueva generacion de politicos , camaleonica, …Espermos el resurgir, de algo que ilusione y que se recuperen , los planteamentos, y poder diferenciar,, que es izquierda y que es derecha, por que se diga lo que se diga, no es lo mismo,,,, Hoy,, la derecha juega para parecer izquierda y al contrario, la izquierda ,hace una politica mas de derechas que esta lo lo practicaria…… En fin,,,,,y no confiemos solamente en la juventud,,, pues no se trata de la fuerza, por que la experiencia, tanbien cuenta en la vida,,,,, mis saludos cordiales
Al Sr. Beresaluze Galbis le diría que, el hecho de que usted se brindara a leer al amigo Juan Carlos Escandell, ya es un dato importante: a usted le interesa su opinión. No podemos decir lo mismo al contrario, pues sus textos (como ya ha comentado anteriormente otro lector) no tienen «nada» que comentar, al tratarse (en su mayoría) de una simple sarta de palabras pseudoelocuentes con la que usted pretende que pensemos que es más que nadie, nos puede dar clases de moralidad y, como ha sucedido ahora, además se atreve a restregarnos por las narices lo ducho que es en materia literaria. No lo niego. Nadie lo niega. Pero el Sr. Escandell ha empleado dos «cómo no»: si eso es abusar, que baje Dios y lo vea…
En todo caso, quizás sea usted, Sr. Beresaluze Galbis, de los que prefieren un bonito pastel de plástico a una comida bien elaborada y enriquecedora; y digo eso porque parece quedarse en los límites de las palabras sin llegar a profundizar en ellas.
Y ello quiere decir únicamente dos cosas: o bien no ha entendido el artículo (cosa que dudo, siendo usted tan extremadamente inteligente…) o bien no le interesaba lo más mínimo y sólo quería criticar por criticar (cosa que, de ser cierta, sería lamentable).
Lamento disentir de tantos comentarios laudatorios. Independientemente de la barata originalidad de tus ideas, de los repetidos ¿»y como no?», de los atentados a la sintáxis y la concordancia, ese «de que» final chirría literariamente de modo harto enojoso. No se puede decir en castellano:….»ESTAREMOS DOMOSTRANDO A ESOS SALVAPATRIAS DE QUE, SIN ELLOS, LOS DEMÁS NO SOMOS NADIE».Sin perjuicio de que ( este de que sí es correcto) lo que debes haber querido decir, dado el tono general de la frase, es que los demás SOMOS ALGUIEN.Todo lo contrario…
Hay que cuidar más los texrtos Juan Carlos. Y, si puede ser, la importancia general de los temas. Digo, cuando se quiere ser razonablemente profundo.
Lo siento, Deltell.
Sr. Génesis, no desespere vd. tenemos que seguir dando la batalla de la amabilidad y del respeto. Sigue siendo más barato y, sin duda, hace más grata la vida en convivencia.
Saludos cordiales.
No me parece correcto arremeter contra la aportación de D. Luis Beresaluze con saña, falta de educación y de respeto e, incluso injuriosamente.
Yo he alabado el fondo del artículo del Sr. Escandell Aracil: me parece bien la formulación de sus ideas, sobre todo por los conceptos metafísicos y jurídicos que emplea.
Pero, en cuanto a la forma, expresión gramatical y literaria, son evidentes los errores en los que incurre y que D. Luis le hace notar: repetición del ¿cómo no? y uso indebido del «de que», error muy corriente en los catalano-parlantes cuando usan el castellano.
Acepte el Sr. Escandell con humildad esta corrección que le puede servir para mejorar sus artículos.
Agradezcamos tener en Novelda, a nuestra disposición, el talento y bien hacer de D. Luis Beresaluze que nos puede venir bien a muchos para a escribir correctamente en castellano. Personalmente le doy las gracias junto con un gran abrazo.
Reduce el texto Agustín, eso del Señor Galbis, en Castellano, se llama pedantería.
¿Cuando nos conocemos Juan Carlos y me explicas como se mueven las montañas en las que se han convertido las cúplas de los partidos?
Al tiempo amigo, pero el mundo de internet será el que cambie a la sociedad. Estamos en la tercera revolución industrial, la de la tecnología, y como las otras también cambiará la sociedad.
Bueno, aquí esta el ejemplo de lo que dije ayer, hay gente que ni siquiera sabe mostrar respeto ni cuando escribe unas líneas.
Lo que debe ser barata es la soberbia, hay gente que la coge con avaricia.
A mi lo que no me parece correcto es tildar de baratos los ideales de nadie, es una falta de respeto por parte del señor Beresaluce.
Podría haber tenido la generosidad de no comentar nada, pasar de largo, una persona que entra a recalcar unas faltas y al mismo tiempo el las va cometiendo.
No solo escribió mal el apellido Escandell, que revise sus textos antes de criticar nada y mucho menos pretenda sentar cátedra de algo.
Distintos puntos de vista, señor Pellín.
Sr. Ivan Estepario: No me regañe vd. por no haber podido vivir en España la transición, la elaboración de la Constitución, el golpe de Tejero…Vd ¿sufrió muchas penalidades para el advenimiento del Estado de Derecho en España? Si ha sido así, me solidarizo con sus sufrimientos. Mientras vd. sufría, a mi, el Real Colegio de San Clemente de los Españoles me concedió plaza para elaborar en Bolonia una de mis Tesis Doctorales. Después, mientras vd. seguía sufriendo, me concedieron la posibilidad -gastos pagados- de realizar en Roma otra tesis doctoral. Yo seguía los acontecimientos de España por la RAI. ¿Acaso le parece que hubo deserción o inhibición por mi parte o que tendría que haber regresado antes a España para empuñar las armas en defensa de la Constitución? Es como si yo le echara a vd. en cara que no siguiera de cerca el asesinato de Aldo Moro o la explosión de la estación de Bolonia por parte de las Brigadas Rojas.
Muy atentamente.
(Lo de Iván lo he inventado por poner un nombre propio que case bien con la estepa rusa).