Mª Carmen López y Luis Pons son un matrimonio noveldense que, junto a su cuñada Antonia García, decidieron este año disfrutar del Camino de Santiago durante las Fiestas de Novelda. “Lo primero que hicimos después de haber andando los 360 kilómetros del Camino que hicimos fue subir al Castillo a pié a ver a la Santa”, asegura Mª Carmen
El 19 de julio, estos tres noveldenses se calzaron las zapatillas y las mochilas para afrontar las 17 etapas y los 360 kilómetros que les esperaba en su primera experiencia con el Camino. “De verdad que es envolvente. A medida que vas pasando por las etapas se va convirtiendo en una experiencia muy gratificante”, comenta Luis.
Partiendo de Roncesvalles, este grupo de peregrinos alcanzó Carrión de los Condes (Palencia) en 17 etapas, a una media de 22 kilómetros por día. “A las seis de la mañana tocábamos diana y nos poníamos a andar hasta el mediodía. Por las tardes, descansábamos un poco y conocíamos el pueblo”, comenta Luis.
“A mi me impactó ver a la gente haciendo el Camino sola. Conocimos a una señora de más de 60 años que venía haciendo el Camino desde Paris. Coincidimos con ella en varios días, incluso compartimos hostales pero a la hora de ponerse a andar siempre prefería hacerlo sola”, recuerda Mª Carmen.
Mª Carmen asegura que la fe está muy patente en todas las etapas y que las personas siempre están dispuestas a ayudar al peregrino. “Se hacen muchas amistades”.
“Es increíble los cambios de paisajes que se observan a lo largo de la senda. Nosotros fuimos de los Pirineos hasta Castilla por lo que hemos pasado por bosques y llanos de cereales”.
“Tengo que decir que yo no sería capaz de hacer el Camino en bicicleta. A parte de que tiene que ser muy duro, el encanto de hablar con unos y otros, pensar y disfrutar de los paisajes y pequeños detalles que tienes cuando lo haces andando no se tiene en la bicicleta porque se va mucho más rápido”, aseguran.
Luis y Mª Carmen recuerdan cómo en cada pueblo los peregrinos amontonaban sus mochilas a las puertas del bar de forma que no había pérdida a la hora de encontrar un lugar donde reponer fuerzas.
Entre seis y ocho kilos ha sido el peso que Mª Carmen, Luis y Antonia han soportado en sus espaldas durante las 17 etapas. “Te das cuenta de lo poco que necesitas para vivir. Hemos pasado dos semanas en las que todo lo que necesitábamos lo llevábamos encima”, comenta Mª Carmen.
“Recuerdo como unos 6 kilómetros antes de llegar a Santo Domingo de la Calzada una patrulla de Protección Civil pasaba cada cierto tiempo para comprobar que todos los peregrinos estábamos bien. A lo largo del Camino nos hemos encontrado con varias cruces en recuerdo a personas que fallecieron durante la senda”, aseguran.
“Mi cuñada sufrió con los pies ya que las zapatillas le hicieron herida, así que al final se tuvo que comprar otras y dejó las suyas en Atapuerca. Además, a nosotros nos picó un insecto que nos causó una erupción, sobretodo a Luis, y nos tuvieron que pinchar cortisona”, comentan.
A pesar de la dureza del Camino, Mª Carmen y Luis ya están preparando la vuelta al Camino de Santiago de forma que en Semana Santa, si todo va bien, harán una escapada para hacer tres o cuatro etapas más para, de esta forma, al verano que viene poder completar el Camino y llegar a Santiago. “Nos hemos quedado con ganas de más”.