Artículo de opinión de Lluís Deltell, Partido Socialista
La aprobación del inicio de los trámites administrativos para el desarrollo del parque empresarial ubicado en el Pla-Salinetes es, verdaderamente, la decisión política de mayor calado tomada por nuestro Equipo de Gobierno. Supone garantizar el desarrollo industrial, y por ende económico, del municipio para las próximas décadas. Si algo ha aprendido Novelda del mármol es, que una buena diversificación sectorial es imprescindible para afianzar un futuro próspero; un sector, por cierto, que en las últimas semanas nos ha dejado noticias penosas en materia laboral.
Hablamos de un proyecto que se remonta a inicios de los 2000, cuando el equipo de gobierno popular planteó la reconversión del suelo en un polígono industrial y la construcción de un campo de golf -sin comentarios-. Asunto que acabó paralizado a manos de la justicia y apartado al cajón del olvido, junto con el ya conocido sufrimiento para los vecinos y vecinas.
Ahora, casi veinte años más tarde, aparecen unos rayos de sol por el horizonte. El proyecto se ha reconfigurado para adaptarlo a los tiempo que corren: se introducen parcelas más grandes que permitan el uso logístico junto a las vías del tren y se perfilan parcelas medianas-pequeñas que tendrán una mayor visibilidad junto a la autovía Alicante-Madrid. Un millón y medio de metros cuadrados para la actividad económica de Novelda y toda la comarca. Los polígonos industriales del nostre poble ya se encuentran a su máxima capacidad, y lo mismo sucede en el área de Alicante y Elche, por lo que, gracias a las excelentes comunicaciones terrestres, marítimas y ferroviarias, el desarrollo que ahora tenemos entre manos se emplaza en una ubicación óptima. Este nuevo enfoque no solo no hipoteca el desarrollo del puerto seco -la plataforma de mercancías por ferrocarril está definida en la franja norte del plano- sino al contrario: asegura la viabilidad de ambos proyectos retroalimentándose mutuamente.
Cuando nos presentamos a las elecciones hace escasamente año y medio, indicamos que esta iba a ser una legislatura de cambios estructurales. Una legislatura de profundas transformaciones en proyectos que habían quedado enquistados y que nuestra ciudad tanto necesitaba. La reforma del mercado de abastos, la creación del museo del modernismo en el Centro Cultural Gómez Tortosa o la luz verde al desarrollo de este parque empresarial son buena prueba de ello. Todavía nos quedan por delante dos años y medio. Tempus fugit, seguimos trabajando.