Tribuna de opinión de Loreto Serrano
El 8 de marzo es, sin lugar a dudas, una fecha clave en la reivindicación de la efectividad de los derechos de las mujeres y en la apuesta por la reflexión sobre las situaciones de discriminación que se suceden alrededor del mundo. Exigir los cambios que sean necesarios de cara a lograr la igualdad efectiva y plena de mujeres y hombres es el leiv motiv de esta fecha que, por otro lado, hacemos extensiva los 365 días del año, mediante la adopción de medidas tendentes a la ruptura de las barreras y obstáculos que la constriñen.
Como representante de Igualdad de la Diputación de Alicante, puedo afirmar que se están dando pasos importantes en el afianzamiento de las políticas de igualdad de género a nivel provincial, pero no es menos cierto que sigue habiendo asignaturas pendientes que no podemos obviar. La realidad nos muestra todavía unas brechas de género importantes. La precariedad de la contratación laboral de las mujeres, que continúan mayoritariamente asumiendo los contratos a tiempo parcial, la brecha digital de género, la segregación ocupacional horizontal y vertical, la escasa presencia de mujeres en estudios del ámbito de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), la brecha salarial, la infrarrepresentación de las mujeres en determinados sectores y puestos de decisión, la todavía escasa corresponsabilidad en la asunción de los cuidados o la violencia de género, máximo exponente de la desigualdad, continúan estando presentes en nuestra sociedad.
Con la implementación de las políticas de igualdad de género a nivel provincial y local pretendemos una verdadera transformación social. Revertir esa realidad desigual es nuestro principal objetivo y en eso estamos. En seguir apostando por la concienciación y sensibilización haciendo ver que en la construcción de esa sociedad igualitaria que pretendemos no puede haber bandos, ni fisuras, ni intereses particulares. Que la efectividad de los derechos de las mujeres se encuentra mermada y menoscabada es una realidad. Así queda constatado por todos los organismos internacionales, nacionales y autonómicos. Así lo avalan los estudios y la investigación científica. Y así lo explicita todo nuestro marco normativo, que otorga a las administraciones públicas, las herramientas legales necesarias para implementar todo tipo de medidas y acciones para acabar con las prácticas discriminatorias.
Y lo hemos de hacer, como reza la campaña de la Diputación de este año, de manera conjunta. VAMOS A UNA es más que un eslogan. Es un propósito. Porque ante las desigualdades y discriminaciones que nos afectan a las mujeres no nos podemos poner de perfil. Hemos de tomar parte.
Y, como no puede ser de otra manera, teniendo en cuenta las competencias de la institución provincial, lo hemos de hacer mediante la colaboración y la cooperación con los Ayuntamientos. Tal y como aprobamos el pasado miércoles 6 de marzo en el Pleno de la Diputación de Alicante, la igualdad de género necesita del compromiso de la sociedad en su conjunto para avanzar en la construcción de un municipalismo igualitario. Esto supone continuar trabajando, codo con codo y día a día con los 141 municipios de nuestra provincia en la definición e implementación de unas políticas públicas acordes a nuestra realidad y con el foco puesto en la erradicación de cualquier tipo de desigualdad por razón de sexo.
Además, y de manera personal, en este 8 de marzo, quiero agradecer el esfuerzo y el trabajo de todas aquellas mujeres que, a lo largo de la Historia, han hecho posible que hoy una servidora pueda estar escribiendo estas palabras en calidad de representante política. La participación de las mujeres en la vida política es condición indispensable para hablar de “sociedad democrática” y creo que es oportuno recordar que tiempos atrás esta situación hubiera sido impensable. Y eso ha sido gracias al trabajo de muchas antecesoras. Así que este 8M es para todas ellas.