Tiempos de movilización
La crónica política que nos depara tanto en el País Valencià como en el estado español no es nada halagüeña a los intereses de la mayoría social. Empecemos con el ámbito más cercano que sería el País Valencià gobernado por el PP.
Ya no queda provincia en la que no estén imputados cargos electos de este partido. El caso Gurtel ha ido extendiendo como una mancha de aceite, tenemos esperanza por lo menos, de que la justicia cumpla su cometido que no es otro que el de impartir justicia y para ello es necesario que los chorizos y los corruptos acaben en la cárcel. Por que cada día que pasa se hace más necesario dignificar la política.
El presidente del PP de Alicante el señor Ripoll está imputado junto a otros concejales del Ayuntamiento de Orihuela y algún que otro conocido empresario alicantino. El juez de Orihuela que investiga el caso Brugal ha imputado a José Joaquín Ripoll por cinco supuestos delitos entre ellos los de cohecho, fraude y trafico de influencias.
Otro presidente del PP el de la Diputación de Castellón el Sr. Carlos Fabra también está imputado por diferentes delitos, al igual que su colega Ripoll, coinciden los presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal. Pero la mancha del PP no acaba ahí sino que continúa hasta el máximo responsable, el Sr. Francisco Camps. Recientemente el Tribunal Supremo ha obligado a reabrir la causa por supuesto cohecho pasivo impropio contra el Presidente de la Generalitat por aceptar regalos de la trama Gurtel. A todo esto hay que añadir los indicios reunidos entorno a varios posibles delitos, entre ellos financiación ilegal, cohecho,… que afecta a varios altos cargos del gobierno Valenciano y del PP en la comunidad valenciana.
El PP ha contribuido como nadie al descredito de la política, a la desconfianza de la ciudadanía hacia los políticos y a la utilización perversa, interesada e irregular de algunos de sus cargos públicos. El Sr. Rajoy ante estos casos de corrupción mete la cabeza en el suelo como los avestruces esperando que pase el temporal, el Presidente de un partido que quiere gobernar España es incapaz de poner orden en sus filas y tomar medidas cautelares.
En la escena nacional aparece el PSOE. Este partido que hace llamarse socialista y obrero y que dice defender a la clase trabajadora. Hace unos meses aprobó en solitario en el congreso el famoso “tijeretazo”, el llamado plan de ajuste que el Sr. Zapatero tuvo que aplicar para “calmar” a los mercados. Esa instantánea es la marioneta del Presidente del Gobierno al servicio de los poderosos, del capital, de los bancos, de los especuladores,… Mal vamos si al final resulta que los que definen las políticas de un país no son las personas elegidas democráticamente en unas elecciones sino otras instituciones que dictan las recetas a aplicar.
Bajada de sueldo de los trabajadores públicos, congelación de las pensiones, recorte ley de dependencia, reducción ayuda al desarrollo, reducción en inversión con la posterior pérdida de empleo,… son algunos de los ingredientes del plan de ajuste duro aprobado por el PSOE.
La última de las medidas aprobadas por el gobierno es la reforma laboral. Esta ya ha sido contestada por los sindicatos con la convocatoria de una huelga general. Conviene recordar a este respecto las palabras que pronuncio el Sr. Zapatero en abril de 2009: “No hare ninguna reforma de calado que no tenga el acuerdo de la patronal y de los sindicatos; no recortaré nunca los derechos de los trabajadores como fórmula para salir de la crisis”.
Como se ve las palabras se las lleva el viento, vienen tiempos difíciles, complicados, con más recortes, por eso es preciso estar en todas las movilizaciones que convoquen los sindicatos, salir a la calle a expresar nuestro rechazo, esto no se ha acabado aquí ahora van por las pensiones, después por el pago para la atención sanitaria… El 29 de septiembre hace falta una respuesta contundente, todos y todas a la HUELGA GENERAL. Porque una salida social de la crisis es posible.
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