Peregrinación por el Camino de La Cruz de Caravaca (Murcia): Historia y leyenda

Artículo de Pedro Mora Morote, hospitalero del Albergue de Peregrinos del Camino de Santiago de Novelda  

En el mundo cristiano existen cinco lugares reconocidos de peregrinación. Estos son: Jerusalén (Israel), Roma (Italia), Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana y Caravaca de La Cruz. Éstos tres últimos en suelo español.

Hoy describo el Camino de La Cruz de Caravaca que he realizado en los días finales del mes de marzo de 2023.

Esta peregrinación tiene un origen histórico. Aconteció el día 3 de mayo de 1232. En las mazmorras de la fortaleza se encontraba Ginés Pérez de Chirinos, sacerdote preso que se disponía a oficiar misa, pero faltaba el crucifijo. Dos criaturas celestiales descendieron para liberar al sacerdote y por una ventana los ángeles depositaron delicadamente una cruz de doble brazo en el altar y así la misa pudo continuar. A la vista de los hechos, el rey almohade de Valencia y Murcia, Zayd Abu Zayd que quería burlarse del sacerdote, se convirtió al cristianismo junto con toda su familia.

Dicha cruz se identificó con el Lignum Crucis, es decir, confeccionada con la misma madera de la cruz donde murió Jesucristo. Descripción:  La madera se conserva dentro de un relicario de doble brazo (7 cm el superior y de 10 cm el inferior) y de uno vertical de 17 cm. Es una cruz oriental, patriarcal y pectoral. No ha de confundirse el relicario exterior con la reliquia interior.

Según la tradición histórica perteneció al obispo Roberto que fue el primer patriarca de Jerusalén tras la derrota de los musulmanes en el año 1099. Ciento treinta años más tarde el patriarca, sucesor de Roberto, fue el protagonista que portaba la reliquia, la cual dos años más tarde estaba en Caravaca. El Lignum Crucis (literalmente, “madera de la cruz”) había sido descubierta en el siglo IV por Santa Elena, madre del emperador Constantino, la cual se había desplazado a Jerusalén. Localizada la cruz se hicieron tres partes, siendo entregada la primera al patriarca de Jerusalén y traídas las dos restantes a Constantinopla y Roma, según explicó el P. Pedro Ballester Lorca, capellán de la Real Basílica- Santuario de la Vera Cruz de Caravaca.

La mencionada cruz se guarda en el Castillo-Santuario de la Santísima Vera Cruz de Caravaca. Se trata de una fortaleza con la fachada barroca del siglo XVII. Los restos más importantes que se conservan del Castillo corresponden al siglo XV, pero fue construido en el siglo XII, época en que lo habitaron las órdenes militares del Temple y de Santiago.

El día 9 de enero de 1998 el Papa Juan Pablo II, le concedió a Caravaca el título de Ciudad Santa y Año Jubilar a perpetuidad. El primer año santo fue en 2003 y se celebra cada siete años. Así, el próximo año 2024 será el cuarto Año Jubilar.

La presencia de peregrinos está perfectamente constatada desde la Edad Media, particularmente desde la segunda mitad del siglo XIV. En la última celebración jubilar del año 2017, acudieron 500.000 personas a la Ciudad Santa, según fuentes de la Comunidad de Murcia.

Mi camino de peregrinación particular (como ya ha ocurrido en otras ocasiones de peregrinación) comienza a pie y desde mi localidad: Novelda. He elegido esta fecha para poder disfrutar de una climatología favorable, con horas de sol y naturaleza llena de vida con la llegada de la primavera. Otra motivación importante ha sido la proximidad de la Semana Santa y lo que ello significa tanto en el aspecto religioso como popular. La primera localidad fue la vecina ciudad de Aspe. Continuando la ruta a pie por Elche, Crevillente, Albatera y Orihuela. Hasta aquí no hay marcas de tal Camino y es a partir de Orihuela donde aparecen las correspondientes marcas pintadas de color rojo con el símbolo de la cruz.

El Camino de La Cruz de Caravaca es un proyecto estratégico que persigue propiciar la peregrinación a pie o en bici a la ciudad jubilar de Caravaca aprovechando la infraestructura de la mota del río Segura y la Vía Verde del Noroeste (Camino de Levante). Se inicia en Orihuela pasando por Beniel, Murcia, Molina del Segura, Alguazas, Campos del Río, Albudeite, Mula, Bullas, Cehegín y termina en Caravaca de La Cruz tras 118 kilómetros de longitud.

Para aquellos que quieran recibir el Certificado del Peregrino necesitan peregrinar la distancia de al menos los últimos 22 km, si son mayores de 18 años (a pie o en bicicleta) y los 7 últimos km para menores de edad. El documento de la Diócesis de Cartagena que certifica la realización de la peregrinación por motivos religiosos o espirituales se llama “Caravaquensis”. Para ello existe la correspondiente credencial, donde se sella cada día el paso por las distintas localidades teniendo en cuenta que para recibir la “Caravaquensis” hay que conseguir un mínimo del 60% de sellos cuñados en establecimientos religiosos, oficinas de turismo o establecimientos adheridos al Camino de Levante.

En el aspecto cultural comentar que las fiestas patronales declaradas de interés turístico internacional desde 2004 se celebran en Honor de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca los días 1 al 5 de mayo: Caballos del vino, Moros y cristianos, además de rituales como la Bendición del vino y flores y el baño de la Cruz.

La leyenda de los Caballos del Vino es del siglo XIII, pero el origen documentado es del siglo XIX. Este rito tiene una base histórica, pues durante bastante tiempo, en el siglo XII, los Templarios fueron los encargados de proteger Caravaca y custodiar la Cruz. La leyenda cuenta que los musulmanes del Reino de Granada asediaron a los Templarios. Durante el asedio, las reservas de agua se corrompieron, lo que hacía insostenible la defensa de Caravaca. Un grupo de Templarios decidió salir en busca del agua porque los musulmanes habían envenenado todas las fuentes y pozos del entorno. Ante tal adversidad, decidieron llenar los odres con vino y los cargaron en sus caballos, procediendo a romper el cerco para acceder a la fortaleza. El vino fue bendecido con la Veracruz y se les dio de beber a los enfermos, que milagrosamente se curaron. Ante tales hechos, agregaron una parte del vino a los aljibes de agua corrupta convirtiéndose en agua potable. Solventando el problema del agua, los Templarios rechazaron el ataque musulmán.

Eso será leyenda, pero lo cierto es que yo realmente he disfrutado de esta corta e intensa actividad completando con ella los tres lugares de peregrinación cristiana en España. Más adelante, pensaré en la realización de las dos peregrinaciones restantes que me faltan.

Con estas líneas sólo pretendo animar a los lectores para realizar ejercicio físico, descubrir lugares, experimentar sensaciones, etc.  El texto acaba como acostumbramos a decir los peregrinos: “Buen Camino”.

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