La gestión del vertedero ha llegado a una situación límite para el pueblo de Novelda, por lo que solicitan a la Generalitat la paralización de la actividad del mismo y la eliminación de los códigos de residuos que abarca el vertedero
Desde hace tiempo, el malestar generado por el vertedero de LURIMA ha ocasionado que los vecinos del barrio más próximo al lugar presenten demandas al iniciarse en agosto el periodo de alegaciones para prolongar la actividad de la empresa sobre el depósito de vertidos controlados, aprobado desde el año 1967.
El plazo se amplió por parte del alcalde, Fran Martínez, hasta el 1 de octubre y hasta ese plazo, los componentes de la Asociación de Vecinos “La Amistad” de Novelda, se reunieron con biólogos y partidos políticos, ya que, tal y como indicaba Toni Cantó, componente de la asociación, consideran que la labor del vertedero se ha realizado de mala manera, alegando que “no cumple su función como vertido de residuo inerte, ya que hay residuo orgánico continuado”.
Por ello, solicitan el cierre del vertedero “por la mala praxis” y que se modifiquen los códigos de vertidos, ya que al parecer, el 8 de mayo de 2009, se llevó a cabo una ampliación de la que no hay prácticamente documentación, indicaba Cantó, y donde se autorizó el vertido de múltiples códigos de basura semi orgánica desde entonces. Una condición que provoca los malos olores y numerosas molestias entre los vecinos.
Desde esta asociación reclaman el continuo movimiento de tierras desde hace años, con indicios de que LURIMA ha extralimitado las lindes del que debería ser el perímetro de la actividad industrial, además de la desaparición de la loma en su término, según Cantó.
A las alegaciones de la asociación se han sumado más personas físicas e incluso partidos políticos como C’s, Compromís, Guanyar e incluso el propio gobierno local.
En el caso del equipo de gobierno, Geno Micó, edil de Acción Social y Urbanismo, explica que se han presentado a la Generalitat dos informes realizados por el técnico municipal de Medio Ambiente y el arquitecto municipal, donde se reflejan las demandas exigidas, así como otras posibilidades para mejorar la situación del vertedero, como es el uso de balas prensadas y flejadas para evitar la expansión de los residuos volátiles.
Sobre las alegaciones, todavía no han obtenido respuesta, aunque Micó, espera que el próximo 14 de octubre, durante una reunión que mantendrá a las 12:00 horas con Joan Piquer, director General del Cambio Climático y Calidad Ambiental, puedan conocer la situación futura y las condiciones del vertedero de primera mano.