El empresario noveldense, responsable y socio familiar de la marca Carmencita, aprovechó un encuentro cultural organizado en el Casino de Novelda para recordar ante la clase política presente la importancia de construir un polígono industrial y asentar, de esta forma, el centro logístico en el pueblo. Esta respuesta tuvo lugar cuando Jesús Navarro Navarro hacía alusión al número de distribuidores con que cuenta la empresa noveldense en toda España, que es uno por cada provincia. La mesa redonda, organizada por la Sociedad Cultural Casino de Novelda, abordaba la responsabilidad social de las empresas ante la crisis. Otras intervenciones que tuvieron lugar fueron las de Ramón Mayo (Fundación Seur) y la de Sómnica Bernabeu (Fundación Bernabeu). La presentación e introducción al acto corrió a cargo de la presidenta del Casino de Novelda, Atala Crespo
Jesús Navarro Navarro aportó una interesante visión de la evolución de la marca Carmencita desde sus orígenes, centrándose tanto en los negocios e inversiones (unos con éxito, otros frustrados), hasta las ayudas y atenciones que presta la empresa a asociaciones como Capaz o incluso el patrocinio de pruebas deportivas o de fiestas con que ayuda cada año en el pueblo. “Para nosotros es un orgullo que acudan a nosotros. A veces incluso les pedimos que no pongan publicidad, porque queremos ser invisibles. Pero es imposible. Todos pasan por nosotros y estamos muy orgullosos”, apuntó.
El empresario noveldense relató casos anecdóticos como la creación del conocido y exitoso paellero de Carmencita, que surgió de una simple conversación con la abuela. Otros negocios de Carmencita, por el contrario, se han visto frenados pese al intento de expandir sus fronteras. “Intentamos vender en Marruecos, que es el tapón de África, los tarritos de cristal. Pero no funcionó, ya que allí se siguen vendiendo las especias de forma tradicional”, afirmó.
Carmencita no cuenta ni tiene constituida una fundación social pero, sin embargo, a lo largo de sus 90 años de historia, ha sabido interiorizar todos estas características. Por eso, como explicó Jesús Navarro Navarro, la empresa Carmencita ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos y, cuando surgieron las primeras máquinas para envasar las carteritas de especias, no se despidió a ninguna de las trabajadoras que se encargaban de estas tareas y se optó por la diversificación para darles otra función. “Nos gusta decir que nunca hemos despedido a nadie en Carmencita”, señaló.
La marca noveldense Carmencita surgió cuando el abuelo y fundador vio un negocio pionero en la venta de especias y, para darle un punto atractivo y diferente a su producto frente a la competencia, decidió bautizarla como “Carmencita”. “Por eso, él también hizo marketing”, agrega Jesús Navarro Navarro, “y se fue a hacerle una foto a su hija, que tuvo que cambiar finalmente por otra que realizó con un sombrero de Manila porque la primera era muy similar a una marca que ya existía. Y esa imagen sigue hasta hoy”, añadió.
Con la segunda generación (Jesús Navarro padre), se inicia la expansión comercial y llega la mecanización. En los años 60 se introducen los tarritos de plástico y, en los 70, los de cristal. “Fuimos los primeros en España con este sistema, pero no Europa, debido a que Francia ya los comercializaba así”, matizó.
Con la tercera y actual generación de empresarios en marcha, Carmencita continúa con su progresión y evolución, acercándose a una cocina más moderna y sencilla, e incluyendo en el mercado envases cada vez más cómodos. Para Jesús Navarro Navarro, la marca Carmencita tiene que ser un “atajo informativo ante el resto de marcas” y, de este modo, pueda ser localizada por el consumidor de forma rápida sin que tenga que pararse a pensar en la competencia por la saturación publicitaria y de mensajes que recibimos a diario.
Al final de su intervención, Jesús Navarro Navarro hizo referencia a algunas de las medidas laborales excepcionales con que cuenta la empresa para mimar a sus trabajadores, como la jornada de 39 horas frente a las 40 de España; fijar el día 24 de diciembre como festivo “por un regalo que hizo mi abuelo tiempo atrás”; y el crecimiento en los tres últimos años de los contratos fijos.
En Carmencita trabajan cuatro chicos de la asociación de minusválidos Capaz de Novelda que, mediante un vídeo proyectado en la sala, se pudo ver su plena integración y capacitación para realizar sus labores. “Es muy emocionante ver cómo el padre de uno de estos chicos, muy orgulloso, acude a diario a la empresa a recogerlo y, sobre todo, fue muy emocionante ver la alegría con que el chico llevó su primer sueldo a casa”, concluyó.