Según cifras de la ONU, las mujeres rurales conforman un 43% de la mano de obra agrícola
El Ayuntamiento de Novelda se adhiere, a través de la concejalía de Igualdad, a la celebración, hoy 15 de octubre, del Día Internacional de la Mujer Rural, una conmemoración que la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas estableció, en el año 2007, con el objetivo de reconocer a la mujer rural por su contribución en el desarrollo rural y agrícola, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria.
En la declaración inicial, la organización hace un llamamiento a los estados miembros para mejorar la condición de las mujeres rurales, prestando atención a sus necesidades, y también para empoderarlas en el ámbito social, económico y político.
Según cifras de la ONU, las mujeres rurales conforman un 43% de la mano de obra agrícola, y en su trabajo diario están contribuyendo a asegurar la alimentación de sus comunidades, así como la de proporcionar alimentos a naciones enteras.
En España viven casi seis millones de mujeres rurales que representan la tercera parte de la sociedad española femenina. Un colectivo que tiene una estrecha vinculación con el sector agrario, ya que según datos del Ministerio de Agricultura, una de cada cuatro personas trabajadoras del campo es mujer. Lo que representa el 26% de las personas trabajadoras del sector agrario español. Un dato revelador en el sentido de que no representa la verdadera dedicación de las mujeres en las explotaciones agrarias, ya que no incluye a más de 700.000 mujeres, según datos gubernamentales, que estarían realizando labores agrícolas en calidad de “ayuda” o “colaboración familiar”.
Nuestra sociedad rural está fuertemente envejecida, además de ser más numerosas las personas mayores y dependientes que requieren cuidados sanitarios y atención especializada. Ante esta situación, la juventud rural no está dispuesta a arriesgar tanto como han arriesgado las generaciones anteriores. La escasa valoración del trabajo desempeñado por las mujeres rurales ha supuesto que muchas de las más jóvenes hayan decidido irse de los pueblos en busca de formación y un trabajo remunerado. Lo que pone de relieve la urgencia de invertir en las mujeres como verdaderas agentes de desarrollo rural y generación de empleo.
Debemos ser cómplices con el espíritu emprendedor de las mujeres en este contexto plagado de obstáculos y desafíos. Las mujeres tienen mucho que decir y hacer para enderezar el rumbo de las empresas familiares y, con ello, fortalecer la vida social y económica del medio rural. El impulso a este espíritu emprendedor, lleva aparejada la puesta en marcha de las medidas y políticas activas necesarias que faciliten la apertura de sus negocios, propiciando la creación de puestos de trabajo, fijando la población y dinamizando el entorno. Esa ardua misión, sin embargo, únicamente será posible cumplirla mediante una apuesta decidida y permanente por la formación, la innovación, la búsqueda de nuevas variedades y nichos de mercado, la diferenciación del producto local y el afianzamiento de canales de comercialización que permitan un precio justo.
Tenemos que tener presente que el futuro del medio rural depende de ofrecer oportunidades a las mujeres y sus familias, acabar con el desempleo femenino, trabajar en igualdad de condiciones, romper la brecha de género, y promover el liderazgo femenino.
Con la confianza de que seguiremos avanzando en la igualdad de oportunidades, rendimos un merecido homenaje a los casi seis millones de mujeres rurales españolas que solo con su presencia están garantizando la vida y la supervivencia del 80% de nuestro territorio y para reclamar el reconocimiento justo y merecedor de su labor.