¿Dónde nos vamos de vacaciones?
“Este año a ninguna parte”. Esta sería la contestación que recibiríamos de muchas familias si la pregunta la hiciéramos a nivel nacional e incluso mundial, entre los países desarrollados claro está, los otros, los pobrecitos nunca han tenido que tomar esa decisión.
Pero, antes de entrar en materia, hay que distinguir dos tipos de vacaciones, las que paga uno del bolsillo para disfrutarlas con amigos y familia, y las que paga uno del bolsillo para que las disfruten otros, también con amigos y/o familia. Pero el concepto de las vacaciones ha cambiado mucho en los últimos 25 años y cambiará también mucho para los próximos 25.
Están las vacaciones de los más pequeños, adolescentes y jóvenes. Antes, en Novelda, la llegada de las vacaciones para éstos la marcaba la apertura de los baños, con grandes tardes de sol y agua salada entre amigos y familia y los primeros guiños al amor, eso sí, con la canción de “manda rosas a Sandra” sonando en la máquina de discos. Luego se remataba el día en el casino o la glorieta. Eso sí, ya con ropa de ligar. Los días más especiales de vacaciones eran los que se tomaba la decisión de ir a pasar el día a la playa del Postiguet o, para los más atrevidos y modernos, a disfrutar de las noches locas de Benidorm.
Hoy, nuestros niños, adolescentes y jóvenes, optan a otras alternativas más globales: largos viajes, Disney World París u Orlando, grandes y preciosas playas en Canarias, Mallorca o en el largo litoral Mediterráneo. A los jóvenes se les queda pequeña la provincia y para ser alguien hay que morir en Ibiza, con la Jet, en las discotecas y playas de moda.
Para las familias, antes, las que podían, que no todas, veraneaban en las “huertas”, eso sí, a bañarse al polideportivo Cucuch, a los baños o a les clots de la sal. Las más pudientes disfrutaban de apartamento en la playa y para otras, las vacaciones se limitaban a visitar unos días la familia del pueblo. Hoy, o mejor dicho, hasta hoy, las vacaciones eran de verdad, a lo grande. Ya casi todos tienen apartamento en la playa. Los que no, un mes de alquiler en primera línea, otros, visitaran los más exóticos países de Europa y del mundo mundial, sin olvidar ese crucero prometido durante años a nuestra parienta. Eso sí, hasta aquí, las vacaciones descritas sean unas u otras, las paga uno de su propio bolsillo. Pero, ¿qué pasa cuando uno también paga de su propio bolsillo las vacaciones de otros?.
Mientras ha habido café para todos y la “butxaca” llena no hemos echado cuentas, pero en la actual situación de crisis, ¿cuánto nos cuestan las vacaciones de otros? Mientras escribo estas líneas, estoy escuchando en la radio que la señora Michelle Obama, a la que agradecemos de antemano que haya elegido España para pasar sus vacaciones, por lo que ello significa de promoción mundial de nuestro país, está pasando cuatro días en Marbella, para lo que se han movilizado 60 guardaespaldas, 14 coches de seguridad monovolumen, el segundo avión presidencial estadounidense, y 60 habitaciones en el hotel más caro de España. Todo esto sin contar la parte de gastos que corresponde a España: movilización de guardias civiles, arreglo de accesos al hotel y playa, etc. ¿Quién paga todo esto?, ¿es de recibo en la actual situación económica mundial hacer este gasto para cuatro días de vacaciones de 2 personas? Y los nuestros. Parece que a los nuestros les ha entrado la vergüenza torera y este año van a veranear de una forma más modesta en sus lugares de origen: Zapatero en León y Rajoy a Galicia. Los de aquí, los del pueblo, también se adaptan a los momentos actuales: Mariano, unos días a casa de un familiar en un pueblecito de Málaga, Víctor, practicando su deporte favorito del senderismo por los Pirineos, y Ráfa Sáez, en un piso de sus padres en San Juan.
Un deseo. Que los que disfrutan de vacaciones ocasionando algún gasto a las arcas públicas españolas, lo hagan con mesura, pensando en todas las familias que no pueden llegar a fin de mes, y sobre todo, que lo hagan en ESPAÑA, y que promocionen y vendan la imagen amable y saludable de nuestro país ya que es el que corre con la factura.
