Tribuna de opinión de Lluís Deltell
Hace un par de semanas, el Ayuntamiento daba un paso más en el proceso de reforma del mercado municipal de abastos. Con la aprobación de la licitación en el pasado pleno, se sientan las bases que regirán la futura reforma integral.
Y remarco el término reforma; estamos hablando de una reforma integral que permita su continuidad en el tiempo, por seguridad y por salubridad, y que traerá una nueva zona de ocio en la primera planta. Toda la ciudadanía ha podido ver el estado actual de la cubierta de fibrocemento, que es peligrosa para la salud, de las instalaciones eléctricas… la reforma es imprescindible para cumplir con la normativa actual a todos los niveles. Y teniendo todos claro que la reforma es imprescindible para que su actividad pueda continuar en un futuro no tan lejano, hay circunstancias que no se entienden.
El pasado pleno, que debía haber sido el lugar para debatir sobre los aspectos de la licitación, sobre el enfoque del proyecto, sobre la situación de los comerciantes, se convirtió en una guerra encarnizada por ¨ganar el relato¨. Algunas se centraron en la relación con los comerciantes, y la supuesta incapacidad del equipo de gobierno para dialogar. Discrepo: desde el año 2021 y hasta la actualidad, han sido infinitas las conversaciones mantenidas con los mismos, en las cuales se les han presentado los diferentes proyectos, se han expuesto las distintas alternativas, se han consensuado posibles abordajes… aunque las constantes idas y venidas, tampoco lo han puesto nada fácil.
Otros se centraron en la presunta incapacidad del equipo de gobierno para llevar a buen fin este proyecto y que se dejaba tirados a los comerciantes. Siento discrepar también: se han abordado todas las posibilidades, todos los proyectos, comprometiendo fondos municipales para avanzar en el mismo (recuerdo que en el proyecto de reforma integral se invirtieron 400.000€, en el del provisional 35.000€, entre otros).
Y se han planteado tres escenarios para los comerciantes durante las obras: la reubicación en un mercado provisional, que tiene un coste de 2,5 Millones de Euros; la compatibilización de la reforma con la actividad; y la compensación de los gastos en forma de indemnización por el periodo que no se pudiese desarrollar la actividad. Una vez finalice el proceso de licitación, la empresa resultante presentará un plan de trabajo en el que se abordará qué opción resulta más viable.
¿Si todos los grupos políticos dicen querer la reforma, por qué votaron en contra? Oposición: con su permiso.