Artículo de opinión de Valentín Martínez, arqueólogo e historiador y concejal del PP en el Ayuntamiento de Novelda. En el escrito, Valentín Martínez reconoce su admiración por Barack Obama y relata su experiencia en su recorrido por el lugar donde asesinaron a JFK en Dallas, la visita a la NASA, la asistencia a un espectáculo como un rodeo o comprobar, personalmente, la realización de un buen carril-bici
Recuerdo vivamente como en un autobús interurbano en la ciudad de Fort Worth (Texas), una mujer que rondaría los 35-40 años se sentó a mi lado y me preguntó de dónde era. -He de reconocer que la gente en Texas es muy amable-. Le contesté que era español, y una sonrisa se dibujó en su cara. Me contestó que Texas había estado bajo seis banderas, entre ellas la española. Todos los tejanos presumen de su pasado, y de haber estado bajo seis banderas, se jactan de ello. Me estuvo explicando que su familia llevaba seis generaciones en Texas, y que estaba tremendamente orgullosa de ser tejana y norteamericana. Allí la gente sabe entender que su especificidad es vital en el conjunto. Que su especificidad no debe ser motivo de separación, sino de unión y mayor cohesión. Entenderlo es su fuerza.
Cuando uno conecta la televisión en España y recibe a través de ella noticias de Estados Unidos, creo que lo más llamativo es cuando nos dicen que los americanos son incapaces hasta de situarse a ellos mismos en el mapa, y que a España la consideran un país latinoamericano, y eso, con suerte de que sepan que es España. Mi experiencia personal me demostró todo lo contrario. Entre otros lugares, tuve ocasión de conocer en profundidad la ciudad de Dallas, visitar Houston (donde me dejé caer por la NASA y quedé impresionado de lo avanzados que están), San Antonio, Fort Worth y Mesquite. En todas estas ciudades tuve ocasión de hablar y entrar en contacto con mucha gente. Todo el mundo conocía España, y se sentían orgullosos de que España formase parte de su historia. Me sorprendió poderosamente. Es más, tuve ocasión de conocer a un hombre de unos 50 años que sabía y conocía perfectamente Alicante, que la había visitado, y que quería volver a nuestras tierras. La realidad es que los medios de comunicación españoles nos transmiten una imagen de los Estados Unidos que yo no vi allí.
La mujer tejana que conocí en el autobús interurbano en Fort Worth me preguntó si había notado un fuerte “shock” cultural, respecto a mi vida en España (Europa) y como la gente vive allí, en los Estados Unidos. Yo ya me encontraba en mis últimos días de estancia, y había tenido ocasión de hacer, ver y conocer de todo. Le contesté que realmente el supuesto “shock” había sido menos de lo que hubiera esperado. Seré sincero, no entiendo cómo no les gusta el futbol y el Real Madrid y si el béisbol, pero la vida no es tan opuesta a la que nosotros podamos tener aquí. Tienen sus costumbres, sus tradiciones, no hacen la siesta,… pero creo que cualquiera podría adaptarse al modo de vida americano, porque allí el respeto a la persona, al individuo y su forma de ser y entender la vida, es absoluto. Aceptan totalmente la diferencia, y procuran que se respete al máximo. ¿Racismo? Es más el mito que la realidad. Además, Estados Unidos es el primer país con Democracia Avanzada, que yo recuerde y si no me equivoco, que por primera vez cuenta entre sus candidatos a presidente a un hombre de color, Barack Obama, por el que siento cierta admiración. Eso es dar una lección de integración.
Son tremendamente respetuosos con su medio ambiente. Se debe reciclar por ley, además de que la gente en este punto esta concienciadísima. No se puede fumar en ningún espacio cerrado, en ninguno, salvo que haya lugares específicos habilitados para ello, normalmente localizados en el exterior de los edificios. Entienden, todos, que la gente no fumadora no tiene porque convertirse en fumadora pasiva. Respetan al individuo, y alabo esa forma de entenderlo, nadie tiene el derecho a hacer que otro se vea perjudicado convirtiéndose en fumador pasivo. Una persona inhala más de 50 sustancias tóxicas al respirar el humo del tabaco.
Texas es verde, con muchos ríos, lagos, lagunas, charcas. Todos los edificios, esos bloques de pisos elevadísimos que solemos ver en las películas que buscan rascar el cielo, suelen tener a su alrededor parques preciosos, llenos de vegetación, árboles, fuentes, bancos… ¡mesas de ajedrez!. Me sorprendió la capacidad que tienen de entender que los árboles nos dan vida, y comparto esa filosofía. Los árboles son el pulmón del mundo. Además, con el calor que allí hace en verano (de 38 a 45 grados de media) entrar a un parque lleno de árboles y fuentes que generan sombra y frescor, es un placer, es tener idea.
Decía más arriba que los tejanos son gente muy amable. Pasé la mayor parte de mi tiempo en Dallas, con lo que tuve ocasión de visitar gran parte de los más de 25 museos y galerías de arte que allí tienen. 5 universidades sólo en la ciudad de Dallas, un carril-bici (este si que puede considerarse como tal) y peatonal que cruza todo Dallas independiente de las vías de tráfico. Cómo no, visité el lugar donde fue asesinado JFK, y estuve en el Memorial a JFK. En Dallas esta es una visita ineludible. Pero a lo que iba, muchas veces debía acudir a algún panel que había situado por el centro de la ciudad que te indica “usted está aquí”, para poder orientarme, o sacar el callejero para estudiar la ruta que me llevase al lugar que pretendía buscar. De repente, las personas que pudieras tener a tu alrededor, se acercaban a ti para ofrecerte su ayuda y acompañarte si era necesario hacia donde ibas. Ocurría siempre, no ocasionalmente, siempre. No te hacía falta pedir ayuda, intuían que la necesitabas y te la prestaban. La verdad es que esto nunca me había pasado.
Algo que me hizo disfrutar fue asistir a un rodeo. Es todo un espectáculo. Como suben a los toros e intentan aguantar subidos a ellos, como se sientan 4 hombres en sillas para retarse a ver quien es el último en abandonarla ante las embestidas de un toro. Ni por asomo haría yo nada de eso, pero la verdad es que es todo un espectáculo. Típico americano.
La NASA es algo asombroso. Tienen montado, en el exterior de los recintos de investigación y control de seguimiento, un edificio que está lleno de juegos, videos y demás entretenimientos, para que las familias vayan allí a pasar el día y distraer a los niños. No es nada especialmente interesante. Lo impresionante es la visita, aunque está tremendamente restringida. Pero ver una sala de control y seguimiento, o estar junto a uno de los cohetes espaciales, de unas dimensiones descomunales, es algo increíble. La investigación es muy importante para los Estados Unidos, gastan mucho dinero en investigación e innovación. Y pagan y valoran como se merece a quienes tienen extraordinarias aptitudes para la investigación. Por eso son uno de los países más desarrollados.
San Antonio quizá sea la ciudad más “histórica” de todas las que tuve ocasión de visitar. Allí se encuentra la casa del gobernador español, que tienen abierta al público, tienen 4 misiones evangelizadoras españolas en sus alrededores también visitables, y el lugar más emblemático, el Álamo. Una construcción sencilla, pero que rezuma atractivo por lo que allí ocurrió, la defensa hasta la última persona de aquella plaza ante el ejercito mejicano. Una visita que considero indispensable.
No quiero extenderme mucho más, pero realmente tuve ocasión de constatar en mi propia persona aspectos de la típica vida americana, destruir mitos entorno a los ciudadanos de Estados Unidos (y de Texas en particular), y como no, conocer un Estado que es emblemático de este país. El Estado de la estrella solitaria. Recomiendo a quien quiera viajar a los Estados Unidos que aproveche la ocasión para conocer esta tierra, que, personalmente, consiguió cautivarme. Aunque eso si, como mi Novelda no hay ninguna.
Quan una persona declara aquesta admiració pel Estats Units d’America, una de dos, o algo fa pudor a podrit o és del PP, en aquest cas ambdues situacions es compleixen…
Cuando una persona hace un comentario como este, una de dos, cree que sólo él está en posesión de la verdad absoluta o que no admite que nadie piense diferente a él (y se permite descalificar gratuitamente diciendo que huele. Y yo me pregunto ¿huele a qué? y ¿él a qué huele?
También me atrevería a decir que nunca a estado en Estado Unidos de America y por tanto su opinión no puede ser muy válida.