Carta a los Reyes Magos de Carlos Gandía

Queridos Reyes Magos:

Quisiera compartir alguna que otra reflexión por la que creo que es Navidad. Navidad, esa palabra que engloba no solamente unos días del año, sino que nos recuerda un gran acontecimiento. Porque Navidad viene de Natividad, de nacimiento. Efectivamente, Navidad es que Dios ha nacido, la ternura se ha hecho como nosotros y se llama Jesús.


Desde el día ocho de diciembre en nuestro pueblo ya lucen los Belenes en nuestras casas, se han encendido las luces y adornado los árboles. El tímido frío nos anuncia que es Navidad.
Es Navidad; días de ternura, de luz, detalles, encuentros, y algún que otro villancico.


En Navidad nos encontrarnos con la familia, compartimos la mesa, recordamos los momentos vividos y soñamos los futuros, son días de reencuentros con los que de normal están lejos, o por lo menos de tener un rato para hablar con ellos. Son, en definitiva, días de familia y Dios quiso tener una como la tuya. Mira por un momento el Belén, busca el portal y encontrarás a Jesús, arropado por el calor de su papá y está María, que descansa a la vez que no le quita ojo al pequeño bebé. La ternura de Dios se ha hecho como nosotros y se llama Jesús.


La Navidad es tiempo de tener detalles con los demás, en estas fechas se nos esponja el corazón e intentamos tener detalles con aquellos que más sufren; además, son días de regalos para los nuestros, especialmente para los más pequeños. Te invito a que vuelvas a contemplar el Belén, allí un ángel les anuncia a los pastores que Dios se ha regalado a la humanidad y ha querido empezar por los más pequeños.

Que no solamente en estos días los pequeños y los pobres ocupen el primer hueco de nuestro corazón, sino que siempre sean ellos los preferidos, así como lo son para Dios.


La Navidad es tiempo de luces y adornos, que nos llenan la vida de alegría, que hacen el frío un poco más cálido y nos recuerdan que es Navidad. Vuelve tus ojos de nuevo al Belén, mira que llegan unos hombres cansados desde lejanas tierras, llevan en sus manos: oro, incienso y mirra.

Han visto relucir la estrella y han venido a descubrir que Dios se ha hecho pequeño y quieren darle su vida significada en oro, incienso y mirra. Descubramos que el corazón de Dios es universal, es grande y hay hueco para todos.

Vivamos la Navidad sabiendo que Dios quiere que seamos de su familia, que los primeros son los pequeños y que la luz de Dios no sube la factura, sino que la que nos guía siempre en nuestra vida. La ternura se ha hecho hombre y se llama Jesús.

¡Feliz Navidad! ¡Disfrutemos de que es Navidad!

Fdo.: Carlos Gandía, vicario de la iglesia de San Pedro.

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