La tierra que pisamos cada día, nuestro país, y la península ibérica en general, esconden un pasado cautivador. En este territorio se encuentran las bases del desarrollo del imperio romano. Pero este no es el único pueblo que ha hecho vida en esta zona: también se destacan los musulmanes, griegos, iberos, celtas, fenicios y visigodos.
Los primeros habitantes de esta zona fueron indígenas hace aproximadamente 1.200.000 años. Pero durante el proceso de la conquista, Roma estuvo batallando 200 años con los indígenas que aún habitaban la península para dar paso a la romanización.
Este proceso ocasionó un cambio en la cultura hispánica, en la política, en el tipo de construcciones y también en la lengua. Como se lee en la revista de Babbel, la historia del español empieza con la conquista romana, con la que se impuso el idioma latín como lengua cotidiana entre los pueblos. Sin embargo, al entrelazarse con otras lenguas existentes de sustrato, fue evolucionando poco a poco, hasta convertirse en un castellano que tiene origen en las lenguas romances y que con el tiempo fue decretado lengua oficial.
La herencia romana es visible aun hoy, en concreto, en muchos ámbitos. Por ejemplo, hablando de construcciones, monumentos y obras majestuosas, puedes apreciar parte de lo que fue este gran imperio gracias a estos imponentes yacimientos que debes conocer.
Monumentos romanos de Tarragona
Tarraco es un conjunto arqueológico en Tarragona que demuestra fielmente la existencia del imperio romano en su época, y se considera un testimonio inigualable del mediterráneo. En esta ciudad se encuentran muchos monumentos que puedes visitar: el foro local, donde puedes apreciar la basílica estatuas y cisternas que contienen agua bendita o vino, el anfiteatro, en el que se ofrecían espectáculos con gladiadores y ejecuciones, y el circo romano, una de las edificaciones mejor conservadas construidas el siglo I después de Cristo, para las carreras de cuadrigas. También está el arco de triunfo, que conmemora a militares y políticos, y posee una construcción digna de admirar. La muralla romana con 110 metros, de altura sorprendente y acompañada de lindos jardines, es otro lugar fundamental que no te puedes perder.
Villa romana “La tejada” en Quintanilla de la Cueza
En este yacimiento se pueden apreciar muchas estancias, desde un edificio que protege sus restos y permite una visita placentera. Gracias a su gran extensión, a la forma de toda su estructura y a su posición (muy cerca de la vía romana que iba de Burdeos hasta Astorgas), estamos seguros de que era el lugar en que se hospedaban los viajeros.
En todo el espacio se pueden ver 13 habitaciones, un pasillo grande, mosaicos geométricos, imitaciones de mármol o vegetales con un toque de color muy llamativo. Otro atractivo es la calefacción de las estancias a través de sistema hipocausto que mantiene los suelos y todo el lugar con una temperatura agradable, y aun en la actualidad se utiliza en viviendas de Castilla y León.
Puente romano de Alcántara en Cáceres
En la ciudad de Cáceres se encuentra este puente, que se remonta a la época de los romanos. Cuenta con 204 metros de longitud y fue una vía de comunicación entre las localidades de Norba y Conimbriga. Su arquitectura única está soportada sobre 5 estructuras que varían su tamaño para acoplarse completamente al terreno. Los árabes dieron al puente el nombre de Alcántara. Aunque la primera vez puede parecer una obra desproporcionada, se trata de un diseño único y muy bien estructurado, para no interrumpir el caudal del río Trajo durante su crecimiento.
Teatro romano de Cartagena en Murcia
El teatro de Cartagena se remonta al año 5 a.C., y se mantuvo activo hasta el siglo III. Ubicado en uno de los cerros más altos de la ciudad, era uno de los atractivos de quienes venían a través del mar a Cartagena. Forma parte del Museo del Teatro Romano y en 1999 se declaró Patrimonio Cultural. Luego de que fue reformado y se construyó el museo, se recuperó también parte de la historia. Hoy es posible volver al pasado gracias a espectáculos organizados en este lugar, como presentaciones de guerras entre gladiadores, que atraen a un público muy numeroso.
