«No dudaríamos ni un segundo en volver a repetir esta experiencia»
La idea de hacer el Camino de Santiago surgió por una promesa (sin animo religioso) que hicieron mi hija Carolina, Lucia, y su amiga Mentxu, que estudiaban juntas, si acababan la carrera juntas. Una vez acabada la carrera, y juntas, llegó la hora de cumplir la promesa.
El camino comenzó en Sarria. Vivimos dos experiencias un poco distintas en este viaje, nos alojamos en hostales y en albergues, y sin duda el alojamiento en albergue fue una de las mejores vivencias.
En estos lugares las convivencia entre los peregrinos conocidos en el camino entre pueblo y pueblo era mucho más cercana: te reunías con ellos en el comedor común, terrazas… y cada uno aportaba sus anécdotas del camino. Recuerdo en especial una señora que llevaba tres meses haciendo el camino sola y un señor de ochenta años que venia desde Sevilla andando.
No dudaría ni un segundo en volver a repetir esta experiencia. Para mí, que me gusta andar y me gusta la naturaleza, fue todo un placer hacer este viaje.
Yo también lo hice desde Sarria hace 11 años; y conocí a un niño americano con el que gracias a las redes sociales encontré el año pasado con ya 17 años; pasan cosas en el camino que no se pueden explicar con palabras. Y vuestra historia me ha emocionado, buen camino!