Entrevistamos al librero que regenta La Farándula y que recientemente ha obtenido el Sello de Calidad que otorga el Ministerio de Cultura a las librerías
PREGUNTA. – ¿De dónde le viene su pasión por los libros?
RESPUESTA. – De mi padre. Era una persona muy culta e instruida que, a pesar de las escaseces de la época en la que le tocó vivir, consiguió formar una nutrida y variada biblioteca. Tuve acceso a la lectura desde pequeño y no hubo ningún día de Reyes sin libros. Conservo, entre otros, un par de primeras ediciones de finales de los cincuenta de dos cuentos animados (hoy llamados “pop-up”), con gran aprecio y cariño. En casa escuché más de una vez que, tras la guerra, mi padre, para proteger aquellos libros que podrían ocasionarle problemas, los tabicó en el interior de la chimenea de su casa de la calle San Pedro, recuperándolos años más tarde cuando la familia se trasladó a la nueva vivienda en la calle Maestro Parra, done los conservó en una alacena, bajo llave, hasta que falleció.
P.- ¿Tiene referencias familiares que se hayan dedicado a este sector?
R.- Mi padre fue impresor como mi hermano Helios, y, yo, además de ocuparme de la librería también fundé y regento una editorial. Como ves, los libros han estado y siguen estando siempre presentes en mi vida. Son, sino mi vida, parte importante de ella.
P.- Antes de abrir su propio negocio, ¿trabajó para alguien en este sector?
R.- No. Nada más fallecer mi padre en 1971, tuve que dejar el instituto y ponerme a trabajar en un taller de mármol. Estudiando por las noches saqué el curso de Contabilidad, lo que me permitió colocarme en oficinas de diversas empresas; acabé el Bachillerato en las clases nocturnas que se impartían en el Instituto y luego la diplomatura en Mandos Intermedios, y también en Relaciones Laborales y de Trabajo. Siempre en clases nocturnas, realicé cursos de Confección de nóminas y Seguros Sociales, de Protocolo Interempresarial, Escaparatismo…, y también obtuve la titulación del Grado Medio de la Junta Calificadora de Conocimiento de Valenciano. La falta de trabajo por parte de mi mujer, que era profesora de francés, nos animó a abrir la librería, de la que ella se ocupó durante doce años y donde yo la ayudaba organizando las actividades culturales y con las cuentas. Cuando fue contratada en el colegio Padre Dehon, decidí abandonar la gerencia que ocupaba en una comercial de mármol y ocuparme de la librería.
P.- La librería ha ocupado dos locales diferentes. ¿Nos puede hablar de ellos?
R.- La librería abrió sus puertas al público el 16 de diciembre de 1988 en la calle Emilio Castelar, en el edificio donde nació la escritora noveldense Charo Pastor, que más tarde ocuparía la farmacia de Orozco y luego la de Juan Castaño. En el año 2007 abandonamos aquel emblemático lugar que tantos recuerdos y satisfacciones nos dio, trasladándonos al local actual en la calle San José más amplio, moderno y luminoso y que nos permite una mayor libertad en la organización de los eventos culturales que programamos. Lo inauguró Matilde Asensi con la firma de su libro Todo bajo el cielo.
P.- ¿En qué consiste el trabajo de librero?
R.- Todo el mundo piensa que nos pasamos el día leyendo y nada más lejos de la realidad. Una librería genera un enorme trabajo diario. Se reciben paquetes de libros todos los días que hay que puntear, etiquetar, colocar, atender al público, a los delegados de las editoriales, la revisión de catálogos, la selección de títulos, la correspondencia, los pedidos, la gestión bancaria y contable, la organización y desarrollo de la programación cultural y, desde hace años, de la comunicación y de las redes sociales, etc. Como ves, queda poco tiempo para la lectura que dejo para cuando estoy en casa. Evidentemente todo este ingente volumen de trabajo se desarrolla con la ayuda de mi hija Ana y de Magda, que lleva trabajando con nosotros desde hace más de una década, configurando un equipo en el que cada uno tiene su cometido para el desarrollo diario de la actividad y el buen funcionamiento de la librería.
También me ocupo de la Vicepresidencia 1ª y la Secretaría del Gremio de Libreros Independientes de las Comarcas Alicantinas, del que fuimos una de las librerías fundadoras.
P.- ¿Cómo surgió la idea de invitar escritores a sus instalaciones? ¿Cuál fue el primer escritor invitado?
R.- Como una actividad más de las que desarrolló la librería desde su apertura. En 1989 organizamos la Feria del Libro. Era la primera que se hacía en Novelda y trajimos a firmar al escritor José Antonio Panero que acababa de publicar el libro Danko, el caballo que conocía las estrellas. Los años siguientes firmaron Juan Clemente Gómez, Carles Cano, Enrique Cerdán Tato y José Luis Ferris, y, desde entonces, pues ya ves, no hemos parado.
P.- ¿Ha llevado a cabo algún otro tipo de actividades para acercar los libros a los lectores?
R.- Muchas. Al principio teníamos una sala donde se organizaban exposiciones de todo tipo. El día de la inauguración se exhibió una muestra de cuadros de Lluis Cuadra y Enric Ruscalleda y de cerámicas de Carme Martínez Calpena, dedicados al libro y la lectura. Después expondrían otros destacados artistas de Novelda y de fuera de ella, como Ricardo Gómez Soria, Vicente Albero, Pedro Luis López, Dolores Balsalobre. También hicimos una muestra de artistas locales, otra de cromos troquelados, de mapas antiguos, de imaginería belenística, etc. Para acercar la literatura a los más jóvenes, organizamos en el colegio Gómez Navarro una actividad basada en las novelas de terror y la llamamos “Una noche de miedo”. Los alumnos pasaron la noche en el colegio conociendo a través de escenificaciones y juegos terroríficos las obras más destacadas de este género literario. Fue una velada agotadora, pero tanto los niños como el numeroso equipo de amigos que durante toda la noche se entregaron a fondo en los preparativos y el desarrollo de las distintas representaciones teatrales, juegos y talleres, lo pasamos muy bien. Guardo además del recuerdo de aquella noche, un libro de firmas con las impresiones tanto de los alumnos seleccionados por el colegio como de todos aquellos que trabajamos en el proyecto. Esta actividad y otras que le siguieron, como la de escribir los niños su propio libro y acompañarlos a una imprenta para que vieran cómo se imprimían y que después pudieran venir con sus padres a recogerlo a la librería, o el de cambiar los finales a los cuentos clásicos, serían el antecedente de las animaciones a la lectura que en años posteriores organizaría el ayuntamiento, hemos intentado acercar la lectura a la población de Novelda de mil formas distintas. Organizamos el primer club de lectura, catas de vino literarias, cursos de cocina, de meditación, de literatura erótica, liberamos libros en fechas señaladas, editamos puntos de lectura diseñados por artistas locales, montamos exposiciones literarias, sobre el Quijote, sobre la literatura en el cine, sobre las obras de Jorge Juan, entre otras, hemos realizado cuentacuentos para niños, jornadas culturales, editamos un boletín durante años, y desde que nos trasladamos al nuevo local nos esforzamos por llamar la atención de la gente con escaparates atractivos, viendo premiados alguno de ellos en los distintos concursos que organizan algunas editoriales. Cabría destacar nuestro emblemático concurso de cuentos para escolares, de alcance nacional, que este año cumple treinta y un años, el más longevo de la provincia.
P.- Muchos han sido los premios que ha recogido en su trayectoria profesional, díganos cuáles son y háblenos de ellos.
R.- En 1991 el Excmo. Ayuntamiento de Novelda nos otorgó el Premio a la labor Cultural.
En 2008 obtuvimos el reconocimiento de Comercio Excelente concedido por la Conselleria de Comercio de la Generalitat Valenciana.
En el mismo año fuimos galardonados con el Premio a la Labor de los libreros de la Comunidad Valenciana en el fomento del libro y la lectura.
En 2009 la Cámara de Comercio de Alicante nos distinguió con el Premio al establecimiento comercial más destacado de la provincia.
Hemos sido durante varios años finalistas del Premio Librería Cultural que convoca la C.E.G.A.L.
En 2010 conseguimos el Primer Premio Nacional de escaparates “Homenaje a Miguel Delibes”, convocado por la Confederación de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) y la editorial Destino.
En 2012, el 4º premio en el Concurso de Escaparates Gastronómicos de la Editorial Everest; al año siguiente, el 2º premio en el mismo concurso, que también obtendríamos en 2014.
En 2013 la editorial Edelvives premió la originalidad del escaparate montado para promocionar el libro El teatro de Rebeca, y en 2017 fue la editorial Planeta quien premió el que presentaba el libro El increíble caso del chico en la pecera.
En el año 2013 la Asamblea Amistosa Literaria de Novelda premió la labor que desarrollamos en los actos del III Centenario del Nacimiento de Jorge Juan.
En 2019 fuimos finalistas de los premios IN4BANKIA en las modalidades “Mejor Pyme” y “Mejor trayectoria empresarial” y, hace unos días, el Ministerio de Cultura nos concedió el Sello de Calidad para la librería.
P.- ¿Cómo han cambiado las cosas desde sus inicios hasta hoy?
R.- Es otro mundo, para bien y para mal. Actualmente es mucho más fácil localizar un libro. Tenemos a nuestro alcance varias plataformas creadas por el Ministerio de Cultura que nos facilita mucho la labor. El servicio logístico ha mejorado muchísimo y podemos servir los pedidos de los clientes en 24-48 horas. Por otro lado, el malo, es que la competencia feroz de los grandes portales de Internet nos lo está poniendo cada vez más difícil.
P.- ¿Piensa que los libros en papel nunca dejarán de existir?
R.- Estoy convencido de ello. El placer de la lectura en papel es insustituible. Su tacto, el aroma que desprende la tinta impresa y sobre todo el saber que es un receptáculo de las emociones, sensaciones y acontecimientos que suceden a nuestro alrededor mientras estamos inmersos en su lectura, debería ser una poderosa razón para amarlos, cuidarlos y protegerlos como se merecen. Hay mucha gente a la que le estorban los libros en sus casas y quieren deshacerse de ellos, sin percatarse de que esos libros están impregnados con parte de su vida y vivencias que se perderá con ellos. Desde pequeños deberíamos enseñar a los niños a cuidar a los libros y protegerlos, haciéndoles comprender que, si rompen sus páginas, lo ensucian con rayajos o mordisquean sus portadas, es como si arrancaran las ramas a un árbol. Los libros nos hablan, tan solo tenemos que estar atentos para entender lo que nos dicen. Imagina la algarabía que se forma cada vez que entras a una librería y te colocas delante de un estante buscando una lectura, todos pidiéndote que los elijas y ofreciéndote sus virtudes. Cambiará tu percepción sobre ellos y saldrás de la tienda con el libro elegido y sin poder evitarlo, girarás la cabeza, mirarás a los que se quedan, esbozarás una tímida sonrisa y para ti musitarás una sentida disculpa. Y si vuelves y siguen estando los mismos allí todavía, aunque no sean los libros que te interesen, cógelos, acarícialos, seguro que te lo agradecerán.
P.- ¿Afecta los libros electrónicos al libro físico?
R.- Yo creo que no. Quizás en las grandes ciudades tenga más utilidad en los desplazamientos por peso y manejabilidad. Quizás entre la gente joven tan apegada a lo digital sea más utilizado, pero nunca sustituirá a la buena impresión de un libro de arte, a un buen álbum ilustrado, etc.
P.- Ante la situación que estamos viviendo de la crisis sanitaria por el Covid-19 ¿qué medidas de adaptación ha tomado?
R.- Estamos aplicando todas las recomendaciones que han establecido las autoridades sanitarias, lavado de manos con gel antes de entrar en la librería, evitando aglomeraciones de gente en el local, desinfección de los libros que llegan a la librería y aconsejando a los clientes que respeten la distancia recomendada. Hemos tenido que suprimir las presentaciones de libros presenciales y las estamos llevando a cabo por videoconferencia con unos resultados muy satisfactorios. Tras la presentación digital estamos comenzando a programar firmas de ejemplares porque son más fáciles de controlar. En estos momentos tenemos ya la confirmación por parte del Ministerio de Cultura de entrar a formar parte del proyecto “Afinidades electivas”, que nos va a permitir juntar el próximo 8 de octubre, si todo sigue como hasta ahora, a la escritora Anna Moner y al novelista Santiago Posteguillo para que intercambien impresiones sobre las pautas que siguen en la confección de sus obras y su temática histórica y estamos valorando la posibilidad de hacer el acto al aire libre, solicitando al ayuntamiento que nos permita llevarlo a cabo en la zona de aparcamiento que hay frente a la librería, con las sillas separadas y controlando la asistencia de público con inscripción previa.
P.- ¿Qué futuro ve para el sector librero?
R.- No quiero ser pesimista y te contestaré que incierto.
P.- ¿Qué le ha aportado su pasión por los libros a su vida?
R.- La vida que tengo, que no sé si es mejor o peor que la que hubiera podido tener de no haberme dedicado a los libros. Solo sé que no me arrepiento.
P.- ¿Qué le diría a esas personas que todavía no han sido atrapados por el maravilloso mundo de la lectura?
R.- Que no se resistan, les cambiará la vida.