La Sociedad Valenciana de Ornitología (SVO) y la Concejalía de Medio Ambiente, a través de dos voluntarios especialistas en fauna protegida, han puesto en marcha el Proyecto de conservación y reforzamiento de la población de lechuza común en el Medio Vinalopó.
Con una duración de 5 años, el proyecto pretende crear una población estable de lechuzas en la comarca, comenzando por Novelda, mediante la cría de los tres primeros pollos de estas rapaces procedentes del Centro de Recuperación de Fauna de Santa Faz, dependiente de la Generalitat Valenciana.
El proyecto ha sido una realidad gracias al esfuerzo desinteresado de la bióloga Ana Sáez y del ambientólogo Ignacio Mora, dos técnicos voluntarios especializados en fauna, que con el apoyo técnico y económico de la concejalía de Medio Ambiente están desarrollando esta técnica de reintroducción denominada «hacking», que consiste en criar los pollos en estado de semilibertad, colocándolos en un nidal acondicionado para estas rapaces y proporcionando diariamente la comida de manera artificial. Esta técnica permite que los pollos se adapten a su nuevo medio y a desenvolverse por sí mismos en el medio natural de manera progresiva y así, pasado un tiempo de adaptación paulatina, se establezcan en la naturaleza hasta ser independientes.
La lechuza (Tyto alba) es una rapaz nocturna catalogada dentro del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero). Al ser una especie próxima a los medios antropizados, las principales amenazas provienen de la alteración de sus hábitats de alimentación y de las molestias y destrucción de sus lugares de nidificación, ya que tiene especial preferencia por casas abandonas, iglesias, torreones, buhardillas, etc. Otros motivos de su disminución son los atropellos de los juveniles, los cambios en los usos agrícolas tradicionales e intoxicaciones por venenos para roedores. Se trata de un ave perseguida y mitificada por los malos augurios, relacionada muchas veces con los cementerios y «casas encantadas», y sin embargo es un gran aliado del ser humano al depredar, además de pequeñas aves, un gran número de roedores, estimándose que una sola familia de lechuzas puede depredar unos 100 ratones al mes.
Tras comprobarse por parte de los técnicos ambientales que no hacía muchas décadas que existían ejemplares de esta rapaz criando en la Iglesia Arciprestal de San Pedro de Novelda, con la colaboración del personal encargado de la propia basílica, se ha procedido a realizar diferentes trabajos de adecuación en la Iglesia, trabajos que han consistido en la adecuación de las bóvedas, reapertura el ventanuco que permita el acceso a las bóvedas (en su día fue clausurado impidiendo el acceso a su interior), construcción de una caja de cría y colocación de varias cámaras de fototrampeo que permiten el seguimiento y evolución de los pollos sin interferir en su conducta.
A día de hoy, los tres pollos de lechuza reintroducidos, se ejercitan y musculan sus alas para preparar sus primeros vuelos nocturnos, oteando la ciudad desde sus posaderos entre terrazas y tejados, desarrollando sus técnicas de caza y pasando completamente desapercibidas en la noche de Novelda.
Me parece muy interesante y sorprendente que se hagan estas cosas en Novelda. Enhorabuena a los implicados.