Las dos caras de la peseta (Art. de Juanjo Payá)

El historiador y economista noveldense Enrique Martínez, que actualmente trabaja en la Reserva Federal de los Estados Unidos, investiga el papel de la moneda y el mercado cambiario en el bando republicano y nacional durante la Guerra Civil Española.

«Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Hay guerras más baratas, pero se suelen perder». La frase, que recordarán de Napoleón, no se aleja ni un ápice de la realidad (y la brutalidad) de cualquier conflicto bélico.

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Y precisamente en este marco se mueve la investigación del historiador y economista noveldense Enrique Martínez, en la que analiza el papel de la moneda y el mercado cambiario en el bando republicano y nacional durante la Guerra Civil Española.

Martínez, que actualmente trabaja en la Reserva Federal de los Estados Unidos, antiguo estudiante de la Universidad de Alicante, con premio extraordinario de esta misma institución y de la Generalitat, y segundo en el Nacional, ha realizado un intenso proceso de rastreo y documentación para conocer, con exactitud, los cambios de la peseta, y su trascendental cometido en la contienda. Y, para ello, el economista noveldense, junto a su hermano e historiador, Valentín Martínez, que también ha participado en el proyecto, han trabajado los fondos de la Reserva Federal de Washington, del Banco de Inglaterra en Londres, de la Liga de Naciones en Ginebra o del Banco de Pagos Internacionales en Basilea, entre otros.

La publicación, recopilada en un libro, y que saldrá en primera instancia en Estados Unidos, ha contado además con la colaboración, como asesor, del reconocido hispanista Stanley Payne, así como la ayuda de numerosos investigadores españoles y extranjeros como el académico Sánchez Asiaín.

El estudio, titulado inicialmente «Economía y Moneda en la Guerra Civil Española», pretende, según Enrique Martínez, «sacar a la luz el papel de la moneda y el mercado cambiario durante la Guerra Civil Española con el propósito de que se conozca mejor su importancia. Esta labor de rastreo y documentación es muy laboriosa dado que los tipos de cambio oficiales que encontramos para la peseta republicana venían fijados por las autoridades del Frente Popular y tenían poco que ver con el valor real de la moneda, mientras que la falta de reconocimiento político de la peseta nacional nos ha dejado con pocos registros sobre su aceptación y cotización. Las pesquisas nos han llevado a archivos públicos y privados de toda España, pero muy especialmente fuera de nuestras fronteras y en particular en Francia, donde el mercado de divisas era más amplio para ambas pesetas».

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¿Pero hasta qué punto manejó mejor, el bando republicano o nacional, su financiación? «La guerra civil comenzó con una clara superioridad en recursos humanos y materiales bajo control del gobierno del Frente Popular, incluidas las reservas de oro del Banco de España. Sin embargo, también es sabido que la zona republicana sufrió una grave fragmentación económica y monetaria. Muchos pueblos llegaron a emitir moneda propia e incluso pretendieron abolir el uso del dinero. La zona republicana además sufrió las consecuencias de una financiación monetaria incontrolada del gasto público que derivó en una fuerte inflación interna y dependió de pagos al contado y por anticipado para garantizar sus suministros, especialmente de guerra, del exterior. El bando nacional, por su parte, contaba con menos recursos inicialmente, pero organizó mejor su economía de guerra y fue capaz de financiarse a crédito del extranjero, no solo a través de sus aliados en Alemania e Italia», afirmó Martínez, economista noveldense.

En este sentido, cabe destacar que esta investigación no solo se adentra en el terreno puramente económico, y aborda otras causas como la propaganda, claves para atraer dinero en cualquiera de los bandos enfrentados. «Los datos que hemos recopilado hasta ahora sugieren que la propaganda republicana resultó poco efectiva, especialmente desde finales de 1937, a la hora de convencer a compradores y vendedores de divisas de una victoria final republicana incluso durante la ofensiva del Ebro», añadió Martínez.

EL Oro de Moscú

Es, probablemente, uno de los capítulos económicos más conocidos de nuestra «guerra incivil». Un capítulo del que aún, pasados tantos años, siguen sobrevolando numerosas incógnitas sobre qué pudo ocurrir. Y, en esta nueva investigación, se han aportado más datos:«Fue una operación política de graves consecuencias económicas para la República que contribuyó al descontrol monetario que caracterizó la zona republicana durante la Guerra Civil y agravó su dependencia de la Unión Soviética. Sin embargo, no es el objeto de nuestro estudio y por eso nos centramos más en el papel que ésta y otras medidas tuvieron en la desvalorización de la peseta republicana. Lo que se demuestra en este sentido es que los republicanos no supieron sacar buen partido de las reservas de oro del Banco de España, mientras que los nacionales con menos recursos a su disposición se movieron con más habilidad para ganar la guerra», indica Valentín Martínez.

El estudio abarca otros temas interesantes como la división de instituciones en la guerra, o cómo el bando nacional, al final de la contienda, supo amortiguar el diferencial de inflación en ambas zonas. Con todo, ambos expertos, Enrique y Valentín Martínez, solicitan ayuda para completar otros campos como la cotización de la peseta en los mercados de cambios en Tánger o París.

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4 COMENTARIOS

  1. Excelente artículo de Juanjo Paya, pero sobre todo excelentes los hermanos Valentín y Enrique, dos jóvenes muy válidos y grandes personas.

  2. No hubo mala gestion con el oro de Moscu, lo que pasa es que fueron los unicos los Rusos los que nos apoyaron hasta el final, de hay que se lo llevaran todo, no fue efectivo por que francia italia alemania e inglaterra se decantaron por franco, y cerraron todos los caminos de comunicacion, venta de armas, y de alimentos para el gobierno republicano, y al estar tan lejos rusia no llegaban a tiempo y eran interceptados los envios.
    Rusia cobraba a toca teja, y a los insurgentes de franco los ayudaban con prestamos a largo plazo, una de las causas por las que españa no participo en la 2 guerra mundial, para poder devolver el dinero prestado. Pero que conste que si no es por el apoyo extranjero a franco y a los insurgentes, España seria republicana y no tendriamos la deuda que tenemos con Europa desde tiempos inmemoriables.
    Un buen libro para verificar todos estos datos, 1936 los mitos de la guerra civil, Enrique Moradiellos

  3. Muy interesante el tema de este estudio. Seguro que lo terminan con éxito. ¡Suerte!

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