Artículo de opinión de Josefa María Crespo
Esta frase hecha contiene una verdad irrefutable: El lenguaje es la principal herramienta de comunicación entre las personas. Se concreta en la capacidad de emitir y recibir mensajes, que posibilitan el hecho social. Sin comunicación no hay sociedad. El individuo aislado, difícilmente podrá adquirir las herramientas necesarias para aprender, evolucionar y desarrollarse en plenitud.
Somos seres sociales y es en sociedad donde se produce ese desarrollo: primero en la familia y después en la escuela, la calle y en un mundo que ya es global, sin barreras. Esto que es así, se nos quiere hacer ver que en las llamadas “comunidades históricas” no rige.
Desde la transición han proliferado activistas de la lengua: Personas, generalmente adscritas a partidos y grupos politizados de izquierdas, que pretenden hacer de la lengua, en nuestro caso del valenciano, un elemento, no de comunicación, sino de todo lo contrario. Pretenden imponer el uso de nuestra lengua regional para separar a los valencianos, para dificultar la comunicación entre nosotros y “los de fuera”, lastrando el aprendizaje de los escolares y discriminando con penalizaciones arbitrarias a los castellanos de los valencianos parlantes.
Su interés, no es preservar un legado valioso que nos pertenece a todos. Van más allá, imponiendo su dictadura lingüística. Detrás de estos partidos que pretenden diluir, asimilar lo valenciano, en una supremacía catalana, dentro de unos inexistentes “Països Catalans” los PSPV, EUPV y Compromís, siempre están en lo mismo: el adoctrinamiento, la división social, el enfrentamiento y el debilitamiento de la cohesión social. Es en este escenario donde ellos pueden medrar. Sus chiringuitos reciben ingentes cantidades de dinero público para costear “culturetas” y “xarxas” cogidas de tradiciones sacadas del localismo más paleto.
Extienden sus redes sectarias en colegios, mintiendo, manipulando y coaccionando a profesores, padres y alumnos. Esparcen sus mensajes que, lejos de facilitar la asimilación de contenidos en la enseñanza, la dificultan enormemente produciendo un perjuicio irreversible en niños y jóvenes. Además son enemigos de la libertad, le tienen pánico. Pretender apartar del conocimiento y uso del castellano, del español a nuestros niños. Una lengua en la que nos entendemos todos los españoles y que en el mundo es hablada por ¡más de 600 millones de personas! para imponernos leyes a favor del valenciano, cuyo uso se premia extraordinariamente y que ¡ojo! luego no es tal, sino una especie de catalán que nadie habla en nuestros pueblos de manera natural.
Si admitimos imposiciones arbitrarias, ponemos en peligro nuestra libertad. Entendámonos libremente en castellano y en valenciano. Que no nos engañen más, desenmascaremos a estos farsantes.
Fdo.: Josefa Crespo Perez-Beneyto
Equipo VOX Novelda