La tarde del domingo se encargó de mantener entretenidos a los vecinos del barrio, indiferentemente de la edad de los participantes. Por una parte, el taller y demostración de bolillos reunió a los adultos y experimentados en el tradicional arte, mientras que por otra, tuvo lugar el concurso de disfraces infantiles
Cerca de las 6:30 de la tarde, daba comienzo en la plaza de San Roque la demostración de bolillo o randa. Más de cincuenta personas se dedicaron a demostrar su destreza con los hilos y agujas, creando delicados patrones que todo el público presente pudo admirar.
Media hora más tarde, daba comiendo el esperado concurso de disfraces infantiles, en el que una multitud de niños y sus padres recogieron boleto y golosinas antes de comenzar la exhibición de sus atuendos. Mientras paseaban ante el público por el recorrido entre sillas preparado por la comisión, los niños fueron valorados por un jurado anónimo que dictaminó los tres ganadores del concurso.
Así, en primer lugar, quedaron las niñas vestidas de sirenitas con bañera incorporada, en segundo el niño vestido de San Roque cuyo disfraz también llevaba perro incorporado y, finalmente, para hacer tributo a las otras actividades de la tarde, quedaron terceros los niños vestidos de bastidor de randa.