«De la filosofía a la economía». Enrique Martínez García, economista en la Reserva Federal de Dallas

«El noveldense Xavier Martínez Galiana, licenciado en periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona y ex redactor de Novelda Digital, ha publicado un reportaje en el diario La Vanguardia sobre el también noveldense Enrique Martínez García, (ver biografía) economista en la Reserva Federal de Dallas, Estados Unidos»

“La economía es la aplicación de las ideas enfocándolas a los problemas de la gente”

Cuando medio mundo seguía atónito por televisión el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, Enrique Martínez García (Novelda, Alicante, 1978) fue a refugiarse en una iglesia de Filadelfia y se puso a rezar. Se había incorporado un año antes al master en Economía de la Universidad de Pensilvania y aquel 11 de septiembre incierto, lejos de la familia, marcó sus comienzos en EE.UU. Desde hace tres años trabaja allí como investigador en la Reserva Federal de Dallas. “El trabajo que hago puede ser muy tedioso, muy absorbente – cuenta Enrique –. La motivación viene de los quince segundos al final de muchos meses de investigación, cuando te das cuenta de que has descubierto algo nuevo y has aportado tu granito de arena a la ciencia económica”.

Se licenció con honores en Economía por la Universitat d’Alacant y sus profesores le animaron a continuar sus estudios en EE.UU., porque allí se encuentran los mejores programas de doctorado del mundo. Así lo creía Iñigo Iturbe, profesor de Teoría Económica en la facultad alicantina, que guió a Enrique en su formación internacional. “Era un estudiante anormal, en el buen sentido de la palabra – explica –. Era muy inteligente, muy trabajador y tenía muy claro qué quería ser”.

El último empujón, en cambio, vino de sus padres. “Mi hermano es muy familiar y era reticente a marcharse tan lejos –relata Valentín Martínez –. Pero era una oportunidad que no podía desaprovechar”. Con una beca de ampliación de estudios del Banco de España, pasó de un master en Pensilvania a otro en Wisconsin, donde se quedó para doctorarse. En el segundo año de doctorado, y a pesar de la dureza de los programas norteamericanos, le premiaron como el mejor alumno de su promoción gracias al artículo “La influencia de los impactos externos en las pequeñas economías abiertas como España o el Reino Unido”.

En enero del 2007 asistió a un encuentro organizado por la Asociación Americana de Economía que ponía en contacto a académicos e instituciones. Faltaban pocos meses para concluir su tesis doctoral: tres ensayos en macroeconomía y finanzas internacionales. Acudió a este encuentro con un trabajo sobre la vivienda y consiguió treinta entrevistas, una de ellas con responsables de la Reserva Federal de Dallas, donde estaban creando el Instituto de Globalización y Política Monetaria.

Su experiencia en macroeconomía internacional se convirtió en su gran valor en aquel momento. “Si alguien está dispuesto a pagarte por tu investigación, es que es meritoria –comenta Enrique Martínez – .Aunque –matiza – a veces se pierden grandes mentes en las rendijas del mercado”.

Quién le iba a decir a este noveldense de 32 años que leer La riqueza de las naciones por voluntad propia en los años del instituto iba a desviarlo en parte del estudio de la filosofía, que tanto le apasionaba. “Porque la economía es la aplicación de las ideas enfocándolas a los problemas de la gente”, reflexiona. Hoy, con una trayectoria que abruma, dedica muchas horas a estudiar el comportamiento de los tipos de cambio y los flujos de comercio a las dinámicas de la inflación, del empleo o del crecimiento económico.

Cuando el matrimonio Martínez García consigue reunir a sus tres hijos –unas pocas veces al año –, Enrique incluido, no se habla de política. Valentín, el hermano mediano, es concejal en el Ayuntamiento de Novelda y Enrique se mantiene fiel al código ético pactado con la Fed, por el cual evita manifestar cualquier opinión política, incluso en su casa. Enrique defiende que a la Reserva Federal no se le puede acusar de no haber puesto toda la carne en el asador durante la crisis financiera. “¿Hasta qué punto se consideran efectivas las iniciativas?”, se pregunta. “Es difícil de responder. Se deben reevaluar las medidas que se van tomando para aprender de los errores”.

Cuenta que en EE.UU. se admira el avance de España en los últimos veinte años. Pero que causa sorpresa la situación económica que recorre desde hace dos años la Península. “No me preocupa tanto cuándo vamos a salir de la crisis – sostiene Enrique – sino si la crisis puede haber dañado el crecimiento potencial o a largo plazo de la economía española”. Para bien o para mal, le ha tocado vivir uno de los acontecimientos globales más significativos de la historia contemporánea. Y desde Dallas lleva sus investigaciones a todo el mundo: París, Sydney, Boston, Alicante. Porque no olvida su origen. Imparte cursos de doctorado en la Universitat d’Alacant y lleva a EE.UU. el trabajo de alicantinos ilustres. El año pasado tradujo al inglés, junto con su hermana, La doctrina funcional del dinero, de Germán Bernácer, un precursor de las teorías de Keynes entre 1910 y 1920.

Enrique no se plantea regresar a Europa a corto plazo. El primer escollo, dice, es que el tipo de instituciones interesadas en sus investigaciones son reducidas. “Pero las cosas están cambiando”, señala, y cita al Centre de Recerca en Economia Internacional de la UPF y al Institut d’Estudis Econòmics de la UAB como referentes. Para desconectar de cifras macro, lleva entre manos otra investigación junto al hispanista Stanley Payne y su hermano Valentín, historiador: conocer las probabilidades de victoria que los mercados de divisas asignaban a los contendientes en la guerra civil española, por medio del tipo de cambio de las pesetas vigentes en las zonas nacional y republicana.

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4 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena chico, escribes muy bien, tanto aquí como en el Betania y Revista d la Estación. Felicidades por este artículo

  2. Ahí los tienen. Dos muchachos de Novelda triunfando por el mundo. Que sirvan de ejemplo para nuestros jóvenes.

  3. Hay que apostar por la juventud bien preparada. Un hurra por Xavi y por Enrique

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