Pese a la difícil situación, las Administraciones no han contemplado apoyos ni para los productores de olivar ni para los de viñedo
La Unió Llauradora ha solicitado a la Conselleria de Agricultura que establezca con carácter de urgencia una ayuda excepcional y directa a las explotaciones agrícolas de olivar y uva de vinificación de secano de la Comunitat Valenciana. Esta solicitud surge como respuesta a la disminución de ingresos percibidos por los productores como consecuencia del incremento de costes productivos y la meteorología adversa. Paralelamente, ha presentado también una Proposición no de Ley a todos los grupos parlamentarios de les Corts en la que se insta al Consell a conceder esos apoyos económicos
En la propuesta de LA UNIÓ a Conselleria se indica que los beneficiarios principales de la ayuda han de ser las explotaciones prioritarias definidas conforme a la Ley 19/1995, de 4 de julio, de Modernización de las Explotaciones Agrarias. El presupuesto demandado por LA UNIÓ es de 10 millones de euros en total, 6 para las superficies de olivar de secano y 4 para las de uva de vinificación de secano. También se solicita que se instrumente la ayuda mediante un procedimiento de concesión directa que asegure la rápida recepción de esta por parte de las personas agricultoras y que garantice los derechos de los administrados afectados por la brecha digital en sus relaciones con la administración.
LA UNIÓ considera que el aumento del precio de los insumos, derivado de la situación por la invasión de Ucrania, ha provocado una situación complicada para los productores valencianos. Los bienes y servicios de uso corriente en el sector han experimentado un encarecimiento del orden del 50% y, particularmente algunos, como el carburante, se han llegado a incrementar un 85% y los fertilizantes prácticamente han duplicado su precio. Igualmente, los bienes de inversión han elevado su coste en el entorno del 20%.
Esta situación se ha visto agravada también por la disminución de cosecha debido al impacto de la sequía durante las dos últimas campañas con precipitaciones por debajo de lo normal. Ambos sectores, viñedo y olivar, han tenido campañas cortas. La campaña vitivinícola de 2022 fue una de las cuatro con menor volumen de la última década. Por su parte la recolección de aceituna 2022/2023 cerró con una producción de una cuarta parte de la media habitual en el sector en los últimos años. Las previsiones para ambos sectores en esta presente campaña no mejoran y se estiman reducciones también muy importantes, fundamentalmente en vino. Olivicultores y viticultores acumulan así varios malos ejercicios con unos costes de producción muy elevados.
Por otro lado, se ha producido, fruto de la sequía y de la invasión bélica por parte de Rusia a Ucrania una inestabilidad comercial que también ha afectado a los mercados tanto internos como externos, en los que también está influyendo una reducción del poder adquisitivo de los productores. Para el vino todo ello se está traduciendo en una reducción del consumo, más centrado en ciertos tipos, así como en dificultades excepcionales para su comercialización en los principales mercados de exportación. En el caso del aceite de oliva se ha provocado, por añadidura, una espiral inflacionista del precio al consumidor con un aumento en el último año de casi un 40%, aunque en el caso del aceite de mayor calidad, el virgen extra, el precio se ha triplicado. Esta subida en destino no beneficia al conjunto de los productores de aceituna, pero sí genera efectos perversos como la disminución de un 17 % del consumo interno y la caída de las exportaciones en un 35%, en un año.
Pese a todo ello, las administraciones públicas dentro de las diversas medidas puestas en marcha como respuesta al agravamiento de las condiciones económicas del sector primario por el conflicto bélico en Ucrania y de las condiciones climatológicas, no han contemplado apoyos ni para los productores de olivar ni para los de viñedo.
Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, señala que “desde LA UNIÓ vemos necesario que se apoye a los productores de estos dos sectores situados la mayoría en zonas de interior desfavorecidas, ya que los costes de los insumos les están aumentando hasta niveles insostenibles y sus producciones no pueden encontrar una salida normal al mercado”.
Peris indica que “hay que reaccionar con eficiencia y eficacia ante la situación descrita, por lo que es urgente instrumentar desde Conselleria la concesión directa y excepcional de una ayuda a fin de compensar las negativas consecuencias económicas del conflicto bélico en Ucrania, agravada por las circunstancias climatológicas, para las explotaciones agrarias en los sectores de olivar y viñedo en secano”.