Nº 176) Ramón Santo Campos, «el de los Campitos» (futbolista).-

Artículo de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

Relatamos hoy la biografía de un hombre sencillo, de los que prefieren «ser uno más y pasar desapercibido». Nació en el año 1948 (somos «quintos»), en el Paraje Cucuch; alrededores de La Mola. Sus progenitores, Salvador y Josefina, tuvieron cinco hijos y Ramón fue el segundo. Su padre llegó a ejercer como Policía Municipal en Novelda, pero falleció aún en edad laboral.

   Su familia se trasladó al núcleo de la ciudad (año 1956). Ramón fue alumno del CP Gómez Navarro y en el pequeño patio existente no se podía jugar al fútbol o similares, por lo que se limitaban a esconderse o a pillarse entre ellos. Ya en la calle, a veces organizaba partidos entre los chavales y elegía como compañero al menos eficaz para compensar, aunque las quejas de los vecinos y el situarse en la calle Sargento Navarro, a veces acababa con la llegada de los municipales o Guardia Civil, prohibiéndoles el juego por ser aquella calle la que atravesaba la ciudad, aunque se contaban los escasos vehículos.

   Comenzó a trabajar a los 14 años en una empresa local de mosaicos y posteriormente pasó como tantos otros, a la industria del mármol. Combinó trabajo y fútbol hasta los 33 años y afirma que sólo disponía de bicicleta, por lo que para desplazarse a entrenar en Alicante, pasaba Bravo, un compañero ilicitano, a recogerle tanto a él como a otro noveldense, «Diguard». Otras veces, compartía auto con dos compañeros que venían desde Albacete: Mariano y Gómez.

   Sintió ilusión temprana por el fútbol y comenzó jugando en la categoría juvenil del Novelda CF, tras observarle algún ojeador de la entidad local con 16 años. Su puesto era de interior, con la camiseta nº 10. Si bien, era un futbolista «todo terreno» pues a veces salía al campo con una ubicación distinta como medio campo, con nº 6, e igualmente de líbero, con nº 5. Sus rivales eran los equipos de la provincia, así como alguno de Murcia pues entonces estaban integrados en la Regional Murciana. Después, fue cedido durante dos temporadas a otros equipos como el Monforte (1966/67) y el Altea (1967/68).

   En la temporada 1968/69 le recuperó su equipo de casa y jugó dos  campañas, hasta la 1969/70. La del 68 la considera como una de las mejores en la historia del Novelda CF, con un conjunto plagado de jugadores experimentados y veteranos, entre ellos: Quirant, Paredes, Monóvar, Carrillo y Romero, sobrino del ilustre José Mª Pérez Pina padre y del cual se publicó su biografía con el nº 9, de fecha 04/01/2012. Junto a los veteranos, estaban los jóvenes destacados: el portero Llácer, Pina hijo, Alvarado, Makoli y Ramón Santo, el protagonista de hoy. Ejercía de entrenador Pepe Rey y el presidente era Enrique Segura. A mitad de aquella temporada 1968/69 llegaron a encabezar la clasificación del Grupo VI en 3ª División. Aporta algunas fotos de entonces, plagadas de viejas glorias.

   En el verano de 1970 y ya libre de su contrato anterior, se anunció su fichaje por el Alicante CF junto a su compañero Eduardo “Diguard”. Debutó visitando al Albacete CF y consiguieron empatar a un gol. Y con la camiseta celeste continuó hasta la 1972/73 en el puesto de media punta. . Jugaron dos veces la promoción de ascenso, aunque sin conseguirlo. Acabaron subcampeones en 3ª División y jugaron la promoción frente al Atlético Baleares. El míster del equipo de la capital fue Manuel Ruiz Sosa, quien había vestido las camisetas del Sevilla, Atlético de Madrid e incluso de la selección española. Se jugaba en el campo de La Viña, normalmente en domingos alternos, si bien alega que para los entrenamientos tenía preferencia el conjunto blanquiazul, el Hércules CF.  

   La siguiente campaña 1971/72 jugó los 38 partidos de la Liga completa; era fijo en el listado inicial de los entrenadores: Pepe Torres y después, Enrique Marqués. Con el Alicante CF de camiseta celeste jugó un total de 99 partidos y recuerda especialmente el jugado en La Viña frente al Eldense, que vino animado por numerosos seguidores y al que vencieron por 5 a 1. Ramón ejerció aquella tarde de enganche, marcador y lanzador; inolvidable para él.

   Como interrupción al balón, se casó con Magda (año 1972) y tuvieron dos hijos, Ramón y Moisés, ambos también futbolistas. Ramón hijo jugó con el equipo local en 2ª B y en 3ª y de Juvenil había jugado en el Elche CF en la División de Honor. Moisés por su parte, jugó como juvenil en el Novelda CF.

   Nuestro personaje de hoy tuvo nuevos fichajes con equipos de la provincia, como el Torrevieja durante dos campañas y el Rayo Ibense en la 1975/76. Entonces se firmaba por dos años, incluido el siguiente al de la firma.

   Otro regreso al equipo inicial, de camiseta verde y pantalón blanco, con el que participó durante sus últimas cinco temporadas, desde la de 1976 a la de 1981, debido a la gestión de la directiva con Antonio Ribelles al frente y eso costó una ficha de 100.000 pesetas. En sus postreros lances, combinó su faceta de jugador con la de entrenador de los juveniles del Novelda CF, tras la marcha de Mariano Mendoza, quien le había señalado para tal cargo. Contaba entonces con 33 años

   Cercana ya la hora de dejar el balón, el entonces alcalde Salvador S. Arnaldos le propuso para ser conserje del Polideportivo Municipal, aún sin acabar su construcción, al estar ampliando superficie (año 1982). Previamente sólo existía una pista de baloncesto y otra de futbol sala, con vestuarios y conserjería; el resto es posterior. El bar de entonces se hizo aprovechando una casa particular de campo y el recinto estaba vallado, con entrada por el colegio Sánchez Albornoz. En su inicio, fue conserje para ambos: colegio y deporte. Arnaldos le decía “como si fuera tuya” o “los campitos de Ramón”.

   Colaboró organizando diversas actividades deportivas como el campeonato local de fútbol PANACH, así como clases de Educación Física de los institutos locales. El entonces maestro y ex futbolista, don Joaquín Pellín (ver biografía nº 24, de fecha 19/04/2012) le sugirió que debería crear los Juegos Escolares y buscó a los árbitros que fueron algunos conocidos anteriormente como jugadores a los que nuestro protagonista entrenó. Aquellos Juegos iniciales fueron de baloncesto para niños y niñas y fútbol. Y su tarea era vigilar aquella instalación; abriendo y cerrando; comunicar al concejal de Deportes si observaba alguna deficiencia y sobre todo, haciéndose estimar por todos los que le conocieron. Y así hasta que cumplió los 65 años (2013). Previamente, el Ayuntamiento le había adjudicado tres compañeros más jóvenes para ir actualizándose éstos, pues tanto las tareas como las instalaciones habían aumentado: piscinas pista de atletismo con campo de fútbol en su interior, frontón, tenis, vestuarios, gradas… etc.

   Actualmente vive en la ciudad y se entretiene visitando y cuidando una casa y terreno de sus abuelos en la huerta. Se relaciona con sus tres nietas y un nieto; comprendidos entre los 19 y 12 años, a los que llevó al colegio en su día y jugó con ellos, como cualquier abuelo encandilado de sus menores. Por cierto, alega que su nieto Ramón (tercero en la escala), con 12 años ahora, está en la plantilla infantil del conjunto local y marca muchos goles; “va para Pichichi”. Que así sea.